Su pecho se levantó y se sintió turbulento, con furia, mientras que sentía que algo le salía de los labios. Imaginó que era saliva, pero al tocarlo pintó su dedo de color rojo.
—¿Estás loco? ¿Y si la gente nos ve?
Una vez que la marca de pertenencia había sido grabada en sus labios, el diablo se sentía más aliviado.—¿Y qué? Ahora solo quiero que todo el mundo nos vea.¡Para que alguien se dé cuenta de a quien le perteneces!—Él sonrió y se detuvo por unos momentos, ya que se había acordado de algo gracioso. Su sonrisa resurgió—. Lu Zhaoyang, por favor, ¿qué esperas del mundo cuando estás besando a otro hombre con los mismos labios que besé yo? Incluso si tu estas bien con eso, Huo Chen probablemente no lo esté, especialmente luego de mi confesión. Así que te sugiero que no te denigres más.
—Como tu madre —dijo Huo mientras que se marchaba lejos de ella, con su silueta desapareciendo lentamente en la oscuridad de la noche.