Tải xuống ứng dụng
29.41% "El Renacer en Runaterra" / Chapter 10: CAPITULO 10

Chương 10: CAPITULO 10

El sol matutino se alzaba con majestuosa serenidad sobre los vastos paisajes de Ionia, bañando con su luz dorada los antiguos templos y los frondosos bosques. Quetzulkan y Zoe avanzaban por los caminos sinuosos que conducían al Placidium, acompañados por el susurro del viento y el murmullo de las hojas. El viaje desde el Monasterio Hirana había sido largo, pero no exento de maravillas y descubrimientos.

Al llegar a las puertas del Placidium, fueron recibidos por una multitud emocionada. Las calles estaban llenas de gente, sus rostros iluminados por la alegría y la admiración. Quetzulkan, un vastaya de presencia imponente y espíritu indomable, observaba con una mezcla de asombro y confusión mientras los vítores y alabanzas se alzaban a su alrededor. No comprendía del todo el motivo de tal entusiasmo, pero avanzó con determinación, guiado por la intuición y el deseo de comprender.

Zoe, la emisaria del Aspecto del Crepúsculo, danzaba a su lado, su energía desbordante contagiando a los presentes. Su cabello resplandecía con tonos cambiantes bajo la luz del sol, y sus ojos brillaban con una curiosidad infinita. Había disfrutado cada momento en el Monasterio Hirana, jugando y explorando, pero ahora estaba ansiosa por lo que vendría.

Las puertas del Placidium se abrieron ante ellos, revelando un interior de belleza serena y armonía ancestral. Los jardines exuberantes y los templos antiguos reflejaban siglos de historia y devoción. Quetzulkan y Zoe fueron conducidos al interior, donde la atmósfera de respeto y admiración contrastaba con la confusión interna del vastaya. Allí, en el corazón del Placidium, les esperaban figuras de gran renombre: el maestro Yi, Shen y Kennen, altos mandos de la Orden Kinkou.

El maestro Yi, con su serenidad inquebrantable y su sabiduría profunda, se adelantó para recibirlos. Sus ojos, reflejo de incontables batallas y años de meditación, se posaron en Quetzulkan con una mezcla de orgullo y aprecio. "Quetzulkan, Zoe, bienvenidos al Placidium", dijo con voz firme pero cálida.

Quetzulkan asintió respetuosamente, sus pensamientos todavía entrelazados con la algarabía de la multitud afuera. "Maestro Yi, Shen, Kennen... es un honor estar aquí. Pero debo confesar que no entiendo el motivo de tal recepción. ¿Por qué la gente está tan emocionada?"

Yi intercambió una mirada significativa con Shen y Kennen antes de responder. "Quetzulkan, hay algo que debes saber. Hace algún tiempo, cuando la amenaza noxiana se cernía sobre Ionia, surgieron rumores sobre un dragón que, en un arranque de furia, defendió nuestra tierra de los invasores y atacó Noxus. Se decía que este dragón era un protector ancestral, despertado por el sufrimiento de Ionia."

Quetzulkan sintió un escalofrío recorrer su espalda mientras Yi continuaba. "Decidimos aprovechar estos rumores para inspirar esperanza y valor en nuestro pueblo. Les revelamos que tú, Quetzulkan, eras ese dragón. Les dijimos que vendrías al Placidium, y por eso la gente está tan alegre de tu llegada."

Las palabras de Yi resonaron en la mente de Quetzulkan. Comprendió que su transformación anterior, motivada por la ira y la sed de venganza, había sido reinterpretada como un acto de salvación. Sin embargo, Yi también mencionó una verdad menos alentadora. "Debes saber, Quetzulkan, que no todos comparten esta alegría. Algunos ancianos influyentes en Ionia desconfían de ti y prefirieron que estos rumores no se extendieran más allá del Placidium."

Quetzulkan asimiló esta información con una mezcla de gratitud y preocupación. Sabía que la confianza y el respeto eran logros difíciles de alcanzar y fáciles de perder. Shen, con su habitual serenidad, intervino. "Tu presencia aquí es simbólica, Quetzulkan. Eres una manifestación del poder y la protección de Ionia, pero también eres un recordatorio de las fuerzas que debemos controlar dentro de nosotros mismos."

Kennen, siempre directo y conciso, añadió: "La gente ve en ti esperanza, pero también teme lo desconocido. Debes demostrarles que su fe está bien puesta."

Zoe, mientras tanto, observaba la escena con su eterna sonrisa traviesa. "¡Esto es emocionante! Nunca imaginé que llegaríamos a un lugar donde todos estén tan felices de vernos. Quetzulkan, eres como un héroe de las historias."

Quetzulkan esbozó una sonrisa leve, agradecido por el apoyo incondicional de Zoe. "Gracias, Zoe. Pero ahora más que nunca, debo ser cuidadoso y demostrar que soy digno de esta confianza."

Con la mirada firme y el espíritu templado por años de entrenamiento, Quetzulkan aceptó el desafío que se presentaba ante él. Sabía que debía equilibrar la fuerza y la compasión, el poder y la sabiduría. La multitud afuera seguía vitoreando, ajena a las complejas dinámicas que se desarrollaban dentro del Placidium.

Durante su estancia, Quetzulkan se dedicó a conocer a los habitantes del Placidium, escuchando sus historias y aprendiendo de sus experiencias. Zoe, con su naturaleza juguetona y curiosa, se hizo amiga de muchos niños y exploró cada rincón del lugar. Juntos, trajeron una nueva energía al Placidium, una mezcla de esperanza y renovación.

Los días pasaron, y Quetzulkan comenzó a entender la profunda conexión entre él y la tierra de Ionia. Recordó las lecciones aprendidas en el Monasterio Hirana, las enseñanzas de Lee Sin y el maestro Yi, y cómo había logrado controlar su ira y canalizar su poder de manera constructiva. Ahora, debía aplicar esos conocimientos para ganar la confianza de aquellos que aún dudaban de él.

Una tarde, mientras el sol se ponía sobre el horizonte, Quetzulkan se reunió con los ancianos influyentes que habían expresado su desconfianza. Con palabras sinceras y acciones que demostraban su compromiso con la protección y el bienestar de Ionia, comenzó a ganarse poco a poco su respeto. No fue un proceso rápido ni fácil, pero la perseverancia y la honestidad de Quetzulkan comenzaron a romper las barreras del miedo y la duda.

El Placidium se convirtió en un símbolo de unión y resistencia, un lugar donde las antiguas rivalidades y desconfianzas empezaron a disolverse. Quetzulkan, con la ayuda de Zoe y los altos mandos de la Orden Kinkou, trabajó incansablemente para fortalecer los lazos entre los diferentes grupos y facciones de Ionia.

La historia de Quetzulkan, el vastaya que se transformó en dragón para proteger su tierra, se convirtió en una leyenda que inspiraba a todos los rincones de Ionia. Su viaje no había terminado, pero había dado un paso crucial hacia la realización de su destino. Con cada día que pasaba, se sentía más conectado con su propósito y más decidido a defender la paz y la armonía de su amado hogar.

Y así, en el corazón del Placidium, bajo el cielo estrellado de Ionia, Quetzulkan y Zoe contemplaron el futuro con esperanza y determinación, sabiendo que juntos podían superar cualquier desafío que se les presentara.

-----------------------------------------------

Con la ayuda de Quetzulkan y las leyendas de sus hazañas, las gentes de Ionia se unieron una vez más. La imagen del vastaya que había transformado su furia en un acto de protección resonaba profundamente en los corazones de los ionianos, inspirándolos a trabajar juntos para sanar las heridas del pasado y prepararse para un futuro incierto. Sin embargo, una cuestión crucial seguía sin resolverse: quién podría ser la cabeza de todo Ionia, quién podría comandarlos de ahora en adelante.

La historia reciente de Ionia estaba marcada por la tragedia y la división. Durante la primera invasión de Noxus, los líderes de Ionia estaban divididos. Algunos deseaban proteger Ionia a toda costa, mientras que otros buscaban la paz a través de la negociación. Los que abogaban por la paz fueron traicionados y asesinados por los comandantes noxianos, y aquellos que eligieron luchar enviaron parte del ejército ioniano a la batalla, solo para ser superados en número y derrotados. Los sobrevivientes se retiraron con heridas tanto físicas como emocionales, dejando una nación fracturada y en busca de dirección.

En este contexto de incertidumbre y necesidad, surgieron voces entre el pueblo que clamaban por un líder fuerte y decidido. Muchos comenzaron a ver a Quetzulkan como ese líder. Su valentía, su poder y su dedicación a Ionia lo convertían en el candidato ideal. Sin embargo, Quetzulkan mismo no deseaba ocupar ese papel. Quizás, en otro tiempo, habría aceptado tal responsabilidad, pero ahora su corazón anhelaba algo diferente.

Quetzulkan había experimentado mucho desde su transformación y su viaje por Runaterra. Después de su colapso en el Monte Targon y su posterior entrenamiento en el Monasterio Hirana, había recorrido el vasto continente. En Ixtal, conoció a Zoe, cuya compañía trajo un soplo de aire fresco y un espíritu de aventura. Juntos, exploraron las maravillas y los peligros de Piltover y Zaun antes de regresar a Ionia. Estos viajes le mostraron la inmensidad y la diversidad del mundo, y le hicieron comprender que su destino no estaba limitado a un solo lugar.

Mientras Quetzulkan reflexionaba sobre estas experiencias, se dio cuenta de que su verdadera pasión era explorar Runaterra más a fondo. Quería ver lo que el mundo tenía para ofrecer, conocer a nuevas personas, descubrir culturas desconocidas y enfrentar desafíos inexplorados. Esta nueva meta se convirtió en su norte, y con una determinación renovada, decidió que no podía aceptar el papel de líder máximo de Ionia.

El maestro Yi, Shen, Kennen y otros altos mandos que confiaban en Quetzulkan respetaron profundamente su decisión. Comprendían su necesidad de seguir su propio camino y sabían que su espíritu libre no podía ser contenido por responsabilidades administrativas. En una reunión discreta, acordaron una solución que mantuviera la unidad del pueblo sin forzar a Quetzulkan a renunciar a sus sueños.

Le dijeron al pueblo de Ionia que Quetzulkan, siendo el protector ancestral, no podía ser su líder debido a ciertas razones sagradas y estratégicas. Explicaron que su deber principal era proteger Ionia desde las sombras, siempre vigilante y listo para actuar en tiempos de necesidad, pero no podía ser el comandante directo. Además, Quetzulkan juró solemnemente que ayudaría a Ionia en tiempos difíciles, asegurándoles que, aunque no sería su líder, siempre estaría allí para protegerlos.

Esta noticia, aunque inicialmente decepcionante para muchos, fue aceptada con comprensión. La promesa de Quetzulkan de estar presente en tiempos de crisis ofreció consuelo, especialmente con los rumores de una segunda invasión de Noxus en el horizonte. El pueblo ioniano aún deseaba un liderazgo fuerte y unificado para enfrentar las amenazas futuras.

Fue en este contexto que surgió Irelia. Una joven guerrera de espíritu indomable y habilidades extraordinarias, Irelia se había destacado durante la primera invasión de Noxus, liderando a sus compañeros con valentía y determinación. Su maestría en el uso de las hojas levitantes y su pasión por la libertad de Ionia la convirtieron en un símbolo de resistencia y esperanza.

Irelia había pasado su juventud entrenando en secreto, perfeccionando sus habilidades y preparándose para el día en que podría luchar por su patria. Su liderazgo natural y su carisma atrajeron a muchos seguidores, y su historia de lucha resonaba profundamente en el corazón del pueblo ioniano. Fue entonces cuando los altos mandos de la Orden Kinkou, junto con otros líderes influyentes, comenzaron a considerar seriamente su candidatura para el liderazgo de Ionia.

El maestro Yi, Shen y Kennen sabían que Irelia podría ser la figura que uniera a Ionia bajo un solo estandarte, capaz de comandar y proteger con sabiduría y valentía. Con el apoyo de Quetzulkan, quien reconocía en Irelia a una líder capaz y dedicada, se tomó la decisión de presentarla al pueblo como la nueva líder de Ionia.

La ceremonia de presentación fue un evento monumental. El Placidium se llenó de ciudadanos de todos los rincones de Ionia, ansiosos por conocer a su nueva líder. Irelia, vestida con sus ropajes de batalla y con las hojas levitantes a su alrededor, se presentó ante la multitud con una mezcla de humildad y determinación. Su voz, clara y resonante, habló de unidad, resistencia y esperanza.

"Gente de Ionia," comenzó Irelia, "hemos pasado por tiempos oscuros y hemos sufrido grandes pérdidas. Pero nuestra fuerza reside en nuestra unidad y nuestra determinación. Juntos, somos invencibles. Prometo liderarlos con sabiduría y coraje, y asegurarme de que nuestras tierras sean siempre libres y prósperas."

La multitud estalló en vítores y aplausos, aceptando a Irelia como su nueva líder. Quetzulkan, observando desde las sombras, sintió una oleada de orgullo y alivio. Sabía que Ionia estaba en buenas manos. La elección de Irelia permitía que él siguiera su propio camino sin dejar de cumplir su promesa de proteger su hogar en tiempos de necesidad.

Con el liderazgo de Irelia, Ionia comenzó a prepararse para los desafíos futuros. Se fortalecieron las defensas, se fomentó la unidad entre las diferentes regiones y se establecieron nuevas alianzas. El espíritu de resistencia y libertad floreció, y el pueblo ioniano, inspirado por sus líderes, se unió más que nunca.

Quetzulkan, por su parte, se preparó para emprender su viaje. Zoe, siempre curiosa y emocionada por las aventuras, lo acompañaría. Juntos, explorarían los rincones más remotos de Runaterra, descubriendo secretos olvidados y enfrentando desafíos desconocidos. Antes de partir, Quetzulkan se reunió una última vez con el maestro Yi, Shen y Kennen.

"El mundo es vasto y lleno de misterios," dijo Yi con una sonrisa. "Sigue tu camino, Quetzulkan. Y recuerda, Ionia siempre será tu hogar."

Shen asintió solemnemente. "Tu espíritu de exploración nos beneficia a todos. Nos traerás sabiduría y conocimiento de más allá de nuestras fronteras."

Kennen, con su energía contagiosa, añadió: "¡Buena suerte, amigo! No olvides enviarnos mensajes de vez en cuando."

Quetzulkan sonrió, sintiéndose agradecido por el apoyo y la amistad de sus mentores y amigos. "Prometo volver con historias y conocimientos que enriquecerán a Ionia. Hasta entonces, cuídense."

Con esas palabras, Quetzulkan y Zoe partieron, dejando atrás el Placidium y adentrándose en lo desconocido. Su viaje los llevaría a tierras lejanas y a encuentros con seres de todo tipo. Cada paso que daban era una nueva oportunidad de aprender y crecer, y aunque estaban lejos de casa, llevaban consigo el espíritu de Ionia.

Mientras tanto, en Ionia, Irelia lideraba con firmeza y compasión, guiando a su pueblo hacia un futuro prometedor. La sombra de una nueva invasión de Noxus aún se cernía, pero con la unidad y el liderazgo renovado, Ionia estaba más preparada que nunca para enfrentar cualquier amenaza.

Así, con Quetzulkan explorando el mundo y Irelia guiando a Ionia, una nueva era de esperanza y fortaleza comenzaba para la tierra de los vastaya y los humanos. El legado de protección y valentía de Quetzulkan continuaría inspirando a generaciones futuras, mientras que su espíritu aventurero descubriría las maravillas y desafíos de Runaterra, siempre con el corazón anclado en su hogar, Ionia.

-------------------------------------------------

Con la amenaza de una segunda invasión noxiana en el horizonte, Quetzulkan se preparaba para su próximo viaje. Antes de partir, Karma le entregó un dispositivo mágico, una reliquia de tiempos antiguos, capaz de comunicarse a través de vastas distancias. Este artefacto, de forma esférica y fabricado con cristal de mana pulido, emitía un suave resplandor azulado. En su interior, complejos engranajes y runas brillaban con una luz etérea, tejiendo hechizos de comunicación instantánea. Karma, consciente de la importancia de mantener a Quetzulkan en contacto con Ionia, explicó con calma y determinación, "Este dispositivo te permitirá estar al tanto de cualquier eventualidad y regresar a tiempo para defender nuestra tierra." La conexión mágica garantizaba que, sin importar cuán lejos estuviera Quetzulkan, podría recibir y enviar mensajes cruciales al momento. Era una herramienta invaluable para asegurar que Ionia tuviera siempre a su protector listo para actuar en el instante preciso.

Antes de emprender su viaje, Quetzulkan se encontró cediendo ante la insistente petición de Zoe. La joven celestial, con su entusiasmo contagioso y espíritu aventurero, le propuso viajar en su forma de dragón, una experiencia que, según ella, haría su travesía más emocionante y eficaz. Quetzulkan, después de un momento de reflexión, accedió a la idea. En cuestión de segundos, su figura comenzó a transformarse, una metamorfosis que emanaba un aura de poder antiguo. De pie sobre sus extremidades traseras, un dragón colosal emergió. Sus escamas doradas relucían como una armadura impenetrable bajo la luz del sol, mientras una majestuosa melena verde se desplegaba desde su cabeza hasta su espalda. Los ojos del dragón, de un verde profundo y penetrante, irradiaban una mezcla de sabiduría y serenidad. Las alas emplumadas, con bordes dorados y matices azules y rojos, se desplegaron con gracia, proyectando sombras imponentes sobre el suelo.

La transformación era una maravilla para la vista. La cola del dragón, adornada con intrincados detalles dorados, brillaba intensamente, reflejando la luz en destellos hipnotizantes. Con una altura que superaba los 50 metros, cada movimiento de sus alas generaba un vendaval potente, levantando polvo y escombros a su alrededor. Cuando Quetzulkan dejó escapar un rugido atronador, la tierra tembló, resonando con el eco de su poder. Sin embargo, esta vez, los ojos de la bestia no mostraban ira ni deseo de venganza, sino un profundo conocimiento y una paz interior. La transformación no solo era una muestra de fuerza, sino también un símbolo de su control y sabiduría adquirida durante sus años de entrenamiento.

Con Zoe montando alegremente sobre su espalda, Quetzulkan, en su majestuosa forma de dragón, emprendió vuelo hacia el horizonte. Mientras surcaban los cielos, divisaron varios barcos mercantes en el horizonte, que a simple vista parecían inofensivos. Sin embargo, Quetzulkan, con su agudo sentido del olfato, identificó rápidamente que transportaban soldados noxianos. Decidido a proteger Ionia, desató una ráfaga de magia sobre los soldados y sus embarcaciones, haciendo que el agua a su alrededor se agitara violentamente, provocando una escena de caos entre las filas enemigas.

En medio del tumulto, algo llamó la atención de Quetzulkan y Zoe. Vieron a una joven de estatura media, con una figura delgada pero atlética. Su piel era de un tono terroso, y su cabello oscuro tenía mechones que fluían libremente, dando la impresión de moverse como la arena en el viento. Sus ojos brillaban con una intensidad que recordaba a la energía de los cristales. La joven estaba aferrada con sus últimas fuerzas a los restos de un barco destrozado. Quetzulkan descendió rápidamente, creando un vórtice de viento al aterrizar con cuidado cerca de la joven. Zoe, con su característica energía y alegría, descendió del dragón y voló hacia la joven.

"¡Hola! ¡No te preocupes, estamos aquí para ayudarte!" exclamó Zoe con una sonrisa.

Quetzulkan, en su forma de dragón, observaba atentamente, sus ojos reflejando una mezcla de compasión y curiosidad. Transformándose de nuevo en su forma vastaya, Quetzulkan también voló hasta la joven y extendió una mano y la ayudo a salir de su aprieto "Soy Quetzulkan. Estás a salvo ahora. ¿Quién eres y qué te ha sucedido?"


next chapter
Load failed, please RETRY

Tình trạng nguồn điện hàng tuần

Rank -- Xếp hạng Quyền lực
Stone -- Đá Quyền lực

Đặt mua hàng loạt

Mục lục

Cài đặt hiển thị

Nền

Phông

Kích thước

Việc quản lý bình luận chương

Viết đánh giá Trạng thái đọc: C10
Không đăng được. Vui lòng thử lại
  • Chất lượng bài viết
  • Tính ổn định của các bản cập nhật
  • Phát triển câu chuyện
  • Thiết kế nhân vật
  • Bối cảnh thế giới

Tổng điểm 0.0

Đánh giá được đăng thành công! Đọc thêm đánh giá
Bình chọn với Đá sức mạnh
Rank NO.-- Bảng xếp hạng PS
Stone -- Power Stone
Báo cáo nội dung không phù hợp
lỗi Mẹo

Báo cáo hành động bất lương

Chú thích đoạn văn

Đăng nhập