De vuelta en el barco que se dirigía a East Port, me senté y contemplé el océano.
—¡Rosalie, maldita sea, estuviste bien! —Georgia me silbó—: ¿Pero cómo supiste con certeza que Damian tenía a Soren y Soren no resultó herido?
Era más fácil respirar yendo a casa que yendo a las islas.
—Cuando pidió que lo dejaran gobernar las islas. Si no tuviera a Soren vivo, no se atrevería a hacer esa petición —respondí.
—¡Brillante! —Georgia felicitó, apoyándose en la barandilla—. ¿Así que esto es todo? ¿Todos hemos terminado? ¿No a la guerra? —Luego se estiró mucho y declaró en voz alta—: ¡Genial! ¡No puedo esperar por unas largas vacaciones!
Jace se inclinó hacia ella. —Georgia, ¿adónde quieres ir? ¿Puedo ir contigo?
—Jace —le pregunté—, ¿alguna vez has visto a Beta Talon enojarse?
Jace estaba confundido. —No, ¿por qué?
—Si quieres probar la ira del Beta más educado del mundo, vete de vacaciones a Georgia.