🌻 GISELLE ZURUMI 🌻
Salí de mi habitación y bajé las escaleras poco a poco, aún estaba un poco acalorada por lo que había hecho con mis hermanas hace unos momentos. Trate de calmarme antes de llegar a la cocina. Me detuve detrás de la puerta y respiré profundo, tranquilizándome para actuar normal frente a mi madre.
—Aquí estoy mami, ¿Necesitabas ayuda con algo? —le pregunte cuando abrí la puerta y pase a la cocina.
Mi madre traía puesta una bata de cocina sobre su ropa, con un cucharón revolvía algo que se estaba cocinando dentro de una olla. Cuando escucho mi voz se dio media vuelta para mirarme de frente.
—Si hija, pero antes quisiera hablar contigo un momento. ¿Puedes sentarte en la mesa?
Aquellas palabras bastaron para comenzar a ponerme nerviosa, ¿Acaso me había escuchado? ¿Hice mucho ruido mientras mis hermanas me tocaban? Gire y camine hacia la mesa de la cocina, controlando mis nervios para que mi rostro no exprese como me estaba sintiendo en ese momento. Me senté y trate de tener la mente en blanco, actuar normal frente a mi madre para que no sospeche nada.
—Si mami, ¿De qué quieres hablar? —pregunte, nerviosa por dentro, pero sin dejar que mi rostro lo expresara.
—Verás... es sobre tus hermanas...
Era sobre eso, mamá Hyuna lo descubrió, era mi fin, no podía hacer nada para seguir ocultándolo.
—E-eh... a... ¿A qué te refieres?... —pregunte cada vez más nerviosa, esta vez sin poder ocultarlo.
—¿Te estás llevando bien con ellas? ¿No te están haciendo meter en problemas? —pregunto mi madre con un tono un poco preocupado.
—No. Para nada mami, yo me llevo muy bien con ellas.
Respondí con un tono alegre y una media sonrisa, tratando de ocultar mi nerviosismo. Aunque ella ya lo supiera, podría negarlo todo y hacerle creer que mi mamá estaba equivocada. Si, podría ser una buena idea.
—¿Y en la escuela como van? ¿No te están haciendo faltar a clases o si? —pregunto mirándome a los ojos.
Alguien se lo había dicho. Sabía que no era buena idea hacer esas cosas en el baño de mujeres, ni en horario de clases, en alguno de los salones vacíos. ¡Las paredes son muy finas y mis hermanas me hacen gemir muy fuerte!
—¡¡No!! ¡¡P-para nada!! ¿Cómo crees que harían eso? —pregunte un poco más nerviosa y tratando de apartar la vista para que no descubriera mi mentira.
—Lo siento hija, es que tus hermanas a veces se meten en problemas y no quería que te involucren en esas cosas si no quieres. —me respondió mi madre un poco más calmada.
Solté un profundo suspiro al notar que la conversación estaba terminando, mi madre se quedó mirando hacia un costado, pensativa. Unos segundos después miro hacia mi lado y siguió interrogándome.
—Dime Gise, ¿Has notado algún comportamiento extraño en tus hermanas? —volvió aquella expresión seria en su rostro.
—¿Comportamiento extraño? ¿Cómo? —pregunte un poco confusa.
—Pues... como si estuvieran algo inquietas, o moviéndose mucho... algo que no harían normalmente. No estoy segura como explicarlo. —me respondió mi madre.
No sabía por donde iba esto, pero no quería averiguarlo. Mientras más hablemos de estos temas, es más probable que de me escape algo que no debo decir
—No mamá, ¡para nada! Mis hermanas siguen siendo las mismas de siempre... (solo que ahora me cogen como 3 veces al día cada una) —pensé esto último en mi cabeza.
—Y cuando estás cerca de ellas... ¿Notas algo diferente? ¿Un olor extraño quizás? —pregunto mi madre, con un tono más bajo y acercándose más a mí.
—No, para nada. —respondí de forma sincera. No sabía a que se estaba refiriendo.
Mi madre suspiró aliviada y se levantó de la mesa.
—Muy bien, muchas gracias por ser sincera conmigo hija. Si notas algo extraño en tus hermanas no dudes en contármelo ¿De acuerdo?
—Cl-claro... mami... —respondí un tanto confusa.
Ahora no sabía si mamá Hyuna sabía nuestro secreto, si lo sospechaba o solo estaba preocupada por mis hermanas y sus malas calificaciones en clase. Me levanté de la mesa dirigiéndome hacia la sala, no volvería a mi habitación con mis hermanas luego de la charla que tuve con mamá, habría que ser más precavida desde ahora. Cuando estuve por salir de la cocina escuche la voz de mi madre.
—Hija, ¿Me ayudas a pelar estar papas? Tus madres llegaran en un rato y quisiera tener la cena lista para cuando estén en casa.
Al parecer no podría salvarme de ayudar con la comida. Di media vuelta y volví con mi madre para ayudarla con la cena de esta noche.
—Está bien, ahora lo hago mami.
Tome un cuchillo y comencé a pelar algunas papas mientras mi madre se ocupaba de lavar y preparar los otros ingredientes. La mire de reojo y note aquella sonrisa alegre y positiva que mi madre Hyuna siempre tenía, mientras tarareaba una canción y hacia la cena para todos.