Mi segundo día en la universidad decidí recorrerla. El lugar es muy completo, cuenta con comedores, gimnasio, sala de duelos, enfermería y laboratorios, además de una gran biblioteca. Cuando llegó la hora de comer, Zanoba insistió en que comiéramos juntos en el tercer piso, zona de los nobles. Pero la verdad es que no quería comer ahí. Además, no quiero llamar la atención, pero ante su insistencia subí. Cuando estábamos comiendo, uno de los guardias de esa belleza rubia llamada Princesa Ariel (no pude evitar pensar en La Sirenita,me preguntó si en este mundo la gente del mar será sirenas.) El tipo venía pavoneándose con dos hermosas chicas a su lado. Cuando el tipo me vio, se acercó a mí.
—Así que tú eres Rudeus Greyrat.
—Así es, yo soy. Mucho gusto.
—Sí, lo sé. Te conozco por Fitz.
—Ah, ya veo. Te conto del duelo, ¿verdad, dije.
—Y veo que tienes mala memoria.
—¿Por qué preguntas eso? Te conozco.
—No, nunca antes nos habíamos visto.
Entonces, ¿por qué dices eso? dije.
Eso no importa, ¿tú no sabes quién soy yo, cierto?
"No lo sé", dije encogiéndome de hombros.
Pffff, soy Luke Notos Greyrat dijo con altaneria .
Cuando dijo eso, hice una mueca de desagrado.
"¿Qué pasa? ¿No me digas que aún guardas rencor porque tu padre, fue expulsado de la nobleza y perdieron sus títulos?", dijo en tono burlón, provocando las risas de sus acompañantes.
Jajajajaja, en serio, ¿piensas que me importa un puto título nobiliario? A mi padre le importa una mierda la familia Notos, dije provocando que sus risas se apagaran secamente.
"¿Qué?", dijo Luke indignado, "Ya veo que eres cercano a los Boreas, de seguro el viejo Sauros te metió en la cabeza el odio hacia los Notos".
"No metas a Sauros en esto. lo ejecutaron cobardemente y los Boreas que yo respetaba están todos muertos, ya no tengo relación con ellos. Solo odio a Philemon Notos, que pretendía entregar a Eris Boreas Greyrat al asqueroso del ministro Darius", dije. Al decir esto, Luke se puso pálido.
"¡Eso es mentira!", dijo Luke.
"Me importa un comino lo que pienses", le dije.
Luke se quedó viéndome mientras acariciaba el pomo de su espada.
"Hay rumores sobre ti, que además de ser un mago santo de agua también eres un espadachín."
"Solo son rumores", le dije sonriendo con confianza.
Ya veo y así, se dio vuelta y se fue con sus acompañantes, quienes pasaron de mirarme como una basura a mirarme con temor.
"Vaya, maestro, sí que pusiste a ese tarado en su lugar", dijo Zanoba.
"¿Quién es él, su majestad?" pregunté.
"Ay, maestro, solo dime Zanoba, soy tu amigo y tu discípulo", dijo. "Ese tipo es el guardaespaldas de la princesa Ariel, y es justamente hijo del hombre que insultaste."
"Así que es el hijo de Philemon. Bueno, supongo que no le gustó escuchar que su padre es un traidor."
"¿Y qué hay de Fitz, Zanoba? ¿Sabes algo?"
"No mucho. Es un elfo que puede lanzar magia en silencio como tu . Casi nunca habla. Hay rumores de que fue entrenado como un asesino en la corte Asurana. Sé que les dio una paliza a Rinia y Purcena cuando la princesa llego."
Mmm, ya veo -dije-. Oye, ¿cómo es que sabes todo eso, Zanoba?
Bueno, Rinia y Purcena me pidieron que averiguara.
¿Y tú por qué les haces caso a esas dos?
Pfff, es una larga historia, maestro. Otro día se la contaré.
Esa tarde decidí ir a la biblioteca, a investigar, como me dijo el cara de nada. Mientras estaba buscando un libro, me encontré con Fitz. Cuando me vio, dio un grito. Me acerqué a él y le dije:
-Hola, Fitz. Buenas tardes. Oye, nuevamente te pido perdón por lo del otro día.
-Ah, sí, no te preocupes. Yo no estoy molesto por eso.
-Eso es genial. Oye, ¿estarás libre esta tarde? ¿Quieres ir a beber una cerveza?
-Muchas gracias, Rudy... quiero decir, Rudeus, pero tengo muy poco tiempo por mi trabajo de guardián de la princesa.
-Ya veo -le dije-. Bueno, será otro día.
-Oye, Rudeus, ¿qué haces acá?
-Investigo el incidente de teletransportación.
-¿En serio? ¿Por qué?
-Bueno, vivia en Fitoa y fui teletransportado al continente demoníaco. Tardé 3 años en regresar. He encontrado a todos, solo falta mi amiga.
Tú, tú, ¿tu amiga?
Sí, ella es una amiga de la infancia. Tiene las orejas tan largas como las tuyas, pero no es una elfa pura. Tiene un hermoso pelo color verde esmeralda, y también sabe usar magia silenciosa. ¿Ves este collar? Ella me lo regaló.
Cuando miré a Fitz, estaba temblando y abría y cerraba la boca, como si no pudiera encontrar una respuesta.
¿Estás bien, Fitz?
Sí, lo siento, Rudeus, pero debo irme.
Ok, cuídate, le dije.
Espera, Rudeus, busca el libro "El laberinto de la teletransportación", te puede ser muy útil.
Gracias, Fitz.
Y así se fue, dándome una sonrisa. Creí haberlo visto irse saltando como un ciervo. Supongo que es muy infantil aún.
Terminé muy tarde de leer y el libro realmente era muy interesante
Cuando me dirigía a mi habitación y mientras pasaba por el dormitorio de las chicas, algo cayó del cielo. Cuando lo agarré, eran calzones. Lo primero que pensé es que alguna chica tenia una noche alocada, pero rápidamente vi que desde la ventana del último piso se asomaba alguien.
Hey se te cayo esto grite.
En ese momento sentí un fuerte grito: "¡PERVERTIDO!" (¿qué diablos?). En menos de un segundo, me vi rodeado por decenas de chicas que sostenían palos y escobas. De la nada, un tremendo gorila, o debo decir, una chica bestia con cara de gorila, saltó frente a mí.
"¡Pervertido! ¿Así que estabas robando la ropa interior de la princesa?", dijo.
"¿De qué hablas?", esto cayo desde el ultimo piso y solo lo sostuve. "
¿No sabes que está prohibido estar aquí a estas horas? Serás castigado", dijo ella, y me tomó de la mano para llevarme a la dirección.
"Espera", le dije, "esto es un malentendido", mientras usaba magia de tierra para mantenerme en mi sitio.
Justo en ese momento apareció Fitz.
"Disculpa, esa ropa se me cayó a mí y él solo la agarró mientras pasaba por aquí".
"Entiendo, Fitz, pero él aún caminaba por aquí y está prohibido.
Él es nuevo, aún no sabe las reglas".
"Si tú lo defiendes, debe ser cierto, pero aún así será castigado...", dijo la gorila.
"Dije que lo sueltes, ¿o quieren ir todas a la enfermería?", dijo Fitz con tono amenazante. "Bien", dijo la gorila , pero si vielve a aparecerse por aqui no respondere dijo amanazante. Uff, Goriade nunca entiende, se quejó Fitz.
Salimos fuera del camino de la habitación de las chicas y Fitz me curó el moretón que me dejó la mona en la muñeca.
Oye, Rudeus, discúlpala, ella es una buena persona pero es muy terca.
Si no te preocupes, toma esto, es tuyo -dije entregándole las bragas.
Perdóname, Las estaba lavando y se me cayeron.
¿Tú le lavas la ropa interior a la princesa? ¡Vaya amigo, qué afortunado eres! -le dije burlándome de él.
Pero pareció molestarle la broma.
Perdona, Fitz, era solo una broma, no quise insinuar nada.
No te preocupes.
Oye, gracias por el consejo del libro, Fitz.
De nada, Rudeus, yo también estuve investigando sobre ese incidente.
Ya veo. ¿Averiguaste algo?
No, no mucho.
Bueno, ¿Fitz, podrías ayudarme cuando tengas tiempo?
¿Te molestaría?
No, claro que no.
Oye, Fitz, ¿te puedo preguntar algo?
Sí, claro. ¿Qué es?
¿Eres un chico o una chica?
¿Qué? -dijo muy sonrojado- ¿Por qué preguntas eso?
Bueno, vistes como hombre, pero tu voz, tus facciones y tus movimientos son muy femeninos .
De que hablas me dijo molesto, yo soy un chico.
Buenas noches Rudeus adios y se fue muy sonrojado y muy molesto.
Buenas noches Fitz.....huy ahora si que la cague, pensé .
Y así pasaron los días: desayunaba con Zanoba, luego investigaba en la biblioteca, almorzaba con Zanoba y regresaba a la biblioteca. Durante ese tiempo, le envié varias cartas a papá y a varios gremios de aventureros para que le llegara alguna, diciéndoles que estaba en Ranoa esperando instrucciones.
Zanoba todos los días me pedía que le enseñara a hacer figuras, pero le dije que me daría un mes para practicar, ya que no había hecho ninguna figura en los 2 años que estuve de aventurero. Un día, Zanoba ya no soportó las excusas y me pidió encarecidamente que le enseñara. Lamentablemente, el tipo no tenía ningún talento ni con la magia, y con sus manos no podía controlar su fuerza. Vi cómo lloraba desconsoladamente por su incapacidad. Además, cuando fui a llevarle una estatuilla a su habitación, lo encontré literalmente haciendo el amor con una estatua de bronce de tamaño real (el tipo es fetichista). Estaba pensando cómo ayudarlo en la biblioteca cuando apareció Fitz.
Hola Rudeus, me dijo con su vocecilla de conejo degollado.
Ah, hola Fitz, oye quería disculparme por lo del otro día, no quería ofenderte.
"No te preocupes", dijo él. "¿Qué te pasa? Te noto preocupado".
"Es un problema, verás, Zanoba me pidió enseñarle a hacer figuritas, pero el tipo no tiene talento, ni con magia ni con sus manos, y está muy desconsolado".
"¿Haces figuritas? ¿Cómo?"
"Bueno, así le dije", y comencé a hacer inconscientemente una figura de Eris. Cuando me di cuenta, miré a Fitz y este estaba muy curioso.
"¿Quién es ella, Rudeus?"
"No es nadie", dije y deshice la figura.
"Oye, Rudeus, ¿y qué hay de un esclavo?"
"¿Qué hay con eso?", pregunté.
"Podrían comprar un esclavo y enseñarle a hacer las figuras por él".
"La verdad, Fitz, eso de la esclavitud no me gusta".
"Bueno, si te molesta, compren un esclavo, lo liberen, le enseñan a hacer figuritas y tenganlo como una persona libre. Un niño sería perfecto", dijo Fitz.
"Si puede ser, hablaré con Zanoba de eso. Iremos pasado mañana, tendremos libre", dije.
"Oye, Rudeus, verás, yo también estaré libre ese día. ¿Me preguntaba si tal vez? .
quieres ir con nosotros, Fitz", dije.
"Sí, me encantaría", dijo con una sonrisa.
"Está bien. Nos vemos temprano a la salida de la universidad."
Cuando le comenté a Zanoba, estuvo de acuerdo, aunque no le gusto mucho la idea de liberarlo. Pero le dije que no me gustaban los esclavos, así que aceptó.
Cuando llegó el día, nos reunimos con Fitz. El elfo se mostró muy tímido y Zanoba, como siempre, muy pomposo.
"Oye, Zanoba, ¿siempre eres tan pomposo al presentarte?"
"Bueno, sí, maestro. Es el protocolo de Shirone."
"Oye, Zanoba, vamos, Fitz es nuestro amigo, no seas tan estirado, viejo", le dije.
"Sí, maestro tiene razón."
Y así fuimos conversando hasta llegar al mercado. La verdad, me asqueó el lugar, ver cómo vendían personas. Aunque en este mundo mucha gente se hacía esclava por su propia voluntad, aún así me asqueaba.
Pasamos por donde había unos esclavos guerreros desnudos y Fitz se quedó mirándolos fijamente.
"Oye Fitz, ¿nunca habías visto a una mujer desnuda?", le dije.
"Eee bueno sí, pero nunca así", dijo. ("¡Huy, seguro ha visto a la princesa Ariel, qué suertudo!"). "Hey, tranquilo, vamos por acá".
"Oye Rudeus, a ti no parece importarte", dijo.
"Sí, ya he visto mujeres desnudas, amigo", respondí.
"Entonces, tú tienes experiencia", dijo con pena. ("Pobrecito, aún no la mete").
"Bueno, sí, tuve una novia hace un tiempo", dije.
"Hablas de Lady Eris", dijo Zanoba.
"Sí, ella", dije con tristeza. "Pero mejor no hablemos de eso ahora, amigo".
"¿Por qué no quieres hablar?", me preguntó Fitz algo molesto. ("Debe querer que le cuente una historia erótica").
"Bueno", dije, "es una historia triste, pero este no es el lugar para hablar de eso. Pero un día podríamos reunirnos los tres, tomar algo de licor y hablar de cosas de hombres. ¿Qué les parece, chicos?"
Zanoba estuvo de acuerdo, y Fitz aceptó muy sonrojado.
Entonces, chicos, ¿qué clase de persona deberíamos buscar?
"Bueno", dijo Fitz, "lo mejor sería un niño para poder enseñarle magia sin canto, y un enano porque son hábiles con las manos."
"Si eso les parece perfecto", dijo Zanoba.
"Está bien, preguntemos", dije.
Cuando preguntamos a un señor y, luego de calmar un arrebato de Zanoba, porque el tipo no me tomó en cuenta, nos informaron de una niña enana de 6 años que podría interesarnos.
Cuando nos la mostraron, estaba desnuda, desnutrida y con los ojos muertos, era un cadáver andante.
Así que le hablé en el idioma de Dios bestía.
"¿Cómo te llamas, niña?
¿Quieres que te saquemos de aquí?
Verás, necesitamos a alguien que nos ayude.
¿Me estás escuchando?"
"¿Qué pasa, maestro?", dijo Zanoba.
"Creo que ella no quiere vivir", dije.
"Escucha, si vienes con nosotros, nadie te hará daño, lo juro, y tendrás comida todos los días y una camita calentita por las noches. ¿Qué dices, prefieres quedarte aquí y morir o ir con nosotros y vivir?".
Ella apenas lo miró con sus ojos tristes.
O tal vez prefieres que te libere de tu miseria ahora. Lo haría rápido y sin dolor - le dije, tocando su garganta.
Ella finalmente me miró y me dijo - "Yo quiero vivir".
"Bien", dije, "nos la llevamos a esta niña".
Solo nos cobraron una mísera moneda de cobre por ella.
La llevamos a un restaurante y le dimos de comer. La pobrecita estaba hambrienta.cuando le pregunté el nombre solo le dio el nombre se sus padres. Ya veo dijo Fitz los enanos no le ponen nombres a sus hijos hasta los 7 años. "¿Y qué nombre le ponemos?", dije.
" Fitz, dijo deberíamos ponerle un nombre de niña muy bonito", dijo con una actitud muy femenina. Lo quedé viendo con los ojos entrecerrados.
"¿Qué pasa, Rudeus? ¿Por qué me miras así?", dijo.
"Por nada, Fitz", le dije. (Si no es una mujer, de seguro es gay, pensé, aunque lo vi viendo a una mujer. Mmm, tal vez sea solo afeminado).
"¿Qué dices, Zanoba? Estará a tu cargo. ¿Cómo la llamaremos?", Zanoba pensó y luego dijo, "Julius".
"Pero ese es un nombre masculino", dije.
"Así es, maestro. Es el nombre de mi hermano menor. Sin querer, lo maté cuando éramos pequeños al no saber controlar mi fuerza" (Qué triste, pensé. Del terror, pero triste).
"Qué tal, Juliette", le dije a Zanoba.
"Me parece bien, maestro".
"¡Ay, Juliette es un nombre hermoso!", dijo Fitz, y nuevamente lo quedé mirando con los ojos entrecerrados.
"Oye, Rudeus, deja de mirarme así, es incómodo".
"Lo siento, Fitz", dije.
"Desde hoy te llamarás Juliette", le dije en la lengua feral.
"July", dijo la niña.
Y así, Zanoba consiguió una aprendiz.
Zanoba le enseñaba sobre estatuillas y yo le enseñaba lengua humana y magia de tierra sin canto.
Al cabo de un mes, July lo logró. Era cuestión de tiempo para empezar a hacer figuritas. Zanoba la trataba muy bien, realmente me sorprendió lo preocupado que está con la niña.
Además, también se le enseñaba a tallar arcilla solo a mano.
Estábamos en eso un día cuando Zanoba sacó una estatuilla de Ruidjerd. Al verla, no pude evitar recordar los buenos tiempos, y luego recorde (Zanoba, tiene la figura de mi primer amor y mi primer beso en este mundo, Roxy.)
"Oye, Zanoba, ¿me mostrarías la figura de Roxy? Hace mucho que no la veo".
En ese momento, Zanoba se puso muy nervioso y empezó a temblar con una expresión casi de pánico.
"¿Estás bien?", le dije.
Sin decir nada y aún temblando, Zanoba sacó una cajita de madera y la llevó a una mesita. Cuando la abrió, solo estaban los restos de la estatuilla de Roxy, que estaba hecha pedazos.
"¿Se te rompió, Zanoba?"
"¡PERDÓN, MAESTRO!", y se tiró al piso de rodillas.
"Oye, cálmate, viejo. ¿Qué pasó?"
"Fueron Rinia y Purcena, maestro. Ellas me retaron a un duelo y apostamos nuestra posesión más preciada. Me derrotaron con una rara magia de voz y cuando les di la figura de tu maestra Roxy, ellas la llamaron asquerosa y la rompieron", dijo Zanoba, llorando profusamente.
"Hey, tranquilo, Zanoba. Está bien, no estoy enojado contigo puedo reconstruirla. Cálmate, amigo."
Ya cuando se calmó, le dije: "Bueno, amigo, habrá que enseñarles una lección a esas dos."
"Así que planeamos esperarlas a la salida de sus clases. Siempre se quedaban hasta tarde, así que las esperamos en un lugar poco concurrido detrás de unos árboles."
Cualquiera que pasara por ahí y nos viera escondidos entre los árboles, pensaría que estábamos en acciones homoeróticas. Cuando finalmente esas dos aparecieron, salimos de nuestro escondite .
Oye Zanoba, ¿y tú qué haces aquí con el novato miau?
Oye Rinia, estos dos quieren pelea -dijo Purcena.
Ok, mejor lárguense. No te hemos molestado porque ayudaste a nuestras hermanas en el gran bosque, pero si sigues así te desnudaré y te golpearé, novato, miau -dijo la gata.
Pffff, ¿qué te hace pensar que me derrotarías? -dije. Yo solo vine aquí por una disculpa.
¿Qué? Si no te hemos hecho nada nano dijo Purcena.
Hablo de la figura que rompieron.
¿Qué hablas de esa asquerosa muñeca que tenía Zanoba, nano?
Así que asquerosa -dije. Sabes, más asquerosas me parecen un par de tipas con aires de superioridad que no aprenden a hablar bien aún, y solo están aquí en esta academia porque las enviaron a aprender algo, ya que eran consideradas unas cabeza hueca en el gran bosque.
¡TE VOY A MATAR! -dijo Rinia.
Cuando se abalanzó sobre mí con mi ojo demoníaco, vi cómo Purcena me lanzaría un hechizo de voz, así que conjuré polvo cerca de su boca para que no pudiera respirar bien. Mientras tanto, con mi aura de batalla, rápidamente me lancé sobre Rinia y la golpeé en el estómago, dejándola inconsciente. Cuando volví mi atención a Purcena, esta corría en cuatro patas y Zanoba la perseguía, así que solo la hice caer en un pantano y la dejé inconsciente con un cañón de piedra ligero.
"Vaya, maestro, las acabaste tú solo"
"Pues la verdad, Zanoba, pensé que darían más pelea. (La verdad es que estas tipas son solo boca)."
"Y ahora, ¿qué hacemos, maestro?"
"Rayos, le dije, no planeé que hacer a continuación ."
Así que, con ayuda de Zanoba y July, las llevamos a mi habitación y las dejé amarradas a unas sillas. Cuando recobraron la conciencia, Purcena fue la primera en hablar.
"Por favor, no nos hagas nada. Te dejaré tocarle las tetas a Rinia todo lo que quieras, pero no nos hagas nada."
"¿Qué dices, dijo Rinia? ¿Y por qué no dejas que te toque tus tetas miau.
"Oigan, ya basta", dije. "No les voy a hacer nada ni tocarles nada. Solo quiero una disculpa por destruir la figura de Roxy. Esa fue Rinea, dijo Purcena. Ella la rompió y se burló de Zanoba.
¡¿Qué?! ¿Te reíste de Zanoba mientras buscaba las piezas rotas hasta la madrugada? ¡Miau!"
"Silencio", dije.
"Oye, idiota", dijo Rinia, "¿sabes quién es mi padre? Si se entera de esto, te matará", me dijo amenazante.
"¿Quién, Ghis? No lo creo", le dije, "él aún me debe una. Cuando me confundió con un secuestrador después de salvar a tu hermana y me acuso de abusar de la bestia sagrada y tuve que estar dos semanas desnudo y me mojaban todos los días. Mmm, tal vez debería hacerles eso, encerrarlas, desnudarlas y mojarlas."
"Por favor, no lo hagas", dijo Purcena.
"Cualquier cosa menos eso", dijo Rinea.
Sabes , solo me basta escribirles a tu abuelo y a Ghis, y decirles que uds son solo unas abusivas y unas delincuentes , para que las envien al gran bosque de una patada en el culo .
Con esas palabras, entraron en pánico.
Por favor, no hagas eso. Ahora somos estudiantes, míaudelo, perdónanos.
¿Qué dices, Zanoba? ¿Qué deberíamos hacer?
Deberíamos venderlas como esclavas. Sé de una familia de Asura que ama a la gente bestia (ya me imagino a quién se refiere).
Estás loco, le dije. Sean como sean, son princesas doldia , Zanoba. No podemos hacer eso.
¿Y entonces qué? Dijo Zanoba.
Déjame pensarlo.
Así que las dejé detenidas en mi habitación.
Al día siguiente, mientras pensaba que hacer, le conté la situación a Fitz.
¿Tú qué? Me dijo muy molesto.
Shhh, más callado, viejo. Y le expliqué lo que pasó.
Entiendo, dijo Fitz. Oye, Rudeus, ¿tú no les hiciste nada, cierto?
Oye, Fitz, ¿qué clase de degenerado crees que soy? No les hice nada, solo están atadas en mi cuarto.
Mmm, ¿sabes? Se merecen un castigo, además, esas dos se lo merecen. Llevan 5 años abusando de los estudiantes.
Así que con Fitz fuimos a mi habitación. Cuando llegamos, Rinia y Purcena se habían meado y estaban muy dóciles.
Por favor, perdona. Te juro que jamás volveré a romperles nada dijo Rinia pero sueltame debo moverme un poco.
"Por favor, Nano, tengo mucha hambre. Dame algo de carne.
Oye, Rudeus, libéralas. Me dijo Fitz, ya aprendieron su lección.
Así que las liberé mientras las soltaba se sacaron la falda y la ropa interior. Fitz se las lavó y las secamos con magia de fuego y viento. Mientras las secaba, no dejaba de verle los muslos a Rinia y Purcena. Dios, qué muslos.
Cof cof, tosió Fitz y me miró con las mejillas infladas.
Puedes dejar de mirarlas, Rudeus.
Hey, tranquilo viejo, no te pongas así.
Cuando terminamos de secar su Ropa y ya se habían vestido, Rinia me dijo:
Ok, desde ahora puedes hacer lo que quieras, pero nada que miaudeje embarazada miau.
Eso es para el matrimonio, le dijo Purcena (¿qué demonios piensan estas que soy?).
Ya podemos irnos, jefe, dijo Purcena.
No tan rápido, dijo Fitz.
Tú no te metas, Fitz, este no es tu puto problema, dijo Rinia.
Vaya, dije, ¿hay alguien que quiere ser mojada?.
No, solo estaba bromeando, dijo Rinia, ¿qué quieres ahora?
Esto es para que no vayas con cuentos, dijo Fitz, y les escribí en la cara: "Soy la perra de Rudeus", y a la otra: "Soy la gata de Rudeus", y otras cosas que les escribío en la espalda. Además, les dibujó unos bigotes y cejas; se veían muy graciosas.
"Escuchen, Dijo Fitz, esta tinta dura una semana. Es usada por tatuadores. Si van con cuentos de lo que pasó, activaré el conjuro y esos dibujos serán permanentes. ¿Entienden? Se los quitaré dentro de una semana si se portan bien" (¡Vaya, Fitz es un malote!).
"Grrrrrr, vas a pagar por esto, Fitz".
"Ok, jefe", dijeron las chicas. "Ya podemos irnos, tenemos hambre".
"Sí, está bien. Lárguense", les dije. Cuando estaban saliendo por la ventana, Rinia se detuvo y preguntó: "Oye, jefe, ¿quién te enseñó a pelear?".
"¿Mi maestra?"
"¿Y quién es?"
"La reina de la espada, Ghislaine Dedoldia".
"Ya veo", dijo Rinea. "Ahora entiendo. Fue la tía Ghislaine", y se miró con Purcena, como si hubiesen entendido algo.
Finalmente, saltaron por la ventana. "Adiós, jefe. Lamentamos lo de la figura de tu maestra", y así se perdieron de mi vista esa noche.
Uff, me dije y me tiré en mi cama.
Oye, Rudeus, ¿nos habremos sobrepasado?
.
Claro que no, se lo merecían. Por cierto, no sabía que tenías esa tinta.
Jajajaja, es solo tinta común, dijo Fitz, es solo para que estén asustadas.
Jajajaja, eres más divertido de lo que aparentas, amigo.
Oye, Rudeus, así que este es tu cuarto. Veo que tienes una espada.
Sí, revisa lo que quieras, no tengo nada que ocultar.
Pero tu espada está rota, ¿qué le pasó?
Se rompió en una pelea que tuve. Casi nos matan, pero salimos con vida.
Ya veo, dijo Fitz, y luego se fijó en algo que tenía en mi mesita de noche.
Oye, ¿y esto qué es?
No alcancé a detenerlo cuando ya tenía el pelo y las bragas de Eris en la mano.
¡Puaj Rudeus, estas son bragas y cabello! ¿Porque tienes esto?.Es una clase de maldición que le haces a alguien, dijo acusativamente y con las mejillas muy infladas.
No, claro que no, es solo un recuerdo de alguien que fue muy importante en mi vida. Es lo único que me quedó de ella.
Ah, ya veo, dijo Fitz.
¿La amaste mucho, verdad?.
Traté de darle una sonrisa, pero solo logré hacer una mueca.
Eris fue alguien muy especial, fue la chica noble a le enseñe cuando me enviaron a Roa. Ella era muy violenta y siempre me golpeaba al principio. Cuando ocurrió el accidente de teletransportación, fui enviado con ella al continente demoníaco, y pasé los siguientes tres años regresando con ella.
¿Todavía la amas, Rudeus?.
No lo sé, eso ya se acabó. Solo conservo eso de ella para recordarme que puedes perder lo que más amas en cualquier momento
.
"Ya veo", dijo Fitz, "a mí también me separaron de alguien a quien amaba. Sé lo que sientes".
Le di una sonrisa a Fitz.
"Sabes, Fitz, solo fui a ser tutor de esa chica para ganar dinero y venir a estudiar a esta universidad con una amiga de mi infancia, y ahora que estoy aquí, pienso que al final no cumplí la promesa de traer a esa amiga conmigo. Así que al final perdí a la mujer que amaba y perdí a mi mejor amiga".
Fitz se puso muy rojo y pensé que estaba a punto de llorar.
"Debo irme, Rudeus. Buenas noches".
"¡Buenas noches, Fitz!" Dije y salío rápidamente de mi habitación. (De seguro le dio pena escuchar mi historia. Pobre chico, debe ser un sentimental.)
Pensamiento de Fitz:
Me dolió escucharlo decir que amaba a esa tal Eris, y ver que conservaba sus bragas y un mechón de su pelo rojo. Pero me dolió aún más saber que se fue a Roa solo para pagar mi matrícula en la universidad y estudiar juntos aquí. Casi que pongo a llorar y casi le revelo mi identidad, así que preferí salir rápidamente de ahí. La princesa aún no me autoriza a revelar mi identidad, por la posibilidad de que Rudeus se una aliado de los Boreas. Además, estuvo ese incidente con Luke, del cual él no habla, pero está muy molesto con Rudeus y también está a favor de no reclutarlo. Solo me queda esperar el mejor momento, tratar de convencer a la princesa de que no es un enemigo y por fin decirle quién soy. Estoy segura de que puedo hacerlo olvidar a esa chica.