"6 años después
El frío en el aire mordía mi piel mientras estaba sentada afuera, mi pincel trazaba delicadamente el contorno de un lobo con intensos ojos azules. El lienzo ante mí parecía cobrar vida con cada trazo, capturando la esencia del espíritu salvaje de la criatura. Mis criadas estaban de pie obedientes detrás de mí, su presencia un silencioso apoyo.
Parecía que todo lo que había podido hacer en años era simplemente pintar. Lo encontraba terapéutico y pacífico, quiero decir, ¿qué más podría hacer cuando mi esposo está conquistando otros reinos? —me pregunté a mí misma mientras cuidadosamente sumergía mi pincel en una pintura azul que utilizaba para pintar los ojos del lobo que me miraba de vuelta.
Oí a alguien carraspear detrás de mí. Ya sabiendo quién era, sonreí mientras se acercaba a mí. Thea, mi criada de mayor edad —me sonrió mientras se inclinaba, su sonrisa era genuina mientras miraba mi pintura.