Basil Jaak echó hacia atrás su puño y lo lanzó directo hacia la cara del Presidente Jin. Lo siguiente que supo fue que el obeso cuerpo del Presidente Jin salía despedido hacia atrás como una cometa cuyas cuerdas se hubieran cortado, aterrizando pesadamente en el suelo del vestíbulo con un sonido estruendoso.
A pesar de la música de fondo, el fuerte ruido fue claramente pronunciado. Todos los ojos en la sala se volvieron instantáneamente hacia el Presidente Jin. Las conversaciones se detuvieron abruptamente, dejando la sala espeluznantemente silenciosa.
¡Conmoción!
No solo el Presidente Jin en persona, sino también aquellos cercanos que presenciaron el incidente lucieron expresiones de asombro absoluto.
Después de todo, las celebridades en la sala, que representaban diversos campos, jamás recurrirían abiertamente a la violencia física. Incluso si estuvieran mordiéndose los dientes de odio hacia alguien, se controlarían. Pero Basil Jaak, un paria entre ellos, no contuvo sus puños.