🌸 TSUKI UZAKI 🌸
—No llegues muy tarde. Te quiero ver en casa mañana temprano —dije levantando un poco la voz para que me escuchara a lo lejos.
—Ya lo sé mamá, volveré lo antes posible. —Respondió mi hija.
—¡Adiós señora Uzaki! —me saludo su amiga desde la puerta, mientras ambas entraban en la casa.
Despedí a mi hija desde la puerta del auto con la mano levantada y una pequeña sonrisa en mi rostro. Ella me había insistido tanto para que le diera permiso de quedarse una noche en la casa de su amiga y termine cediendo ante su petición. Después de todo Yanagi ya había entrado en su adolescencia, y hacer pijamadas con su amiga era lo normal a su edad. Ahora que mi hija ya habían entrado a la casa, me metí al auto y abroche mi cinturón para conducir de nuevo hacia mi casa.
Aún era un poco temprano para la junta de hoy, por lo que tenía tiempo de ir al mercado por unas cosas. Esta noche sería muy divertida según mi amiga Maki. Cuando llegue al mercado no me tomo más de 40 minutos elegir lo que iba a llevar, algunas botanas y un par de bebidas alcohólicas para esta noche. Después de pagar por la compra volví a mi auto, guarde las bolsas en los asientos de atrás y me dirigí a mi casa. Mientras estaba a medio camino mi teléfono sonó de repente, aguarde hasta que me detuve en un semáforo en rojo y luego tome mi teléfono para ver el mensaje.
"No se olviden que esta es nuestra noche, chicas. Nos veremos en la casa de Tsuki a eso de las 19:00hs, sean puntuales😚"
Era un mensaje de Maki, estaba a punto de contestarle, pero unas bocinas sonaron de repente para alertarme que el semáforo ya estaba en verde. Deje el teléfono en el asiento del acompañante y continúe conduciendo sin responder, por supuesto mi teléfono siguió sonando y supuse que eran las respuestas de las demás chicas en el grupo que teníamos nosotras. Luego de 20 minutos conduciendo llegue a casa, estacione el vehículo y saque las bolsas para llevarlas adentro.
—Ya estoy en casa...
El sonido del viento, y de una casa vacía, fue la única respuesta que obtuve. Mi hija Yanagi se había ido a la casa de su amiga, mi hija mayor Hana estaba de visita a la casa de sus abuelos, mi hijo Kiri se fue de viaje unos días con sus amigos, y mi esposo se encontraba ausente debido a su viaje de negocio, solamente quedaba yo en esta casa vacía, o al menos, por hoy ya que mis hijas volverían mañana temprano.
Camine hacia la cocina y deje las bolsas de compras en la mesa. Fue entonces cuando recordé los mensajes del grupo y volví al garage para tomar mi teléfono. No habían hablado mucho las chicas, solamente escribieron su confirmación y comentaban lo emocionadas que estaban por la reunión. Hace mucho tiempo que no nos juntábamos para charlar y divertirnos. Las cuatro vivíamos en el mismo vecindario, pero debido a nuestras familias fuimos distanciándonos poco a poco.
Luego de responder los mensajes comencé a limpiar un poco la casa, nada más quedaban 2 horas antes de que lleguen las demás. Aún tenía tiempo para prepararme. Como anfitriona debía dar una buena impresión a mis amigas.
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Para cuando sonó el timbre ya me había duchado y arreglado bien, me maquille un poco y me puse un buen vestido para la ocasión, me quedo algo escotado lo cual no me gustaba, pero eso era algo difícil de controlar debido al tamaño de mi busto. Cuando abrí la puerta recibí un cálido saludo de mi amiga Maki, la principal culpable de esta reunión.
—Tsuki, te ves fabulosa. Te queda muy bien ese vestido blanco —me halago Maki luego de un beso en la mejilla.
Había decidido llevar un vestido blanco con algunos detalles en los hombros y la cintura. El vestido me llegaba hasta las rodillas, nada muy revelador, ya que solo será una noche de chicas.
—Gracias, tú también te ves bien. —le respondí luego de cerrar la puerta.
Maki tenía un aspecto algo elegante y atrevido, un pantalón largo y ajustado a sus piernas y caderas, con una camiseta algo escotada y una chaqueta que la hacían ver elegante con un toque travieso. Con cabello anaranjado, ella era unos cuantos centímetros más alta que yo, y casi que tenía la mitad de tamaño de pecho que el mío.
—Y veo que con cualquier cosa que uses es imposible ocultar este par de niñas grandes —me dijo Maki y con sus dos manos levanto y sostuvo mis dos pechos por unos segundos, los cuales fueron suficientes para hacer que mi rostro se tornara de un color rojizo.
—M-maki!! Para... —exprese nerviosa.
Ella me soltó de inmediato y luego dejo escapar una risa de su boca. En nuestro grupo de cuatro yo era la que tenía los pechos más grandes, se podía notar claramente con cualquier cosa que usara. Cada tanto las demás hacían pequeñas bromas y me envidiaban por el tamaño de mi pecho, lo que ellas veían como un gran beneficio yo lo veía como una pequeña desventaja, recibía más atención de la que quisiera tener y muchas veces la ropa no me quedaba como deseaba.
Luego de la pequeña broma de Maki, la invite a pasar y ambas nos dirigimos al salón principal, ya estaba la mesa lista para las cuatro, aunque las demás aún no habían llegado. Deje la mesa con las 4 copas, algunos platos con papitas o galletas, y unas 2 botellas de vino para que pudiésemos tomar.
—Llamaré a Shiho para preguntarles en donde están —exclamo mi amiga mientras sacaba su teléfono. Yo tome un par de copas y comencé a servir aquel vino que compre en la tarde. Mientras le ofrecía la copa a Maki sonó el timbre y ambas intercambiamos una pequeña sonrisa, ya que ambas sabíamos que era una de las invitadas.
—Shiho, ¿dónde estás?
Maki se quedó hablando por teléfono mientras yo camine hacia la puerta principal para darle la bienvenida a nuestra tercer invitada de la noche.
—Tsuki, te ves preciosa. Perdona por llegar tarde.
Escuchar la voz suave y calmada de Saki me aliviaba. Me acerqué a ella para darle un cálido abrazo.
—Saki, me alegra que hayas venido —le dije mientras la abrazaba con fuerza y cariño.
Después de darle un beso me separe y la invite a entrar. Saki era una mujer de aspecto algo pequeño, pero con una gran cantidad de amor maternal para dar. Con el cabello corto de pelo azul oscuro, había venido con una simple blusa y pantalones.
—Veo que Maki fue la primera en llegar —me dijo soltando una pequeña risa.
Se escuchaba como Maki hablaba con tono fuerte respondiéndole a Shiho.
—Si, bueno... ya sabes como se llevan Maki y Shiho —le respondí con una risita y pasamos a la sala para estar con Maki.