Al ver las notificaciones del sistema, Shi Feng reflexionó.
Aunque sabía que no sería tan fácil obtener la Colección de la Desintegración, la cual había sido usada alguna vez por una de las figuras legendarias de Dominio de Dios, no esperó que fuera tan difícil.
Reparar la armadura era una cosa, pero era una historia diferente si debía refundirla. No era diferente a pedirle que forjara una nueva Armadura de la Desintegración, un Equipamiento de Colección Legendario.
Además, mientras la llevara consigo, los Orcos mutantes lo atacarían al azar en los campos. Eso, sin duda, retrasaría su progreso.
Lo más importante era que estaba atrapado en un estado perpetuo de Desintegración y sus Atributos básicos se habían debilitado gravemente. También agotaba su Concentración. Si no encontraba una solución rápidamente, afectaría severamente su eficiencia de nivelación y misiones.
—Parece que tendré que visitar a Seliora —Shi Feng suspiró, impotente.