Destino comenzó a llorar mientras abrazaba el cuello de Lillia y enterraba su rostro en su pecho —¡No! Mamá no es inútil. Te preocupas tanto por mí y mis hermanas, mis otras mamás, y Papá. Te preocupas por la ciudad que Papá está construyendo. Te importa tanto y quieres hacer más, pero no te dejan, ¿o la gente mala peor que lo que ha llegado vendrá, cierto?
Los ojos de Lillia estaban húmedos de lágrimas. Nunca pensó que su propia hija pudiera entender todo tan completamente. Abrazó a su pequeña con fuerza mientras se balanceaba de atrás hacia adelante. No quería nada más que salir y luchar junto a todos. Pero sabía que solo traería más peligro a las personas que amaba y por las que se preocupaba. Así que solo podía mirar desde la línea lateral, sintiéndose inútil. Incapaz de hacer algo para proteger lo que había creado con el hombre al que ama.