Lu Xinyi no respondió, simplemente lo miró directamente a los ojos. Este hombre realmente estaba desesperado. Ya estaba en una situación bastante crítica y aún así buscaba echarle la culpa a alguien más de sus propios problemas.
—¿Realmente crees que insultar a mi esposa te lo hará más fácil? —respondió Shen Yi despreocupadamente por Lu Xinyi, quien estaba ignorando completamente a Gong Yijun y dejó a su esposo tomar las riendas de la conversación.
Gong Yijun tragó nerviosamente. Su bocota le traería más problemas si no se callaba.
—¿Quieres jugar? Está bien, juguemos. Te daré suficiente cuerda para que te cuelgues, o podríamos elegir la forma más fácil —dijo Shen Yi haciendo un gesto de arma en la mano y fingió dispararse en la cabeza. Lu Xinyi se mantuvo en silencio mientras cruzaba los tobillos frente a ella.