—Rubí se obligó a asentir. Estabilizó su cuerpo y se acercó a Gary, quién acababa de salir del quirófano.
—Mónica, que había estado siguiendo a su madre, vio que el rostro de su padre estaba pálido. Lo miró. Sus ojos se cerraron sin ninguna reacción al mundo exterior. ¿Y si nunca despertara? Los ojos de Mónica se enrojecieron, y su visión se desdibujó al pensarlo.
—Siguieron al personal médico mientras llevaban a Gary a la sala. Finn miró sus figuras y no pudo evitar apretar su mano que acababa de apoyar a Rubí.
—En la sala, los médicos y las enfermeras colocaron a Gary en la cama, donde varios dispositivos monitoreaban su condición física.
—Los médicos, las enfermeras e incluso Finn ya habían partido. Ahora, solo quedaban algunos de ellos. Rubí se quedó en silencio al lado de Gary con Mónica y Sarah, sus ojos estaban rojos e hinchados. El asistente de Gary tampoco se fue. Él también estaba en espera de noticias ansiosamente.