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Al final, no fue difícil para el Elfo erradicar por completo el asentamiento Heligav.
La mentalidad de la raza Heligav se había roto en el momento en que el agujero sombrío, que era como los Elfos Nocheoscura etiquetaban al primer ataque, impactó contra su gran domo de protección.
Un solo ataque había sido más que suficiente para destruir el gran domo de protección y una cuarta parte del asentamiento. Era obvio que presenciar tal ataque dejaba un impacto devastador tanto en la raza Heligav, que temían enfrentarse a un segundo ataque así, como en los Elfos, cuya ardiente voluntad de lucha había aumentado drásticamente.
En lugar de enfrentarse a un segundo ataque que era altamente destructivo con solo unas pocas bajas, como el primero, la brillante luz del sol parecía desaparecer por unos segundos. Estaba nublada por el denso manto de más de 200 lanzas de oscuridad que devoraban la luz del sol mientras llovían sobre el asentamiento.