Un ángel con dos pares de alas y ojos dorados había aparecido frente a Nial antes de chasquear los dedos contra el estómago de Nial, lanzándolo a varios cientos de metros de distancia.
—¡Ese ha sido el primero por atreverse a hablar con rudeza a la Santa de la Luz! —exclamó con una voz casi desprovista de emociones.
El ángel miró al Ángel Deux con la cabeza temblando antes de dirigir su atención a la Santa de la Luz.
Chasqueó la lengua al ver la lamentable situación de su Santa y la recogió sujetando su ropa con una mano.
La lanzó sobre su hombro como si fuera un saco de patatas. El ángel ignoró las quejas silenciosas de la Santa mientras desviaba su atención hacia el ser humano diabolizado al cual había lanzado.
Nial ya se había levantado del suelo y se dirigía nuevamente hacia el ángel y Bella.