Las últimas dos personas que habían llegado, Quinn se sentía indiferente al verlas. Eran aquellas que le habían ayudado durante su meta, y quizás al final incluso se habían convertido en sus amigos.
Aunque no tenía una conexión tan fuerte con ellos en comparación con otros, no tenía mal sabor de boca al verlos. Sin embargo, ahora mismo había una persona que no quería ver, Bryce Cain.
Bryce había sido un gran dolor y obstáculo para Quinn durante su tiempo como vampiro, casi persiguiéndole a cada paso del camino. Al final, los dos se habían unido, pero en lugar de como amigos, fue solo porque los dos se dirigían hacia el mismo objetivo, pero incluso entonces él estaba obsesionado, obsesionado con el odio.
—¡Debería ser yo quien aún esté vivo! —dijo Bryce—. ¡Debería ser yo quien proteja a los vampiros y los libre de sus problemas!