```Naia simplemente se sentó en la esquina de su cama por un rato, pensando, hasta que alguien tocó a la puerta.
Parpadeó y se deslizó hasta la puerta, abriéndola.
—Solo quiero darte algunos artículos de aseo —Leon se detuvo cuando la vio, simplemente parada ahí mirándolo.
Él la miró boquiabierto por un momento, sintiendo un calor al ver cómo su ropa vieja se ajustaba tan bien a sus curvas…
Pero él no era muy experto en estas cosas e instintivamente reprimió esos pensamientos y recuperó su sonrisa, entregándole los artículos de aseo.
—Si necesitas algo no dudes en tocar a mi puerta —dijo él—, estaré aquí hasta que me vaya a trabajar en unas horas.
Ella asintió, tomando los objetos en su mano. —Descansa bien.
***
Ella realmente descansó bien y estiró sus brazos. Salió, sobresaltándose cuando algo pasó a su lado rápidamente. Pronto se dio cuenta de que era Leon, removiendo cosas apresuradamente.