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52.54% Los hermanos Sonobe / Chapter 31: Deseos Mortales (Parte 2)

บท 31: Deseos Mortales (Parte 2)

Aquella tensión palpable se desvaneció cuando, Amelia, la nombró.

_ Querida, toca para nosotros. _ La instó amablemente la abuela de los Sonobe. Y es que la señora se había percatado de que sus otros dos nietos estaban frenéticos por los celos, al ver a Adeline convivir felizmente con su hermano menor. No lo soportaban y Amelia sabía muy bien que si no hacía algo al respecto, esos dos hombres se abalanzarían sobre Gianluca en cualquier momento.

Hasta Zafira, se encontraba furiosa al ver que en toda la velada, no obtuvo ni una mirada por parte de Jean Paul, aún cuando se la pasó seduciéndolo con sus prominentes atributos, el mayor de los Sonobe, le restó importancia y todo por estar al pendiente de esa rubia que había llegado a la velada con Gianluca Sonobe.

Algo dudosa, Adeline asintió, se levantó de su asiento y desapareció del comedor.

Todos los invitados estaban expectantes de su reaparición, pero todas las luces se apagaron y solo una se encendió en el Gran salón. Cada presente se fue movilizando hasta dar con aquella exigua iluminación, en donde la violinista hizo acto de presencia con su violín. No obstante, su rostro seguía resguardado por la oscuridad.

Todos quedaron maravillados con el magnetismo de aquella joven artista. Sobre todo los tres hermanos Sonobe, quiénes contemplaban el espectáculo como si fuera la primera vez.

Con un solo movimiento, Adeline embistió su violín con el arco. Sus pasos danzantes eran veloces y ágiles, eran el producto de aquellas estremecedoras melodías que brotaban desde el instrumento. Los movimientos que ejercía el arco contra el violín, eran feroces, dramáticos y cautivadores. Las notas subían y luego bajaban abruptamente, como un mar de emociones y de volubles deseos.

Los espectadores se extasiaban al contemplar las acrobacias de Adeline al ritmo de la música que ella emprendía con rudeza.

Su cabellera rubia revoleteaba por los aires, junto a su capa negra, concediendo un aura sombría y mística al ambiente.

Lo que ellos no sabían, a excepción de Jean Pierre, es que cada vez que Adeline empezaba a tocar se volvía a reencontrar con su verdadera esencia. Se volvía prisionera de su propia mente, de su pasado, de todas sus emociones pero, eso mismo la hacía ser Adeline Strange, la oscuridad la envolvía como una segunda capa de piel y tomaba control sobre ella con solo desplazar el arco contra el instrumento. Como si aquel simple acto la transformara en lo que realmente es.

Adeline culminó selectamente la sonata, como también salió del estado trance al que se había sumido durante todo el show.

Los silbidos de Gianluca y Eydrian, junto a los fuertes gritos de Jean Paul y Bastian, combinado con los sonoros aplausos de André, Marion y los abuelos Sonobe, acapararon todo el salón con entusiasmo. A excepción de Zafira y Jean Pierre, la primera porque aquella artista centralizaba toda la atención de Jean Paul a ella y el segundo porque sentía un profundo y oscuro amor enfermizo por Adeline, que lo llevaba hasta odiar el hecho de que los demás la pudieran apreciar.

Jean Pierre se percató, de que Adeline había introducido un par de ansiolíticos en su boca, antes de que volviera por completo la luz en la mansión.

Después de la presentación, Berom, los convocó a todos para dar aviso sobre el baile de enmascarada que se efectuaría mañana por noche.

_ Como sabrán, mañana por la noche, se conmemorará nuestro baile de máscaras Todos ustedes estarán cordialmente invitados. _ Sonrió con ambivalencia al saber que su discurso no terminaría ahí. _ Mis tres queridos nietos abrirán el baile principal, por lo que cada uno tendrá que escoger acompañante para dicha celebración. _ Dicho esto, formó discordia entre los hermanos cuando al unísono dijeron¨ Adeline¨.

Eydrian sonrió divertido junto a Bastian, mientras que André afligido bajó la cabeza, al parecer el menor de los Grey había mostrado cierto interés por Adeline desde la primera vez que la conoció en la empresa y es que además de ser todo un entusiasta de su música, era bastante tímido como para pedirle una cita.

Marion entristecida, guardó silencio y se alejó un poco del círculo, mientras que Zafira exacerbada interfirió.

_ Jean Paul Sonobe será únicamente mi acompañante. _ Anunció con recelo, mirando a Adeline.

_ No, yo asistiré con la Srta. Strange, tú buscarás a otro acompañante. _ Anulando por completo la petición de Zafira, Jean Paul miró a Adeline. Provocando que Zafira se marchara ofendida de la reunión.

_ Ni inventen, Adeline Strange vino a esta velada conmigo, por lo que ella será mi acompañante para mañana. Ni siquiera entiendo porque existe un debate al respecto como si esto fuera negociable. _ Dijo Gianluca tajante, descartando por completo a sus otros dos hermanos.

_ Niños por favor, los eduqué bien, dejen que la dama escoja. ¿Con cuál hermano asistirás Adeline?. _ Sonriendo con altanería, la retó a elegir alguno de los tres Sonobe que se encontraban al frente de ella.

La joven abrió la boca sin poder emitir algún nombre, provocando que Jean Pierre saliera huyendo molesto al jardín. Y Adeline frustrada detrás de él.

_ Jean Pierre espera. _ El hermano hizo caso omiso a su llamado, deteniéndose. Adeline aprovechó y lo alcanzó, hasta posicionarse al frente de él.

_ No tenías que dudar, solo tenías que decir mi nombre. _ Murmuró Jean Pierre cohibido.

_ ¿Así? ¿Y qué hay de Marion? No negaste el hecho de que ella se comprometerá contigo. _ Con recelo Adeline retiró la mirada.

_ Bueno, yo no la abracé ni casi me doy un beso con ella. _ Reiteró Jean Pierre ambos acontecimientos que tuvieron como protagonista a Adeline.

_ Un momento. ¿Comó sabes...

Interrumpió a Adeline con media pregunta en boca, acorralando su esbelta figura contra una estatua esculpida en marfil que se hallaba por el jardín.

_ ¿Qué cómo lo sé? Los vi en la azotea, estabas con Gianluca y permitiste que te abrazara y con Jean Paul pues no estaba seguro hasta que te vi saliendo de la oficina, luego vi a Jean Paul y a un Gianluca muy molesto, no fue difícil deducirlo, pero esperaba que tú me lo negaras... _ Apesadumbrado, Jean Pierre tomó su moneda de plata de su gabán color vino, y la hizo girar entre sus dedos, con el objetivo de tranquilizarse.

_ No abracé a Gianluca y tampoco pude pensar siquiera en besar a Jean Paul. _ Adeline bajó la voz y la cabeza.

_ Ambos sabemos porque no fuiste capaz de hacerlo, pero por tu mismo miedo de confesar lo que realmente sientes, de poder abrirte a mí, no te permites ser feliz. Y demonios Adeline yo te amo, te amo con toda mi alma y es que no puedo verte con nadie más, ni quiero que estés con nadie más que no sea conmigo. Deseo que seas mía como yo soy completamente tuyo. _ Abriendo su corazón, Jean Pierre dejó salir aquella palabra que hace ya tanto sentía pero que aún no había podido dejar ir, hasta ahora. La vulnerabilidad que desmanteló Jean Pierre, a través de sus lágrimas, desesperó a Adeline.

_ Yo... _ Abrió la boca con el fin de expresarse, pero sin las suficientes palabras para que Jean Pierre se quedara.

Adeline cerró los ojos, dejando escapar un par de lágrimas silenciosas en el jardín.

...

Los invitados ya se habían marchado para sus respectivas mansiones, a excepción de Adeline, Marion y Zafira. La primera se encontraba aún en el jardín de los Sonobe, sin poder moverse. La segunda y la tercera en diferentes aposentos que prepararon para ellas, dado a que ambas serían las acompañantes de Jean Paul y Jean Pierre en dicha celebración.

Gianluca hizo acto de presencia, la había buscado por todas partes menos en aquel peculiar lugar que Adeline había escogido para esconderse. Lo que él no sabía, es que aquel sitio le pertenecía a Jean Pierre y a ella, había sido su primer lugar favorito, antes del Palais Royal, por supuesto.

_ Hace frío guapa, mejor vayamos adentro. _ Abrigándola con su chaqueta de cuero café, se la llevó afuera de aquel laberinto en el que se había sumergido para encontrarla. _ Tú serás mi acompañante para mañana en la noche, jamás acepto un no como respuesta. _ Sus ojos de esmeralda fulguraban con satisfacción, mientras que los ojos dorados de Jean Pierre y los ojos avellana de Jean Paul, chispeaban de celos, rabia y dolor, al observar desde distintos ventanales la escena que trascurría entre Gianluca y Adeline.

Y todo porque Jean Paul no la encontró antes y Jean Pierre por irse sin esperar una respuesta de ella...


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