Yale vio que Lar asintió a su sugerencia. Ella quería dañar a esa chica incluso en su estado actual. Yale no sabía acerca de los rencores de Lar contra ella, pero era obvio que su odio era profundo.
—Entonces, regresaré a mi habitación para descansar.
No tenía ganas de hablar más en ese momento, aunque Lar había dicho que necesitaban hablar más.
—¡Espera! ¿Por qué tanta prisa? Además, todavía necesito mostrarte tu nueva casa y la de tu hermana. ¡Ambos, tú y tu hermana habéis obtenido una mansión para cada uno, no es necesario que sigáis viviendo en esta posada!
Yale no estaba demasiado interesado en hablar más ni en esas nuevas mansiones.
—Después de escuchar a esa niña desquiciada, no estoy de humor para continuar nuestra conversación. Además, prefiero quedarme en la posada porque esas mansiones todavía deben estar llenas de las pertenencias de esos dos, puedo ir a saquearlas más tarde, pero no planeo hacerlo ahora mismo.