(Desde la perspectiva de Azul)
«Señora Perita. ¿Qué hace aquí?» —preguntó Ruby cuando volvió.
«A partir de hoy, soy la caballera personal de Su Alteza» —dijo Perita—. «Y solo Perita está bien».
Ruby me miró con ojos interrogativos y yo asentí en acuerdo. «Está bien» —dijo Ruby—. «Es bueno que esta vez sea una mujer».
Ruby era como Demetrio en ese tipo de cosas. Ella era tan pesada como él y, por supuesto, tan protectora.
«¿Quiere echar un vistazo al vestido ahora?» —preguntó Ruby.
«Sí» —dije—. «Estoy un poco emocionada...».
«Por favor, ven conmigo, Su Alteza».
Ruby nos llevó fuera del dormitorio. Justo al lado del dormitorio, había una habitación donde se guardaban todos mis vestidos y accesorios. Era muy grande, casi como un salón de baile. Nuestro dormitorio no era menos que eso tampoco.
«¿Qué vestido?» —preguntó Perita.
«El que voy a usar en el banquete» —respondí.
«¿Su Alteza aún no lo ha visto?» —preguntó ella, sorprendida.