—Michael, hemos sido invitados a la fiesta —dijo Lance con calma pero persuasivo—. La señora merece divertirse y desinhibirse. Estará a salvo, especialmente porque es una fiesta de máscaras.
Le entregó la tarjeta de invitación.
Michael reflexionó sobre sus palabras, su mirada oscilaba entre la tarjeta de invitación y Abigail.
—Mira, Michael… estaré a salvo con Lance. Permíteme ir y divertirme.
—Con esta máscara puesta, nadie podrá reconocerla —Lance le entregó a Abigail una máscara negra y brillante, que ella se puso rápidamente.
Michael los observó detenidamente. Finalmente asintió y dijo:
—De acuerdo, pero voy con ustedes —afirmó con firmeza, su tono no dejaba lugar a negociación.
Abigail suspiró internamente, dándose cuenta de que tenía pocas opciones, pero aceptar. Entendía el profundo compromiso de Michael con su seguridad.
—Sólo tú —dijo, tratando de negociar—. No quiero llamar la atención de la gente.
—Está bien —Michael aceptó con un asentimiento.