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—Pensé que te gustaba pelear y causar un alboroto. ¿Por qué me estás pidiendo ayuda? —dijo una voz helada sonó y sacudió el mundo a su alrededor.
El suelo helado se separó de repente a lo lejos donde apareció una gran grieta seguida de una enorme figura. La figura estaba vestida con largas túnicas negras que tenían bordados patrones plateados. El cabello negro le caía hasta la cintura. Parecía bastante guapo, pero tenía unos ojos helados que daban la sensación de que no había nada capaz de sacudir su corazón.
Se acercó lentamente mientras una ola invisible de presión empujaba hacia Ji Ning y Demonio Azul. Ambos estaban tan blancos como el papel.
—Este Caminante de la Fuente vestido de negro es mucho más poderoso que el otro —reflexionó Ning.
—¡Gwaaaaar! ¿Otro? ¡Me comeré a este, luego te comeré a ti! —rugió Dios de las Llamas.