—Si están ansiosos por pelear porque no me he ocupado de ustedes en los últimos días, solo díganlo —Nan Yan habló con un tono frío.
Ninguno de sus compañeros de clase se atrevió a mirarla a los ojos.
—Estaría más que feliz de ayudarles a aflojar los músculos y huesos. Les garantizo que los ayudaré a aflojarlos en su lugar —Nan Yan dijo mientras pisaba la espalda de Tian Tao y preguntó con calma—. ¿No les parece?
La mente de Tian Tao se congeló. No podía hablar...
—Les aconsejo a todos, la próxima vez que me provoquen, estén al menos preparados para resistir algunos golpes. Miden más de 1.8 metros y no pueden ni aguantar un par de golpes míos. ¿De qué están hechos? ¿Demasiada hormona de crecimiento, pura fachada pero podridos por dentro? —Nan Yan continuó de manera compuesta, sus ojos exudando una feroz frialdad.
Tian Tao no pudo encontrar palabras para responder...
Quería encontrar un hueco para esconderse.
¡Por qué tuvo que provocar a esta persona!