บท 32: Trenta Y Dos
Gaara respiraba entrecortado, el dolor estaba a punto de dejarlo inconciente. Se había curado practicandose los primeros auxilios, pero necesitaba atención médica inmediata. Sin embargo no podría tenerla porque Menma lo dejó encerrado.
Por suerte era fuerte y podía soportar aquello, además su cuerpo cicatrizaba velozmente. Gaara estaba acostumbrado a ese tipo de trato.
Su padre solía tratarlo así desde que tenía uso de razón, lo encerraba aislandolo de todo y de todos. Le quitó hasta el amor de su madre al decirle siempre que ella murió odiandolo por quitarle la vida.
Le quitó el amor de sus hermanos, la muerte accidental de su hermano fue suficiente para que tanto su padre y su hermana lo odien mucho más que antes.
El maldito de su padre lo golpeaba mucho más seguido, lo encerraba alejándolo de la luz del sol.
Cuando lo hubo casado con la madre se Shura y Shinki, se aseguró de infestar el corazón de ella. Así nunca pudo formar una familia a su lado.
Ella era un auténtico monstruo, cuando su padre murió estúpidamente había creído que podía convencerla de que él no era el monstruo que su familia le hizo creer.
Pero aquello fue imposible, entre otras cosas porque era intima amiga de su hermana Temari.
Cuando nacieron los gemelos, Gaara dejó de intentar cambiar la mentalidad de su esposa hacia él. Supo que nada lograría porque muy a su pesar ella lo odiaba.
Pero ahora tenía a dos seres a quienes debía cuidar y proteger. No dejaría que sus bebes sufra lo que él sufrió y seguía sufriendo. Nunca.
Recordando aquello ahora fue fortaleciendo su resistencia mental hasta lograr destruirlo al fin. Era libre mentalmente, pero seguía prisionero de su maldito esposo loco. Y lo peor de todo era que sus hijos lo creían un traidor.
Gaara empezó a llorar, pero no por los dolores físicos que sentía, sino más bien por la desolación que sentía al saber que sus hijos lo creían un traidor.
Respiraba bocanadas de aire mientras se sujetaba los rojos cabellos con pesar. Recordaba la niñez de sus hijos, y cómo los protegió del monstruo de su madre.
Ella siempre intentó torturar a los pequeños, tratarlos mal, pero Gaara jamás se lo permitió. Siempre los protegió de ella, se hubo asegurado de que ellos sean felices.
Su esposa se volvió alcohólica y hasta empezó a golpearlo a él. Pero Gaara no se lo peemitió, él habita tenido suficiente ya. La internó en un centro médico para alcohólicos. Shura y Shinki tenían diez años.
Respiró profundo sintiéndose peor que basura. Él siempre los protegió, los mandó a los mejores colegios, permitió que tengan sus propios amigos y hasta acepto sus tendencias asexuales. Solo le importaba saber que ambos eran felices.
Los Nara muy de vez en cuando los visitaban pero solo a los gemelos. Temari intentó siempre ponerlos en contra de su padre, pero jamás pudo lograrlo.
Shura y Shinki confiaban ciegamente en su padre, nunca creerían nada malo de Gaara. Ellos hacían que el pelirrojo sienta que vivir valía la pena.
Cuando su esposa se suicidó estando internada, Gaara se sintió culpable porque aún la amaba. Deseaba que fuese la espoda que él se hubo imaginado y querido.
Tanto la policía como los mismos doctores pudieron probar que ella estaba loca de maldad. Obsecionada con destruir a su marido decidió quitarse la vida sabiendo que lo mataría la culpa.
Sus hijos tenían 15 años cuando eso pasó. Por supuesto que los Nara intentaron culparlo a él, Gaara, de la muerte de su esposa, pero el abogado Sabaku era brillante en lo que a leyes respecta.
Pero luego de unos meses tuvo que conocer a Menma, él estaba desecho y más solo que nunca. Aunque sus hijos lo ayudaban continuamente.
Cuando se casó con Menma en verdad creía que cambiar de gustos sexuales, quería alejarse de las mujeres.
Pensó que su marido en verdad lo amaba y junto a él encontraría la felicidad. Que idiota fue.
Cuando descubrió lo que Menma le hizo a Naruto y a Sasuke, descubrió que era peor incluso que su propio padre. Y despertó del sueño en el que había estado sumergido.
Fue cuando el muy maldito mostró su verdadero rostro, y comenzó su intenso calvario. Menma logró lo que hasta el momento nadie había podido conseguir. Que sus propios hijos le den la espalda odiándolo.
Menma lo había aislado mucho peor de lo que había echo su padre. Ahora Gaara se encontraba en el sillón frente a la chimenea, encendida. Casi desnudo.
Vendado, aguardaba a que los dolores desaparezcan, no soportaba las ropas. Cerró los ojos sin dejar de llorar. La imágen de Mitsuki invadió su mente y la desolación se volvio insoportable.
Seguramente estaba junto a Shura intentando rehacer su vida, después de todo junto a Gaara no tenía futuro. Las palabras de Menma retumbaron en su mente una vez más.
"No fuiste creado para ser felíz Gaara"
Aquello lo despedazaba por dentro y por fuera. Y al saber que Menma volvería en cualquier momento, para volver a golpearlo y a violarlo lo descorazonaba.
Miró el abre cartas de oro y diamante que adornaba su escritorio. Respiraba entrecortado cuando se levantó y fue hacia él.
Lo sujetó mientras temblaba, no quería seguir en manos de Menma, no soportaba que lo siga violando, no quería volver a ser controlado mentalmente por esa basura.
Y tampoco quería quitarse así la vida, pero no encontraba otra opción. Estaba atrapado y el odio de sus hijos hacia su persona, era algo insoportable.
Cerró los ojos y cuando estuvo a punto de atravesarse el corazón la puerta se abrió, entrando Mitsuki muy preocupado.
-¡Gaara! ¡No! ¡Detente mi amor! - Gaara lo miró entre confundido y desesperado pero el peliazúl se lanzó a él quitándole el puñal y arrojándolo lejos para luego abrazarlo con ternura. - Mi amor, por favor....no vuelvas a considerarlo siquiera. Te amo ¿entiendes? Te amo.
- No - el pelirrojo intentó soltarse - Estás...- Te mintió mi amor, nunca empecé ninguna relación con Shura ni con nadie.
-¡Papá! - entraron Shura y Shinki a la vez en esos momentos y se avalnzaron a él. - Perdoname papá - decía Shinki llorando - Lo lamento tanto, siento haber sido tan idiota.papá. Pero nunca te he odiado ¿cómo podría odiarte papá? Después de todo me protegiste siempre, aún de Menma...
Shura lo envolvió con una manta mientras lo sujetaba en brazos. Así se fueron de la mansión rumbo al auto. Shinki manejaba, Mitsuki se sentó en el asiento del frente mientras que Shura y Gaara en el de atrás.
Shura abrazaba a su padre con suavidad, intentando evitar dañarlo.
- Papá lo lamento, perdóname por haber sido tan estupido. No me dí cuenta de nada, después de tantas veces que nos protegiste a Shinki y a mí. Tenía que haberte liberado de esa basura papá, en vez de dejarme llevar por la frustración.
Gaara no lograba entender cómo es que sus hijos y Mitsuki fueron por él y lo salvaron. Tiritaba de frío y de miedo. Menma los aniquilaria a todos. Cerró co fuerzas los ojos, además le dolía todo el cuerpo.
-Shinki y yo te llevaremos a mi casa, allí te curaremos papá. - No te preocupes mi amor, ya hablé con Itachi Uchiha, en éstos momentos él está preparando los papeles del divorcio de Menma y tú. En tanto la policía ya recibió la orden de captura de ese infelíz.
-¿Qué? ¿Cómo...?- Recibinos un video donde pudimos ver cómo te maltrata papá - Contestó Shinki - Cómo te golpea con el cinto y te decía esas mentiras sobre nosotros.
-¿Un video? ¿Quién se los mandó?-No lo sabemos papá - dijo Shura - Pero fue lo mejor que hizo, así fue usado contra Menma. Tranquilo papá, Menma no volverá a tocarte. Y yo personalmente lo mataré.
- Shura por favor, no...no...él es muy peligroso...- Y siempre me tuvo miedo ¿recuerdas? - Shura
Lo abrazó con ternura, adoraba a su hijo y no quería que nada malo le suceda. Seguía deseando morir, lloraba desconsolado. Shura le secaba las lágrimas con suavidad.
- Papá, nosotros haremos que recuperes las ganas de vivir. - Le decía Shura.
Llegaron a casa y allí tanto Shinki como Shura lo atendieron como médicos, mientras Mitsuki bajaba las valijas con la ropa de Gaara del Lamborgini para llevarlas a su habitación.
Así, una hora después, Gaara estaba medicado, atendido limpio y vestido con ropa cómoda. Ahora se disponía a cenar junto a sus hijos y a quien tanto amaba.
Shura hablaba por teléfono con Itachi, mientras Shinki y Mitsuki no dejaban de abrazar a Gaara.
Shinki los dejó solos y se fue junto a su gemelo. Shura le comentó lo último que le dijo Itachi.
- La orden de captura contra Menma está en camino. -¿O sea que el maldito irá a prisión?
- Si, pero antes hay que encontrarlo. -¿Significa que está prófugo?
- Si, pero el divorcio de esa basura y nuestro padre será una realidad mañana por la mañana. Él no será dueño de nada de la fortuna de los Sabaku.
- Pero sí de la fortuna de los Namikage. Maldito - Shinki se sentía frustrado.- Hermano, Itachi me dijo que Naruto contrató a un detective privado para buscar a Boruto. Tranquilo, dentro de poco podrás tenerlo nuevamente en tus brazos.
Shinki seguía sintiendose descorazonado al pensar en su amado platinado. Pero Shura sabía levantarle el ánimo a su gemelo.
-Son buenas noticias Shinki - Lo sé Shura.- No tengas miedo, Menma nunca podrá entrar aquí. Mi tecnica escudo de chakra es impecable. Menma jamás pudo desintegrarlo.
- Exacto, por eso hasta que lo encuentren debemos estar encerrados aquí.
- No desfallezcas hermano, mejor ayuda a nuestro padre a sentirse mejor.
- ¿Y tú qué harás?- Matar a ese malnacido de Menma.- Lo haremos.
- Si, claro- Shura, deja a la policía todo. Ni nuestro padre, ni Mitsuki, ni yo queremos que te pase algo malo.
- No te preocupes. Los protegeré a todos.- Y yo te protegeré a tí Shura.
Shinki y Shura se abrazaron con fuerza, ambos se sentían tan culpables por lo de su padre. Pero no dejarían que vuelva a sufrir.
Además Shinki seguía destrozado por la separación con su amado Boruto. Mientras que Shura no lograba sobreponerse al hecho de que jamás tendría a Mitsuki entre sus brazos.
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