El avance de Oriana parecía no tener efecto en la bruja, que permanecía inmóvil en su lugar. En el momento en que Oriana dio un paso adelante, el suelo bajo sus pies estalló en una radiante iluminación, formando un círculo místico repleto de runas antiguas.
—¿Eh? —Oriana jadeó, bajando la mirada a sus pies. Para su asombro, se encontró inmovilizada, todos sus intentos de moverse frustrados. El círculo palpitaba con una mezcla de energía divina y potente oscuridad, una clara indicación de que había sido forjado usando la sangre divina de Arlan.
En la cámara, la risa de la bruja resonó:
—¿Realmente creíste que permitir que tus anteriores ataques tuvieran éxito te permitiría someterme a mí, la más poderosa bruja negra?
Oriana miró incrédula. Había estado segura de que sus ataques previos habían tenido su efecto, pero ahora se daba cuenta de que la bruja la había mantenido hábilmente ocupada con la conversación mientras en secreto ideaba esta trampa. La bruja había orquestado todo.