Esa linda chica que caminaba al lado de Qin Mo, se ruborizó. No sabía que eso iba a terminar funcionando.
Después de todo, ese hombre no estaba interesado en ella para nada...
Por un momento, ella pensó que iba a decirle que se fuera.
Pero lo que ella imaginaba no pasó. Todo eran solo ilusiones de ella.
¡Ella todavía tenían sus encantos!
Esa linda chica estaba bastante segura acerca de su apariencia.
Al pensar así, miró de nuevo al hombre al lado de ella.
Desde su ángulo, podía ver perfectamente la mandíbula suave y los delgados labios perfectos de ese hombre.
Quería tanto probar esos sensuales labios...
Él era una persona rara.
¡Especialmente, cuando ese hombre levantaba la miraba, no podía describir ese malvado encanto de él y ese aire regio que emitía era tan malditamente apuesto!
Las piernas se le debilitaron con solo pensar en eso. ¡Tuvo suerte!