Una profunda ola roja irradiaba hacia afuera, expandiéndose por todo el espacio, engullendo completamente la oscuridad. Al mismo tiempo, un intenso y ensordecedor grito sacudía todo el lugar.
Sonaba como el chillido de un parásito que acababa de ser capturado y atacado con un arma letal.
Era penetrante.
Todo temblaba; la oscuridad, que antes parecía infinita y eterna, temblaba mientras aparecían grietas semejantes a serpientes por toda su forma.
Atticus barrió la mirada a su alrededor, observando los acontecimientos que se desplegaban con una calma impactante.
—Estaba en lo cierto —reflexionó.
Tan pronto como llegó a este espacio, lo primero que vino a su mente fue "paisaje mental".
Se había sentido familiar, como si hubiera estado allí una vez antes. No tardó mucho en llegar a una conclusión.