Han Xiao sonrió y dijo: —El tiempo te dará la respuesta.
Lu Cheng asintió, y decidió suprimir sus preguntas sobre los refugiados por ahora. Él haría que sus subordinados encontraran alguna información al respecto.
Invitó a Han Xiao a su territorio, la Base de Pino Negro, para llevarlo a recorrer el lugar. Han Xiao dijo que no había necesidad de recompensarle con dinero, pero Lu Cheng no se atrevió a tomar su palabra e insistió en ofrecer sus servicios.
Han Xiao no se resistió más. Su intención era conocer mejor a Lu Cheng de todos modos.