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16.66% El legado del pecado / Chapter 1: El demonio encarnado
El legado del pecado El legado del pecado original

El legado del pecado

นักเขียน: Paraiso_del_exilio

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บท 1: El demonio encarnado

Una noche como cualquier otra una mujer lobo albina está contemplando la belleza de la luna llena.
—Ohh, luna tan hermosa y brillante como siempre, muéstrame quien será mi próxima víctima. —Exclamo la mujer lobo sedienta de sangre y entretenimiento.
El resplandor de la luna rebela a un hombre vestido de negro con un sombrero negro, una gabardina negra, donde lo único que puede deslumbrar de su rostro son sus lentes circulares. Este individuo camina por este oscuro, amenazante y tenebroso bosque, todas las criaturas de la noche se alejan de su presencia maligna y diabólica, ¿cómo un hombre puede sembrar el miedo en los corazones de las criaturas de la noche?
—Pero quien ese hombre, si es que se le puede decir así, que las criaturas de la noche le tienen pavor. —Dijo la mujer lobo que saca un relicario de un hoyo del tronco del árbol, que al abrirlo hay un dibujo fotorrealista de ella en su forma humana, una mujer de cabello castaño con una tiara de princesa, con un vestido blanco y detrás del está un caballero con armadura por lo que añadió. —Volviste del infierno por mi o reencarnaste en ese hombre para hacerme tuya una vez mas o simplemente será otra cosa, voy a llamar su atención.
Ella usa su relicario para que la luz de la luna se refleje en ella, si bien el resplandor es débil, es suficiente para llamar su atención, él se queda mirándola por unos segundos, hasta que saca un rifle.
—Estoy muy lejos de ti, como para que...—Dijo la mujer lobo de forma confiada ya que estaba muy lejos para que le acierte el tiro, pero para su desgracia, el hombre dispara y le acierta el tiro en el ojo izquierdo, volándole parte de la cabeza.
—Que habrá sido esa cosa blanca, según tengo entendido los hombres lobos son de color negro, castaño, si acaso rubio, pelirrojos y grises, pero era blanco, un blanco tan puro que no me dio tiempo a examinarlo...—Pensó el hombre de negro y añadió.— Aun así el disparo rebelo mi ubicación, ojala que esos bastardos se acerquen ya que quiero terminar con la cuota del día de hoy, ese maldito de Caronte aumento LA MALDITA CUOTA DE NUEVO, porque esas malditas bestias no mueren de una vez por todas...quiero leer 20,000 de viaje submarino para quitarme un poco este estrés, últimamente los hombres lobos de ahora, no sirven para mi colección de lágrimas, podre encontrar a uno que llore por mí.
Sin embargo, se percata de unos trozos de madera en el cambio, toma uno de esto trozos.
—Por fin, te encontré maldito.—Exclamo el hombre que se va corriendo a seguir los trozos, por lo que pensó en su diabólica y retorcida mente.—Adoro esta noche, tan oscura y diabólica, donde el mal está a la vuelta de la esquina, todos los animales se alejan de mí, hasta los monstruos que se ocultan en la oscuridad me temen, esos malditos hombres lobos, son como una plaga que debe de ser exterminada, no tan solo se ocultan en estos malditos bosques, ellos se ocultan entre nosotros con el fin de cazar a sus presas y destruirnos desde adentro, tomando todas las posiciones de poder, hasta los trabajos más humildes y respetados, con el fin de sumirnos en la locura y en el caos.
El hombre sigue los trozos hasta una carrosa destruida, saca su revolver y un cuchillo militar para revisar la escena.
Demitri narra lo que ve:
>>Interesante, la carrosa fue atacada por un hombre lobo, el pobre del conductor esta sin cabeza, solo hay un caballo que fue despedazado, aunque el otro, fue lanzado hacia los guardias, para su desgracia no previnieron que esta zona es una gran concentración de hombres lobos, pero no los culpo, seguro que donde ellos venían no habían hombres lobos o algo por el estilo, por lo que no era necesario, pero nada, déjame hurgar dentro de la carroza...huele a mujer, eso quiere decir que el maldito tenía ganas, debe haber alguna pista por aquí...bingo...aquí está un trozo de vestido...ohh si, déjame seguirlo.
Demitri sigue el rastro de huellas y destruccion que dejo el hombre lobo, hasta que baja la velocidad ya que lo diviso, se pueden escuchar unos gritos femeninos que le erizan la piel a cualquiera, pero esto no le sorprende, esto es normal en este trabajo, camina con suma tranquilidad hasta que los gritos se paran de golpe.
—La mato, el maldito, esto se está poniendo interesante. —Dijo el hombre de negro que se dirige al lugar donde se encuentra a hombre lobo violando el cuerpo sin cabeza de una pobre damisela en apuros, mientras se la come la cabeza de la pobre mujer.
Demitri saca su rifle le apunta a la cabeza, le hace un silbido para que el licántropo se percate de su presencia, el cuándo voltea la cabeza, le dispara directamente al ojo derecho, esto lo aturde por un instante, lanza un rugido potente a él, pero le responde con un disparo en la quijada que le rompe los músculos de la quijada dejándolo colgando en el proceso, el licántropo huye despavorido.
—Más respeto con tu verdugo, escoria, ven aquí y muere como la bestia que eres. — Grito el hombre de negro de forma enojada y arrogante en voz alta mientras se ríe diabólicamente.
El hombre de negro lo persigue como un loco desquiciado y sediento de sangre, saca sus revólveres, las recarga con balas expansivas para volarle las extremidades para incapacitarlo, él le dispara como un loco, pero logra acertarle a una pierna, parte de la espalda, hasta que ambos llegan a una casa sola en un llano donde hay una familia que está pasando la noche juntos como una familia unida.
—Adoro cuando corren, por no importan cuanto corran, no pueden escapar de mí, así que huye mientras puedes porque te encontraré y te mataré. —Pensó el hombre de negro hablándose a sí mismo como un maldito psicópata sádico y diabólico.
La familia está dando las gracias a Dios por la comida, para su desgracia es interrumpida por el licántropo que atraviesa la ventana, el hombre de negro entra a la casa, la bestia agarra de la pierna al padre de la familia para usarlo como una especie de azote, él esquiva los azotes esparciendo todo su ser por todo el comedor hasta hacerlo pedazos.
—Me gusta mucho, la remodelación que hiciste, lástima que será la última vez que volverás a decorar en tu vida. —Dijo el hombre de negro, mientras el hombre lobo le avienta el cuerpo sin vida y hecho pure del pobre hombre, pero lo esquiva, la madre y los dos niños tratan de huir de la bestia.
El ruido despierta al bebe en el segundo piso, la pelea sigue en la sala, Demitri saca de su chaleco unas manoplas con picos, se las pone en sus puños y comienza a darle una paliza al hombre lobo a puño limpio, él está sometiendo a la bestia sin misericordia esparciendo todo su ser por toda la sala, pero en un acto de supervivencia, la bestia lanza a Demitri hacia el segundo piso donde la madre está a punto de llevarse al bebe; sin embargo, no pudo llevarse al bebe, ya que al Demitri al atravesar el techo, ella quedo fuera de alcance del bebe.
Por un momento el hombre de negro quedó incapacitado pero se bebe un brebaje mientras lo espera, el hombre lobo subió de un salto al segundo piso, pero los niños tratan de arrastrar a la madre, uno de ellos decidió ir por él bebe, pero el hombre lobo le entierra la mano en el pecho usando como escudo, el hombre de negro potenciado por el brebaje se incorpora, saca su revólver, le dispara varias veces, sin embargo es inútil ya usaba al niño como escudo para protegerse, pero el hombre de negro en un acto diabólico y despiadado se le ocurre la brillante idea de tomar al bebe, lanzarlo como un balón de futbol americano hacia un lado como distracción, la bestia se abalanza y devora al bebe, él aprovecha esto para sacar su escopeta, disparándole sin misericordia volándole las extremidades en mil pedazos, gracias a las balas de plata, la bestia no puede regenerarse, se retuerce, gritando por ayuda, pero lamentablemente le llego su hora, la niña se pone a llorar al ver como su padre fue usado de martillo, su hermano siendo utilizado como escudo humano, así como su pequeña e inocente hermanita de tres meses de nacida devorada por la imponente bestia, la madre lo maldice por todo lo que acaba de su suceder. El hombre de negro se harta de sus malditas voces, les vuela la cabeza a las dos con el revolver, sin misericordia, rápido y letal, esparciendo sus sesos por toda la casa.
— Listo, ahora solo somos tú y yo, eres fuerte y resistente, pero eso se acabó, ahora te haré gritar como una perra... ¡MI PERRA! —Exclamo el hombre de negro lanzando una risa diabólica que haría que cualquier hombre valiente se cagara en los pantalones del miedo.
El hombre de negro saca de su chaleco un látigo de púas de plata desplegables, comienza a azotarlo sin piedad y misericordia, los gritos de la bestia se escuchan por todo el llano, esto llego al punto que logra hacerlo llorar, él saca un pequeño frasco donde almacena las lágrimas del hombre lobo. El hombre de negro comienza a llenar el frasco con las lágrimas al punto de casi llenarlo.
—Gracias por tu colaboración, ahora, tienes mi permiso para morir. — Dijo el hombre de negro mientras sacaba su espada corta del chaleco. Le corta la cabeza de un tajo, con la escopeta remata la cabeza del hombre lobo hasta volverla pedazos y le arranca su corazón para quedárselo como trofeo.
El hombre de negro sale victorioso de la casa, lava sus armas, su traje y armadura en el pozo, recupera un caballo del establo de la familia, quema la casa con bombas incendiarias para no dejar evidencia, él se queda para verla arder, mientras bebe agua.
—Hubo un tiempo de donde podría haberlos salvado, pero han pasado tantas cosas en este infierno llamado tierra, que llegue a la conclusión de que los hombres lobos y los humanos son la misma mierda, por lo que ya no me importa perder mi tiempo en salvarlos, es mejor que se vayan de este mundo de una vez por todas y nos dejen a nosotros los purgadores de la oscuridad librar esta guerra eterna hasta que un día, esos bastardos sean erradicados de la faz de la tierra y podamos vivir en paz, pero eso no va a pasar porque la licantropía nació por el pecado del hombre por anhelar la inmortalidad...con más razón no voy a perder mi tiempo en salvarlos, yo soy un cazador, no soy un héroe, ni un salvador.—Pensó el hombre de negro que medita por la barbaridad que ha hecho y añadió.—La perra de Daphne me ha reprimir por esto como siempre.
El hombre de negro apaga el fuego con unas bombas de nitrógeno líquido. Él se retira del lugar hasta que mira el bosque se percata que unos ojos salvajes lo miran, él sonríe con una sonrisa diabólica, los ojos desaparecen entre la oscuridad.
—Esto será una noche bien larga. —Exclamo el hombre de negro mientras hace estiramiento y truena los huesos de su cuerpo, se sube al caballo, emprende la persecución en el bosque y pensó mientras los persigue. —Por su complexión física deben de ser cinco mujeres Lycan y cinco hombres Lycan, sobre todo que conservan la ropa de su forma humana.
El hombre de negro les dispara con su rifle sin clemencia, pero no le acierta a ninguno, la manada se divide.
—Bueno intento. —Dijo el hombre de negro que salta del caballo ya que detecto su trampa que es una pared de hilos cortantes muy finos que lo vuelven picadillo y añadió. —Al parecer son inteligentes, es seguro que pueden hablar. —Grito Demitri en voz alta para que la manada oculta entre los árboles y en los arbustos.
—Solo unos pocos, saben de esa trampa, ¿quién eres tú, cazador? —Dijo una voz masculina.
—Umm, les puedo hacer una pregunta, antes de. —Respondió el hombre de negro.
—En serio, porque no lo matamos y ya. —Dijo una voz femenina enojada.
—Al menos, vamos a dejar que diga sus últimas palabras, antes de desollarlo vivo. —Contesto una voz masculina educada.
—Está bien, cariño, haz tu pregunta. —Respondió una voz seductora.
—Ustedes...LLORAN. —Grito el hombre de negro que se quita el sombrero, rebelando su rostro, un hombre caucásico de cabello negro, con ojos café rojizos y hace una reverencia.
Ellos perdieron la cabeza a escuchar esas palabras, algunos se quieran morir en ese momento.
—NO, ES IMPOSIBLE...TU ERES UNA LEYENDA URBANA. —Grito una voz masculina.
—ESTAMOS MUERTOS, SALVENSE QUIEN PUEDE. —Grito la voz educada.
—ÉL EXISTE...NOOOOOOO. — Grito la voz seductora.
—DE QUE ME PERDI, QUIEN ESE EL. —Grito una voz más joven e hiperactiva.
—Dama de compañía, usted se acuerda de la historia de terror que le conté antes de ir a dormir. —Dijo la voz educada mientras el hombre de negro se sienta en una piedra a esperar que terminar de contar la historia.
—Habla de la historia de ese purgador de la oscuridad que le gusta coleccionar las lágrimas de los hombres lobos para su disfrute personal. —Contesto la dama de compañía.
—No tan solo las lágrimas, ese monstruo...no demonio, vestido de hombre es el legendario demonio encarnado, Demitri Dreadful, sus proezas de maldad son tan abominables que se comparan con Giles de Rais. —Exclamo la voz educada.
—Pero y como sabemos que sea él. —Dijo la voz más joven.
—La dama de compañía, propagadora de la maldad, es un placer en conocerte, eres muy famosa entre nosotros, pero si dudas que soy yo, déjame enseñarte mi fiabilidad. —Interrumpió Demitri que muestra el franco de lágrimas del hombre lobo que mato recientemente.
De los árboles salen unas cuerdas rojas que atrapan las extremidades de Demitri, aun así, reacciona rápido y activa unas cuchillas ocultas de sus antebrazos que emplea para libera sus extremidades. Él toma una muestra de la cuerda.
—Cuerdas de venas humanas, solo alguien puede hacer un arma tan vil como esa, la titiritera humana, la maestra de ceremonia. —Exclamo Demitri contento ya que las cosas se están poniendo interesantes.
—Maldito seas, Demitri Dreadful, demonio entre los hombres, pagarás por matar a John, uno de mis mayores fans, te vamos a violar maldito, te haremos nuestra perra y te haremos sufrir por toda la eternidad —Grito, una voz femenina enojada, sedienta de sangre y venganza que es la que maneja los hilos de venas humana.
—Eso se oyó feo, Karina, para una dama como usted. —Respondió la dama de compañía.
Un títere de carne humana le pega en la cabeza.
—Cállate la maldita boca, Sofía, estoy hablando. —Grito Karina de forma enojada y alterada.
La pobre de Sofía lanza un grito de dolor muy adorable. Demitri se ríe diabólicamente.
—Sabes no hay nada que me guste cazar, que a las mujeres Lycan o a las mujeres lobos, son tan hermosas y letales pese a ser lobas humanoides con cuerpos de infarto, pero vamos al grano, Karina, porque no vienes tu misma a terminar el trabajo o que es que me tienes miedo o prefieres que tus hombres lo hagan por ti. —Respondió Demitri de forma burlesca con el fin de provocar a la manada para que lo ataquen.
De los arbustos salen varios cadáveres purgadores de la oscuridad caídos, que incluso pueden usar armas de fuego, Demitri se mueve entre los árboles para evadir los disparos de los muñecos, pero él aprende rápidamente su modus operandi mientras los va evadiendo, se percata que los hilos convergen en un solo punto, por lo que comienza a trepar por los árboles, como si fuera un mono hasta que la logra divisarla en una rama muy alta del árbol más alto, lanza unos boomerang de plata que rompen los hilos de sus títeres, hasta llegar donde ella pero se defiende con sus hilos pero saca dos espadas largas de su gabardina y se las cortas antes de que las use para atacar. Demitri le acierta una pata en el vientre para hacerla caer al piso.
—Así que tienes nombre maestra de ceremonia, es un honor en volverte a ver...Karina y lindo nombre, por cierto...me acuerda a cierta persona. —Alago Demitri a Karina que se percata que está usando un pantalón largo que puede acoplarse a sus piernas de lobo.
—Puedes meterte tus cumplidos por el trasero, Dreadful.—Respondió Karina mientras es atada de una forma humillante, en posición de florero humano y añadió. —Que humillante, como yo la maestra de ceremonia, estoy siendo humillada de esta forma.
—Debo admitirlo Karina, eres una mujer lobo adelantada, como para usar pantalones en el campo de batalla, sabes se te ven muy sexy...nena —Contesto Demitri que saca su daga, le abre la parte de abajo del pantalón, dejando a la intemperie sus pantis y después le comienza a masturbarle el clítoris con la punta de la daga.
—Detente, malnacido. —Respondió Karina, gritando y gimiendo de placer mientras el aumenta la velocidad y la agresividad de su acto perverso.
—No me quiero imaginar cuantos miembros pasaron por ahí, se nota de que estás en celo, están tan sensible, maldito basurero de semen, progenitora de engendros y, sobre todo, zorra de babilonia. —Exclamo Demitri con fuerza para que todos sus compañeros los escuchen, al punto de provocarlos para que salgan de sus escondites. Él la hizo venir, provocando que se venga tan fuente que le moja la cara, dejándolo ciego momentáneamente.
—AHORA, MUCHACHOS, SALVEN A LA MAESTRA DE CEREMONIA Y MATENLO. —Ordeno Sofia mientras ellos salen de los arbustos, pero Demitri comienza a esquivarlos ya que, por la localización de las voces, se supo la ubicación de cada uno, cuando gritaron al saber su identidad.
Demitri saca un pañuelo para limpiarse la cara mientras lo atacan hasta que ya puede ver de nuevo, por lo que saca dos hachas y comienza a cortar extremidades, evade a un Lycan, lo hace caer en la trampa de los alambres cortantes terminando despedazado por completo, a una Lycan le corta los senos de un hachazo, la noquea, él se cansa así que saca su revólver y de una solo ronda de seis le vuela la cabeza a los cinco Lycan hombre, regresando con la Lycan hembra a la que le corto los senos le mete el cañón de la escopeta por la boca y le vuela los sesos. Sofia, una mujer lobo vestida de lolita con una sombrilla aprovecha que esta de espalda para sacar una pistola oculta para dispárale por detrás, pero como si fuera una película de terror, se inclina hacia atrás y trapa la bala con sus dientes.
—Pero qué demonios fue eso...tú no eres humano...cierto? —Exclamo Sofia aterrada y horrorizada, le dispara a Demitri, para su desgracia él está desviando las balas con su cuchillo hasta que le desvía una hacia la mano que tiene el revolver desarmándola en el proceso.
—Crees que me dicen, el demonio encarnado porque si niñita. —Dijo Demitri con una voz demoniaca.
—Yo soy mayor que tu señor malo. —Contesto Sofia que está retrocediendo, mientras Demitri se acerca.
—Al contrario, niñita, cuando el Caín mato a ABEL, yo nací. —Respondió Demitri que saca su látigo para atrapar la pierna de Sofia antes de que se escape, luego la azota contra el piso, contra los árboles de forma brutal hasta que se hasta de azotarla y la deja en la posición en la que esta Karina al lado de ella.
Demitri se acerca hacia ellas, toma su daga y su revolver, él le rompe sus pantis, penetra a Karina con la daga y a Sofia con el revolver, las penetra al mismo tiempo, metiendo y sacando de forma sincronizada de forma brutal y despiadada, hasta que se vienen y tienen el mejor orgasmo de sus vidas. Sin embargo, Demitri no les iba a dar descanso hasta que...
—Debo admitirlo ese disparo de una milla de distancia fue hermoso, cariño, llamaste mi atención, purgador de la oscuridad. —Susurro una voz femenina, el pobre de Demitri volvió a ser como era antes, por primera vez en mucho tiempo, puede sentir el verdadero terror de la muerte, ya que no la vio venir, una mano peluda blanca le mete en una bala en la boca.
—Es imposible, a lo que le dispare fue...fue a una mujer lobo más blanca que la nieve...esto es indescriptible, nunca en mi vida he visto a un licántropo blanco...me siento amenazado, puedo sentir como sus garras rozan mi cuello, puedo sentir como su cuerpo se adhiere a mi espalda, me está volviendo loco, su respiración, su olor es más potente que cualquier afrodisiaco que haya sido sometido. —Pensó Demitri que está paralizado.
—Princesa Albina ha venido a salvarnos. —Dijo Sofia contenta de verla.
—Si, princesa, mátelo de una vez por todas, vengue a nuestros compañeros caídos. —Respondió Karina.
—VAYANSE DE AQUI, Y VUELVAN A LA CIUDAD. —Grito la princesa mientras lanza a Demitri hacia un árbol, ellas se levantan y se van huyendo despavoridas.
—En que nos quedamos, guapo...ha si, ya me acuerdo. —Respondió la princesa albina que se acuesta en su cuerpo mientras ambos se miran cara a cara.
—Dime Romeo, viniste a salvarme o a ser destruido. —Contesto la princesa albina, Demitri lo piensa bien pero como conoce la historia sabe cómo responderle.
—Oh, Julieta, he venido a salvarte de este castillo de mentira y esclavitud que te mantiene ha mantenido cautiva por mucho tiempo. —Respondió Demitri lo primero que se le ocurre.
—Definitivamente eres Romeo, Demitri te voy a poner a prueba, si logras ganar de dejare con vida y te contare todo lo que quieras saber o quizás algo más...no sé, si me entiendes, verdad. —Contesto la princesa albina que se levanta de su cuerpo.
—Ohh, mi lady, con mucho gusto, aceptare su prueba. —Exclamo Demitri que acepta la prueba, pero la princesa le patea tierra en la cara para huir corriendo de ahí. 

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