Iris creó una barrera a su alrededor cuando entraron en la miasma venenosa, pero su corazón no podía dejar de latir muy rápido al presenciar lo que estaba sucediendo aquí.
Actualmente, se dirigían hacia la manada de Luz Dorada. Habían presenciado la destrucción causada por la represalia de Decrático en la Ciudad Capital y la manada Garra Roja, pero aquí, se dieron cuenta de que la miasma venenosa aún estaba activa y los monstruos seguían emergiendo de las fisuras.
Al principio, Caña dudó en contarle a Iris sobre los pilares y Letto, pero al final, decidió no ocultarle ninguna información, ella tenía tanto derecho como él a saber lo que había sucedido.
Su reacción era comprensible.
Iris se negó a matar a Letto. El chico no merecía morir ya que se había unido con las personas equivocadas cuando no tenía otra opción.