Cuando William Cole llegó al Salón Trece, encontró los alrededores del Salón Trece en total desorden.
La sangre de perro negro estaba salpicada por todas partes en la puerta principal recién renovada y las paredes, y varios cócteles molotov ardían en el suelo.
Palabras como "el asesinato será vengado" estaban pintadas en las paredes blancas como la nieve, creando una vista horrorizante.
—¡Es él, él es el asesino! Y de hecho fue liberado.
Justo cuando William Cole llegó a la escena, escuchó una voz familiar.
El hombre estaba sucio, vestido con ropa de trabajador de la construcción y hasta llevaba un casco de seguridad blanco típico de los trabajadores campesinos.
Había vuelto, varios trabajadores campesinos que lo acompañaban sostenían una pancarta que decía: "Salón Trece envenenó a trabajadores campesinos, alguien fue asesinado pero no vengado, ¡los cielos son injustos!"
En las manos de algunos compañeros de trabajo había informes de autopsias del hospital.