- ¡AAAAAAAARRRGGGHH!
El Minotauro se acercaba a mi a una velocidad impresionante, ya no tenía ánimos para pelear, no me quedaban fuerzas, todo el cuerpo me dolía, solo quería morir para dejar de sentirme así, si muero no tendré que preocuparme por nada de esto, creo que eso sería lo mejor.
"Se han cumplido los requisitos para la activación de [La maldición de Lucifer], activación en 3… 2… 1…"
De repente sentí como el dolor desaparecía, sé que tengo un alto porcentaje de recuperación, pero no a tal extremo. Sin tener el control sobre mi cuerpo, me levanté y esquive la feroz embestida del Minotauro. Esta sensación, es similar a la que sentí en el Limbo, sin embargo, a la vez se siente diferente, como si fuera más fuerte.
El Minotauro regreso hacia donde estaba, entonces con otro ágil movimiento logró esquivar el inminente ataque dirigido con toda la intención de matarme, aprovechando para recoger la espada que estaba tirada en el piso. Rápidamente me posicione en guardia, a la espera de otro ataque. El Minotauro observó con detalle mi postura, al parecer era más inteligente de lo que pensaba, estaba esperando que bajara la guardia y le diera una pequeña oportunidad para atacarme, debo tener más cuidado con mis movimientos si quiero sobrevivir a esto.
- [Bola de fuego]
- [Estaca de tierra]
La estaca de tierra y la bola de fuego golpearon en el rostro del Minotauro, mi cuerpo se movió por debajo del minotauro aprovechando la distracción y con bastante fuerza ejercida, corte los tendones del talón de aquiles, logrando que cayera al piso de una vez por toda.
El estruendoso grito de dolor del minotauro se pudo haber escuchado desde varios kilómetros de donde estábamos.
Ya sólo faltaba el golpe final, me acerqué con precaución al área del cuello, apuntando mi espada en donde debía estar la yugular. Creyendo tener una oportunidad, me lancé para matarlo, pero él no se iba a rendir tan fácil.
A pesar de no poder levantarse, se las ingenio para atraparme con su mano derecha, su agarre era demasiado fuerte, no podía soltarme solo con fuerza bruta y tenía ambos brazos atrapados al igual que todo mi cuerpo, no podía hacer nada para salir.
Sentía que me quebraba poco a poco, el minotauro estaba disfrutando aplastar mi cuerpo, podía sentir ver la felicidad en su rostro, me quiere hacer sufrir lo más que pueda antes de matarme, solo por eso no he terminado como Frank o Greg.
Nuevamente, varias bolas de fuego volaron hacia el rostro del Minotauro, a quien no le importó el dolor y siguió mirándome con una expresión de odio, para él nadie era más importante que yo, su ojos me decían que no descansaría hasta matarme.
"Situación desfavorable, activando [Modo defensivo: Llamas del purgatorio]"
Todo mi cuerpo empezó a arder en llamas, poco a poco la temperatura de las llamas comenzó a subir. No tengo idea de cómo podía sentir la temperatura de las llamas si a mi no me afectaba en lo más mínimo, tal vez sea porque al Minotauro si le afectaba que podía adivinar que la temperatura seguía subiendo a medida que pasaban los segundos. Él trato de resistir cuanto más pudo, sin embargo, no fue capaz de aguantar y me arrojó nuevamente hacia un árbol. Por suerte para mi, este no se comparaba al golpe anterior, su fuerza estaba mermando.
Debía tener más cuidado, aunque estuviese en el piso, seguía siendo un enemigo formidavke con el que no podía bajar la guardia ni un segundo.
- Oye, mejor escapemos, estando en ese estado no podrá perseguirnos.
Melany se acercó a mí para intentar persuadirme, sinceramente creía que su idea era la más razonable, solo nos vimos obligados a pelear contra este monstruo porque nuestra vida corría peligro, ahora que el minotauro no podía levantarse, ya no había necesidad de seguir luchando contra él. Pero era inútil, yo no tejía el control sobre mi cuerpo.
Ignorando las palabras de Melany, me lancé al ataque para acertar el golpe definitorio, esta vez logré esquivar el intento de agarre con un salto. Sin interrumpir mi corrida, corte superficialmente su ojo derecho, con eso su visión estaría limitada, de la misma forma corte el ojo izquierdo sólo para estar seguro, y en ese instante dejó de pelear.
Me quedé mirándolo por un tiempo, el horrible monstruo que peleó sin parar, matando a quienes se le atravesaban, ahora estaba completamente desmotivado, se había rendido en el instante que perdió su vista, todo su espíritu de lucha se esfumó sin más.
Me pareció un poco lamentable la manera en que se había rendido, este temible monstruo solo mata y pelea porque así lo exigen sus instintos de supervivencia, tanto él como nosotros queríamos sobrevivir, por eso tuvimos que luchar.
Ya que no quise darle largas al asunto, me paré sobre la espada del Minotauro e inserte la espada en donde estaba su corazón. Antes de morir, soltó un rugido inentendible, como si fueran sus últimas palabras.
Me baje de él, soltando un suspiro de alivio, no pensé que saldría de esta con vida. Lastimosamente no pude hacer nada por Greg y Frank, si hubiese podido activar antes esta habilidad, lo más seguro estuvieran vivo.
Pero había aprendido algo de esta batalla, este mundo no le tendra piedad a nadie ni a nada, al final había aceptado venir a este mundo por el temor a la muerte, aunque en algún punto quise rendirme, en el fondo de mi corazón no quería morir, ¿Quién en realidad desea hacerlo?
No sé que me esperaba más adelante, pero algo estaba claro, debía buscar la forma de sobrevivir en este mundo tan peligroso.
Unos segundos después, un nuevo mensaje de notificación apareció en mi campo visual.
"Los requisitos para la activación de [La maldición de Lucifer] ya no se están cumpliendo, desactivando la habilidad en 3… 2… 1…"
Como si sintiera que la pelea había acabado, ese mensaje apareció. En el momento en que se desactivó la habilidad, mi cuerpo se empezó a sentir pesado y la vista se comenzó a nublar nuevamente. Ya sin poder soportar el dolor y el cansancio, caí desmayado.
****************
La batalla contra el Minotauro había culminado, Sofia y Melany veían como Ryan se bajaba de la espalda del Minotauro. Al darse cuenta que la batalla culminó, Melany se dejó caer de rodillas al piso y con sus ojos llenos de lágrimas, lamentó la muerte de sus compañeros, todo el llanto que se había aguantado mientras peleaba para mantenerse con vida, se desbordó al sentir que todo había terminado.
Sofía miró a Melany con cierto pesar, puede que sea una demonio, pero el sentimiento de perder a alguien querido era algo con lo que podía simpatizar, ese dolor en el pecho no se lo deseaba a nadie. Volteó para ver a Ryan tras la valerosa pelea que acababa de tener, su sorpresa fue grande, no esperaba que él fuera capaz de despertar esa habilidad tan pronto, y mucho menos que su cuerpo la aguantaría con tanta facilidad, cualquier otro humano con ese poder hubiese muerto luego de 2 minutos activa, pero él logró aguantar 10 minutos usándola, eso hizo que se interesará aún más en él.
Cuando vio a Ryan desmayado en el piso, se acercó para levantarlo, noto que tenía varios moretones alrededor de su cuerpo, ya que la ropa que cargaba, estaba casi quemada. Lentamente las heridas iban desapareciendo una tras otra debido a su recuperación acelerada.
Sin nada más que hacer, sentó a Ryan a la sombra de un árbol y esperó a que se despertará.
Cuando desperté me encontraba recostado en el tronco de un arbol, Sofía estaba cerca del minotauro, y no veía a Melany, los cuerpos de Greg y Frank estaban acostados cerca de mí. Aún con un poco de dolor, me levanté de donde estaba y me dirigí hacia el minotauro.
— Oh, ya despertaste, al parecer tus heridas están casi curadas.
No me había dado cuenta de eso, pero era verdad, solo quedaban unos pocos moretones en la parte del brazo derecho, el resto de las heridas estaban completamente curadas, eso debe ser a mi alto porcentaje de recuperación.
Aunque todavía me duele todo el cuerpo, supongo que mi recuperación acelerada no aplica para la fatiga muscular.
— Peleaste bien, para ser tu primera vez. — Comentó Sofia.
Admito que me sorprendió un poco, no pensé que alguien como ella fuera capaz de elogiar a otra persona, pero su elogio estaba mal fundamentado.
— Yo no hice nada, prácticamente estaba en piloto automático.
Aunque me gustaría decir lo contrario, esa era la evidente verdad, el [Modo batalla] hizo todo por mi, yo solo me dejé llevar, de no ser así, hubiese muerto antes de comenzar la batalla.
— Sofía, ¿Que es [La maldición de Lucifer]?
Esta misteriosa habilidad se activó cuando estaba a punto de perder la conciencia, aún cuando se supone que es una habilidad activa, por lo que no se debió haber activado sin yo así quererlo.
— Es algo muy complicado de explicar — Dijo Sofía, tratando de ocultar algo.
— No importa, dime.
No había manera en que me quedara con la duda, necesitaba una explicación.
— Cuando Adán y Eva comieron el fruto prohibido y fueron exiliados del Edén, ellos tuvieron que poblar la tierra con sus hijos, pero esto no era del todo posible debido a su parentesco. Al ver que tarde o temprano los humanos iban a morir, Lucifer se encargó de enviar algunos demonios a la tierra para que tuvieran hijos con ellos y así poblar la tierra. Esto, obviamente no fue del agrado de Dios, por lo que envió al infierno a Lucifer y maldijo a los descendientes de estos demonios, tú eres un descendiente directo de...
— ¡Detente ahí! — Una voz grave e intimidante detuvo la explicación de Sofía.
De la nada, un hombre vestido de traje apareció, lo reconocí al instante, era el mismo "Ángel" que me envió a este mundo. En su rostro se dibujó una gran sonrisa mientras me miraba, luego de eso, aplaudió lentamente al acercarse a mi.
Que momento tan inoportuno para aparecer, pareciera que no quiere que sepa más sobre esta historia, pero ¿Porque? ¿Qué razón tiene él para ocultarla?
— ¡Magnifico! Nunca pensé que hubiera un humano capaz de controlar ese poder, — El hombre dio vueltas alrededor de mí para analizarme, su mirada se sentía pesada — aunque aún te falta mucho para dominarlo.
No sé porqué, pero en ningún momento bajé la guardia, ni lograba permanecer en calma, algo de este "hombre" me inquietaba. Sofía parecía sorprendida y asustada por ver a ese hombre aquí, lo que indica que él es mucho más fuerte que ella, y eso demuestra mi punto porque mi cuerpo sentía el peligro.
— ¿Quien eres? — Pregunté sin dejarme intimidar.
Eso hizo que la sonrisa de ese hombre fuese más grande, de lejos se notaba que sentía un gran placer al ver mis reacciones.
No voy a mentir, el miedo empezaba a crecer dentro de mí, mi instinto decía que no debía molestar a este sujeto, pero necesito respuesta, y ya que no pude aprovechar cuando estaba en el limbo, debía hacerlo ahora.
— ¿Quien soy?... — Hizo una larga pausa antes de continuar — Soy nada más y nada menos que el Rey del Infierno, ¡Lucifer en persona!
No pude esconder mi miedo al escuchar esas palabras, quería creer que me estaba mintiendo, pero dudo mucho que este hombre me esté tomando el pelo, aspira un aire de superioridad y fuerza, si tuviese que luchar contra él en este momento, mi cuerpo no sería capaz de moverse ni unos centímetros.
— ¿Que pasa, niño? ¿Donde esta toda esa rudeza que mostrabas ahorita?
Vacile por unos instantes antes de volver a hablar.
— Es un honor que el Rey del Infierno salga de su acalorado hogar para venir a verme — Traté de ser un poco burlón con él, después de verlo dos veces hay algo que puedo decir con certeza de él: Le encanta la teatralidad — ¿A que se debe ese placer?
Intenté mostrarme fuerte ante él, por fuera logré mantener la compostura, pero por dentro estaba aterrado, solo podía pensar una razón para que Lucifer viniera hasta aqui: Vino a regresarme al infierno.
— ¡Jajaja! — Soltó una gran risa al aire sin contención alguna — Me agradas niño. Verás, debido al caos ocasionado por los seres humanos de tu mundo, ha habido incontables problemas en el cielo, uno de ellos es la fuga de varias almas asesinas.
— ¿Fuga? — Sofía interrumpió a Lucifer — ¿Acaso es posible escapar del infierno?
— Por supuesto, solo que pocos son lo suficientemente atrevidos para hacerlo. — Lucifer continuó su explicación — En fin, ese es la razón por la que estoy aquí, me encargaron la misión de devolver esas almas al infierno, pero hay un pequeño problema, como reencarnaron al igual que tú, no puedo ponerles un dedo encima debido a las reglas de Dios, por lo que regresarlos de la manera fácil no será posible.
Este tipo de información no es de la que se la contarías a cualquier persona, eso significa que quiere que haga algo por él.
— Déjame adivinar, necesitas alguien que lo haga por ti.
— Ya estás entendiendo, necesito que te encargues de matar a las 4 almas prófugas que llegaron a este mundo.
Todo sonaba muy descabello, ¿escapar del infierno era posible?, la vigilancia en ese lugar debe ser terrible. Pero, encomendarme el trabajo sucio a mi era demasiado ridículo. Primero, no tengo la fuerza para pelear con un minotauro. Segundo, el tiempo que llevan viviendo en este mundo es desconocido, puede que se hallan vuelto bastante fuerte. Y tercero, no obtengo nada a cambio por este trabajo. Si la recompensa es lo bastante jugosa, me vería tentado a aceptar el trabajo.
— ¿Que gano yo con todo esto? — Pregunté, no iba a hacer esto gratis.
El rostro de Lucficer volvió a mostrar otra gran sonrisa, y sin mucho pensar respondió.
— Si logras asesinar a los 4 prófugos del infierno, te dejaré reencarnar las veces que quieras, no tendrás que ir al infierno en ningún momento, vivirás incontables veces. ¿Esa recompensa es lo suficientemente jugosa para ti?
Esas palabras me hicieron creer que fue capaz de leerme la mente, pero eso sería demasiado poder, incluso para el Rey del Infierno. Aunque la recompensa era equivalente al riesgo, matar a 4 personas es muy diferente a matar un minotauro, ellos pueden pensar con más claridad, puede que sean más inteligentes que yo. Pero dudo mucho que pueda rechazar tal oferta.
— Esta bien, lo haré. ¿Cuál es el tiempo límite?
— Ninguno en específico, solo antes de que mueras. Si solo matas a 3 antes de morir, no te recompensaré de ninguna forma, irás al infierno y te quedarás allí por toda la eternidad. ¿Entiendes?
Una condición dura, como era de esperar, no me la dejaría tan fácil. Aunque supongo que es justo, teniendo en cuenta la recompensa.
— Si, pero asegúrate de cumplir tu parte del trato.
Sin agregar algo más, simplemente desapareció otra vez. Sofía no comento nada más después de que se fuera.
Unos minutos después, llegó Melany acompañada de unos soldados, quienes nos ayudaron a llevar los cuerpos y a recoger los materiales utilizables del cuerpo del minotauro.
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