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Ahora volvemos a tu protagonista favorita, Kat.
—Kat estaba en el comedor sintiéndose un poco incómoda. Kamiko se había animado y ella le deseó todo lo mejor... pero Kat no sabía exactamente a dónde ir ahora. Para pasar el tiempo un poco comenzó a curiosear con su cola. Siempre era una sensación extraña porque no se correspondía con nada de lo que conocía de ser humana. Apretar la punta de su cola era más como presionar sobre un colchón suave que cualquier equivalente biológico. A pesar de lo fuerte que era, no se sentía como un músculo firme, ni era duro como un hueso. Era blanda pero tenía más resistencia que la grasa. A pesar de esto, la mente de Kat simplemente no lo encontraba antinatural. Se sentía como debería sentirse, lo cual tenía un ligero sentido en su mente. Aún así, era divertido apretarla.