El estilo con el que Ye Bi usa la lanza es bastante diferente al de Song. Mientras Song parece una guerrera agresiva, Ye Bi parece danzar. Muy elegante. Que sea más fluido y preciso es normal por la diferencia de experiencia.
Desvía los ataques de su rival con suaves y precisos movimientos. Sin malgastar mucho qi. No Toma la iniciativa, sino que aprovecha los errores de su rival para ir desgastándolo poco a poco.
Un pequeño corte por aquí. Un bloqueo que le obliga a forzar la muñeca. Una ligera y rápida punzada antes de recuperar la posición. No corre riesgos innecesarios. Mantiene a raya pacientemente a su rival, al que va poco a poco cansando y frustrando.
Hay que decir que ella no le dedica mucho tiempo a entrenar. Aun así, no es fácil superarla. Además, sus talismanes siempre están allí. Amenazantes. Esperando su momento.
De todas formas, en este combate no los utiliza. Aunque ha durado bastante, lo ha ganado con facilidad. Incluso saluda con una sonrisa a sus animadoras. A diferencia de lo demás, no le avergüenza lo más mínimo. Más bien, parece divertirle. Incluso a veces se une a ellas en las gradas. Pen dice es solo con nosotros. El resto del tiempo es muy seria.
El siguiente es un poco más difícil. Su adversaria es bastante agresiva, que quizás es lo menos conveniente para Ye Bi. Nuestra talismanera es presionada continuamente, aunque su rival tiene que pagar un alto precio para ello. Su escudo ha bajado a menos de la mitad.
De repente, Ye Bi lanza un talismán. Lo ha cargado en el momento que su rival la había sobrepasado tras atacarla. Con su cuerpo, lo ha estado ocultando de ella, aunque no del público.
Cuando su rival se ha vuelto, se ha visto cegada por una repentina explosión de luz. Ye Bi ha aprovechado el momento para lanzar por primera vez un poderoso ataque que ha destruido el resto del escudo.
–Ganadora, Ye Bi.
Hay que reconocer que mis dos vecinas de asiento son realmente sensuales cuando saltan entusiasmadas animándola. Y que una vecina más allá es adorable avergonzándose. A veces, me pregunto cómo consiguen convencer a mi joyera para que vengan. De hecho, me pregunto cómo me convencen a mí.
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Yawen y Tai Feng llegan poco antes de que empiece la eliminatoria de Fen Huan. Coincide con las preliminares de Ye Bi.
Evidentemente, su rival no es fácil. Ninguno lo es en las eliminatorias. Aunque parecía confiada en poder superarlo.
Ambos suben a la tarima. Ella empuñando una parte de su arma en cada mano. Esta vez, empieza con ella divididas. Él, con un látigo.
–Empezad– anuncia el árbitro.
Lo que sigue es un sucesivo intercambio de golpes. Fen Huan lleva la iniciativa, pero la defensa de su rival es firme. El látigo, lleno de qi, danza a su alrededor. Le protege de los golpes en todas las direcciones. Siempre hay una parte que es capaz de bloquear los ataques de ella. E incluso en ocasiones, puede contratacar.
La verdad es que no sé quién está empleando más qi. Ni está claro quién puede ganar el combate. Por su parte, Pen observa el combate con atención. Sus ojos parecen brillar. Sin duda, su arma es también el látigo. Y puede ver qué puede llegar a conseguir en el futuro. Aunque su cultivación es aún muy baja. Y sigue siendo una esclava. Al menos, en nombre.
Durante varios minutos, el combate mantiene la intensidad. Fen Huan ataca sin cesar. Sin darle descanso. No parece desanimarse porque sus ataques no den fruto. Tampoco cambia su estrategia.
Su rival ha cometido algunos pequeños errores. Lo que lo ha llevado a recibir unos pocos ataques. Aunque nada grave por ahora. Sin embargo, diría que está en desventaja. No sé si por el qi, pero al menos mentalmente. Además, se aprecia el sudor en su frente. No creo que el combate acabe pronto, pero, si sigue así, ganará nuestra candidata.
Es entonces cuando me doy cuenta de lo equivocado que estaba. El combate acaba de inmediato cuando el látigo se rompe en dos. Ante la estupefacción de su rival, Fen Huan lo remata en un ataque relámpago. No ha dudado en aprovechar la oportunidad.
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–¿Has estado atacando el mismo punto para romperlo?– le pregunto un rato después. Es la única razón que se me ha ocurrido para lo que ha pasado.
Ha venido con nosotros a las gradas. Y recibido abrazos y felicitaciones.
–Siempre que he podido. No todo el rato, o se habría dado cuenta. Pero lo he ido rompiendo poco a poco– reconoce ella, sonriendo.
Hay algo de orgullo en su voz. No es para menos. ¡Es increíble! ¿Sería yo capaz de hacerlo? ¿Sería alguna de las chicas capaz? La respuesta es no. Al menos, no por ahora. Ni siquiera se me había ocurrido. Y no sé si a ellas. Aunque, no me cabe duda de que en el futuro lo serán. Quizás, lo contemplen como un objetivo más a entrenar o un desafío. Son increíbles.
Por supuesto, eso supone que yo también tengo que entrenar. Y llegar algún día a tener la suficiente precisión para lograrlo. Además de ser capaz de evitarlo. En caso contrario, estoy seguro de que lo usarán en mi contra. ¡No puedo permitirlo!
–Guau. ¿Cómo es posible? ¿Cómo lo has conseguido?– se muestra nuestra joyera asombrada.
–No es difícil ni ningún secreto. Solo requiere entrenamiento– asegura mi masoquista.
–¿Entrenamiento? ¿Cuánto?– pregunta Bei Liu, suspicaz.
–¡Más del que estás dispuesta!– ríe su amiga íntima.
–¡Mira quién habla!– le replica la primera.
Los demás reímos. Aunque puedo ver en los ojos de Tai Feng y Yawen que están dispuestos a intentarlo. A entrenar hasta lograrlo. Incluso Pen parece interesada. Yan Xiulan no tanto. Más bien, parece abrumada. Aunque ha entrenado con nosotros y mejorado bastante, la manufactura de joyas sigue siendo en lo que invierte casi todo su esfuerzo.
Un rato después, Ye Bi gana su tercer combate. En este, ha necesitado tres talismanes, sin duda le ha sido difícil. Lleva tres de tres.
Fen Huan le daba un 50% de posibilidades de clasificarse. Tenía tres combates difíciles. Ha ganado uno de ellos. Aunque ahora necesita tiempo y qi para crear más talismanes. Por suerte, el siguiente combate debería ser asequible para ella. Su próximo rival es un alquimista, quizás los que más desventajas tienen en este torneo.
Pocas de sus píldoras tienen un efecto directo en combate. Además, la mayoría de estas están prohibidas, al ser peligrosas para el consumidor. Pueden crear algunas explosivas, pero no dejan de ser una versión inferior a los talismanes.
Quizás, son los que más efecto tienen a largo plazo. Sus píldoras ayudan en la cultivación, en curación, incluso se dice que las hay que pueden mejorar el talento. No sé si es solo una leyenda. Sea como sea, en un torneo como este apenas les da alguna ventaja su profesión.
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–¡Increíble! ¡Has ganado los cuatro!– la abraza Bi Lang.
–Ja, ja. Ha sido gracias a vuestros ánimos– responde Ye Bi. No sé si es broma o lo dice en serio.
–¡Algunos deberían aprender de tus halagos!– también la abraza Bei Liu, mientras me saca la lengua. Dan ganas de cogerla. Aunque me mordería. Lo sé por experiencia.
–Felicidades– añade Yan Xiulan.
Ye Bi sonríe y toma la iniciativa de abrazarla. A lo que nuestra joyera sonríe tímidamente y lo devuelve.
–Bien hecho– la halaga Fen Huan. Su abrazo es algo más solemne. Aunque sin duda sincero.
–Digas lo que digas, a ti no te abrazo– me mira Ye Bi y me guiña un ojo.
Sé que su sombra está cerca. Vigilándola. Por mucho que a ella la irrite. Si no, no tiene problemas en abrazarme. Como a un amigo más. Sin segundas intenciones. Si lo hiciera ahora, podría crearme problemas.
–Guau, nunca había visto luchar con talismanes. No me esperaba que fuera tan impresionante– la halaga Yawen. También recibe un cariñoso abrazo.
–Realmente eres muy precisa con ellos– también se suma Tan Feng, que tampoco recibe abrazo.
Incluso sin ellos, el rostro del medio prometido de Ye Bi parece furioso. ¿Quizás porque ella pasa de él? Está a unos metros. Es muy posesivo. Por mucho que no estén prometidos oficialmente. Todavía. Y de lo que a ella le irrita su presencia. Sobre todo, desde que se enteró que había hecho un trato con su padre a sus espaldas. Para que la prometieran con él si lograba alcanzar los requisitos en hacer talismanes.
La verdad es que no sé qué hará Ye Bi cuando eso suceda. Todos sabemos que no está nada contenta. Pero no nos ha dicho nada de sus planes. ¿Lo aceptará? ¿Escapará de alguna forma? Me preocupa que haga algo demasiado drástico, y no soy el único. Pero no ha querido hablar del tema. No sabemos nada.
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Por la tarde, Ye Bi también gana sus combates. En el último, ha necesitado dos talismanes. Aunque creo que ha sido más bien para acabar más rápido. Como es el último, tiene tiempo de crear más. Y de recuperar el qi para mañana.
Por la noche, volvemos a ir al evento. Esta vez, entramos en cuanto abren. Y nos apresuramos a comprobar los puestos cada vez que abren uno nuevo. Esta vez, ocho de ellas se han apuntado. Lo consideran divertido.
La buena noticia es que hemos conseguido un mandoble y dos espadas del reino del Alma. Su calidad es más bien baja. Y su condición no es perfecta. Pero su estado es suficientemente bueno para utilizarlo en combate, no solo en entrenamientos.
Además, también han comprado unas pocas gemas para Yan Xiulan. No se conocen, pero a pesar de ello la consienten.
Incluso hemos conseguido algunos ingredientes de alquimia a buen precio. Cuesta encontrarlos, pues la secta suele comprarlos para los alquimistas. Y en otros mercados, suelen estar muy caros. Los estudiantes que los han vendido lo han hecho a un precio un poco más alto que la secta, pero no excesivo. Wan'er estará entusiasmada. Espero que no vuelva a sentirse presionada. De hecho, esta mañana la he amenazado sin sexo si sucedía. Suele ser tan efectivo como con Ning.
También hemos encontrado más materiales para Lia Qin. Para que practique formaciones. Está realmente entusiasmada revisando los puestos. Al final, la estrategia propuesta por las gemelas de intentar ser los primeros ha sido sorprendentemente efectiva. Estarán insoportables luego. Se me escapa una sonrisa al imaginarlo.
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–Je, je. ¿Has visto lo enfadado que estaba?– ríe Shun.
–¡Qué le den! ¿Acaso se cree que es el único que puede comprar a buen precio?– se burla Song.
–A Shi una le ha querido quitar una espada de la mano. Se ha puesto toda pálida cuando Shi ha mostrado un poco de su aura. Ha sido muy gracioso. ¡Ja, ja, ja!– ríe Liang.
–La muy idiota estaba presumiendo de su cultivación en 6 de Génesis, intentando intimidarme. Se merecía una lección. Puede dar gracias de que haya recibido solo una aviso– explica Shi con desdén. Le ha molestado la situación.
–A nosotras nos ha querido quitar el ginseng uno en la etapa dos… Abusón– protesta Yu.
–Nos hemos encarado las dos, pero no estaba convencido. Cuando han aparecido también Lang'er y Bang Rui no sabía donde meterse. Ji, ji– le parece divertido a su hermana –. Por cierto… Bien hecho, Kong.
Se levanta y me besa. Su hermana hace lo mismo.
–¿Oh? ¿Ha hecho algo bien?– se interesa Hong.
–Más tarde, ese abusón ha tropezado con algo y caído de bruces. ¡Ja, ja, ja! ¡Ha sido muy gracioso! Casualmente, Kong estaba muy cerca, disimulando. ¿O vas a negarlo?– me mira Yi con sus inquisitivos y preciosos ojos verdes.
–Se lo merecía. ¿Cómo se atreve a querer abusar de mis preciosas gemelas?– me hago el indignado. De hecho, lo estoy un poco.
Ellas sonríen. Aunque también enrojecen ligeramente.
–Adulador.
–Presumido.
–Las consientes demasiado.
Me acusan ellas. Aunque lo hacen con una sonrisa.
–¡Envidiosas!– les saca la lengua Yi, cogiéndome de un brazo.
–¡Eso!– la apoya Yu, cogiéndome del otro.
–Vaya. Míralas tan creciditas….
–Se les ha subido a la cabeza.
–A mí también me ha defendido– me abraza Shi por detrás, apretándose a mi espalda.
No les puedo ocultar nada. La mercader que quería quitarle la espada a Shi ha tenido que pagar de más por unas cuantas mercancías. Me miraba con rabia cuando se ha ido. ¿Acaso no puedo ofrecer un precio mejor?
–Ja, ja, ja. Creo que lo ha sufrido varias veces. ¡Yo también te defiendo!– ríe Song.
–¡Pero Kong es más guapo!– ríe Shi.
Todos acabamos riendo. De hecho, me acabo enterando de que los que han querido sobrepasarse, han sufrido más de un contratiempo. En todo momento, nos estábamos vigilando los unos a los otros. Por si algo sucedía. Y éramos nueve.
Incluso una de la etapa cuatro de alma ha sufrido unos pocos accidentes. Casuales, totalmente casuales. Je. Se lo tenía merecido. Ha intentado presionar a Hong cuando ella ya había comprado el hacha.
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