—Cualquier cosa, dices... —Rain se encogió de hombros—. No estoy seguro de que eso sea realmente posible ni siquiera para ti.
—No lo sabríamos a menos que lo digas en voz alta —dijo Seadrei, visiblemente confiado.
—Bueno, si tú lo dices —dijo Rain—. Quiero liderar a mi familia de una manera que veo que los beneficiará, así que me gustaría que no te metieras en nuestros asuntos. Por supuesto, estoy dispuesto a escuchar tu opinión, pero tomaré la decisión final cuando su destino esté sobre la mesa.
Cuando Seadrei escuchó que Rain no quería entretener su entrometimiento, una pizca de sorpresa cruzó su rostro. Fue una respuesta inesperada para él, y esta inesperada se mostró en su expresión facial. Era como si Seadrei hubiera sido tomado por sorpresa por la franqueza de Rain, y esta reacción era bastante evidente en la forma en que sus cejas se levantaban ligeramente, y sus ojos se agrandaban solo por un breve momento.