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20% ANIME LIFE DRAFT (Spanish Version) / Chapter 10: Ino Yamamoto 4

บท 10: Ino Yamamoto 4

[ANIME LIFE VANDALIZADO.jpg en el primer comentario]

¿Qué es esto? Y ¿qué hace aquí en la biblioteca? ¿Izumi también vino aquí a pegarlos? Pero la otra vez que vinimos no vi ninguno.

Entonces ¿quién lo trajo? Y ¿por qué? ¿Quién querría traer esa cosa tan fea?

Quizá quería enseñárselo a sus amigos para burlarse.

Eso explicaría los dibujos.

Bueno, no importa, estos volantes tan horribles solo podían acabar así o en la basura.

Aunque qué dibujos tan feos hicieron. Son más feos que los de Izumi. ¿Qué es un pato mágico? ¿Qué significa esa S rara? Definitivamente no saben cómo dibujar popó.

—Y ¿esto? —Izumi me quita el volante vandalizado y lo mira—. ¿Dónde lo encontraste?

—En el piso.

—Qué feo dibujan —y me lo regresa.

Yo lo tiro a la basura, donde pertenece.

—Y hablando de copias —Izumi se sienta en el suelo, abre su mochila gigantesca y comienza a sacar libros, cuadernos, un suéter, el par extra de pantuflas, una laptop…

Ay, Izumi, de verdad que eres un desastre.

Pero, bueno, Izumi saca una hoja, guarda todo lo que había sacado antes de la forma más caótica y desordenada posible y cierra su mochila.

—Aquí está el original.

[ANIME LIFE ORIGINAL.jpg en el primer comentario]

—Le podemos sacar copias aquí.

Izumi se va, y Sotoka-san y yo la seguimos.

Izumi recorre librero tras librero y llega a un rincón donde hay una fotocopiadora. La abre y coloca el original adentro. Presiona unos botones de la fotocopiadora, y esa comienza a fotocopiar y a fotocopiar y a fotocopiar.

—¿Pues cuántas copias vas a sacar? —pregunto.

—Poquitas —dice Izumi—. Unas 50.

—¿Poquitas? ¿Pues cuántas son muchas? ¿200?

—Pues sí, ¿no?

En eso tiene razón.

—Pero 50 también son muchas.

—Claro que no. A mí 50 no me duran nada.

—Porque tú las tiras por todos lados.

Izumi me mira enojada.

Y se vuelve hacia Sotoka-san.

—¿Verdad que 50 copias son poquitas, Sotoka-chan?

Sotoka-san se vuelve hacia ella.

—Perdón, ¿qué?

—¡SOTOKA-CHAN, HAZME CASO! ¡INO SE ESTÁ BURLANDO DE MÍ, Y TÚ NO ME AYUDAS!

—¿Qué?

—Es que voy a sacar 50 copias, y esta Ino dice que son muchas.

—Son muchas —dice Sotoka-san con mucha razón.

Izumi mira a Sotoka-san desesperanzadoramente.

—¡AAHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHH! ¡KAMI-SAMA-CHAN, TASUKETE!

—Pero no importa; puedes guardar las que nos sobren.

—Pero no nos van a sobrar; a lo mejor hasta nos faltan.

—Bueno, bueno, si sobran las guardas, y si faltan sacas más.

—Pero no van a sobrar. Van a ver.

Izumi saca el volante original de la fotocopiadora, toma las fotocopias y se acerca a una mesa llena de libros, cuadernos, calculadoras, plumas, lápices, laptops y un montón de chicos muy ocupados hablando y riendo y jugando y haciendo todo menos lo que vinieron a hacer en primer lugar.

—¡HEY! ¿ESTÁN EN UN CLUB? ¿NO QUIEREN UNIRSE A ANIME LIFE? NOS FALTAN DOS—

—Shhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhh —la callan todos ellos al unísono.

—Estamos en una biblioteca —susurra uno.

—No hables tan fuerte —dice otro.

—Qué falta de respeto —dice el tercero.

Y los demás solo se ríen en su cara, pero en silencio.

—Bueno —susurra Izumi—, entonces ¿quiénes se van a unir a ANIME LIFE? Nomás necesitamos otros dos miembros.

—Shhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhh —la callan de nuevo.

—Estamos en el 1-1… —pero Izumi no se calla.

—Shhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhh.

—para que vayan…

—Shhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhh.

—somos yo…

—¡Shhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhh!

—Sotok…

—¡¡Shhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhh!! Ya cállate.

—Ino…

—¡¡¡Shhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhh!!! Carajo.

E Izumi se da media vuelta y regresa con nosotras.

—¿Cómo te fue? —pregunto.

Izumi me mira enojada. Se acerca a otra mesa y:

—Natsumura-san —dice una mujer de mediana edad, quien solo podía ser la:

—Bibliotecaria-san —Izumi se vuelve hacia ella.

—Y ahora, ¿qué estás haciendo? —le pregunta la supuesta bibliotecaria-san.

—Nada, solo repartimos volantes.

—Pues ya no lo hagas; molestas a la gente.

—Pero no estoy haciendo ruido.

—Esto es una biblioteca, no un centro social —¿Un centro social? ¿Qué es eso?—. Si quieres repartir volantes o lo que sea, hazlo en otro lado, pero aquí, no.

Bibliotecaria-san se va.

—Bueno, lo intentamos —dice Sotoka-san.

Izumi se vuelve hacia ella y:

—Hazlo tú, Sotoka-chan.

—¡¿Qué?! —la sorpresa de Sotoka-san es tan grande que por un momento se le olvida que estamos en una biblioteca—. ¡Pero ¿por qué yo?! La bibliotecaria dijo que no repartiéramos más volantes.

—No —responde Izumi—. Dijo que yo no podía repartir más volantes, pero no dijo nada de ti.

Espera, eso es...

.

.

.

Cierto.

Muy, muy cierto.

Ay, Izumi, serás idiota pero de repente tienes tus momentos de genialidad.

En fin, Izumi le da los volantes a Sotoka-san.

Sotoka-san se acerca a otra mesa donde hay más buenos para nada haciendo lo que los buenos para nada hacen.

Y de seguro también se están burlando de nosotras. Los odio.

—Oh, Hamano-san —dice uno de ellos.

—Hamano-san, ¿cómo estás? —dice otro.

—¿Te quieres sentar con nosotros? —pregunta un tercero.

Y los demás le sonríen a Sotoka-san y la miran y no se atreven a hablarle.

Vaya, qué reacción tan distinta. Si hubiera sido Izumi la hubieran ignorado o callado enseguida, pero con Sotoka-san es muy diferente, y eso quizá se deba a varias razones:

1. Sotoka-san es rubia;

2. Su cabello es largo y sedoso, y siempre lo tiene recogido en una larga trenza;

3. Sus facciones son muy finas;

4. Tiene un cuerpo bien proporcionado;

5. Tiene ojos azules;

6. Sus dientes son blancos;

7. Usa lentes;

8. Su piel es clara y suave;

9. Su voz es tersa y amable;

10. Usa unas medias muy largas y muy negras que cubren unas piernas muy largas y muy bien torneadas.

Aunque ella también:

1. Tiene un ligero problema de acné en el rostro (y que seguramente no se cuida);

2. Cuando se enoja da miedo;

3. Usa ropa que definitivamente es una talla más grande que la suya;

4. Nunca se quita el horrible saco del uniforme ni se lo desabrocha un poco.

Es como si ella tratara de verse fea a propósito, y siento que si se arreglara sería más bonita que incluso Yuri Okabe.

Pero no lo hace. Y ¿por qué lo haría? Es una pérdida de tiempo, y una completa estupidez, pero la gente valora la belleza más que cualquier otra cosa, y ¿qué más se podría esperar de una sociedad tan superficial y vacía como esta?

Aunque quizá no lo haga para no llamar la atención, aunque para ella eso es casi imposible porque:

1. Como dije, ella es rubia, y hay muy pocas en la escuela, y

2. Es bonita.

—Hola —dice Sotoka-san—, ¿quieren unirse al ANIME LIFE? —y les da un volante a cada uno de ellos, y ellos los aceptan con gusto.

—Claro, Hamano-san —dice uno.

—Yo ya estoy en un club, pero lo puedo dejar, Hamano-san —dice otro.

—Cuenta conmigo, Hamano-san —dice un tercero—, y ¿de qué trata el club?

—Ummmm… —Sotoka-san se vuelve hacia Izumi y hacia mí y con la mirada nos pide que la ayudemos. Pero yo no sé qué es el ANIME LIFE ese, e Izumi… ¿qué? ¿A dónde se fue? ¿Izumi…? No, definitivamente ya no está. Bueno, no importa, lo más seguro es que si estuviera aquí diría una estupidez— ¿de anime?

—A mí me encanta el anime.

—A mí también.

—Yo no veo anime, pero si te gusta a ti, Hamano-san, debe ser muy bueno.

—¡ES LO MEJOR DE ESTE MALDITO UNIVERSO! —Izumi aparece de la nada, se acerca ellos y toma a Sotoka-san del hombro—. ¡Y QUÉ BUENO QUE SE VAN A UNIR! ¡NOS LA VAMOS A PASAR MUY BIEN!

Todos miran a Izumi e inmediatamente se les borra la sonrisa.

—Eh —dice uno—, yo no sé si pueda.

—Sí, yo ya estoy en un club —dice otro.

—Yo ni siquiera veo anime —dice el tercero.

Y eso es todo.

Bravo, Izumi, estuvimos tan cerca.

Aunque si te sacáramos del club y metiéramos a esos tres estaríamos completos.

Pero no lo haremos porque no somos como tú, y es divertido verte sufrir y fracasar siempre y en todo.

Y esos tres solo son unos idiotas que se van a pasar todo el día queriendo meterse en la falda de Sotoka-san.

—Eso salió bien —dice Izumi a pesar de que lo arruinó todo.

—Y ¿tú dónde estabas? —le pregunto.

—Es que fui a sacar más copias. Saqué otras 50.

.

.

.

.

.

.

.

.

.

*suspiro*

Ay, Izumi.

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Entonces, Sotoka-san repartió muchos volantes (no todos, pues, como dije, 50 volantes son muchos) y convenció a todos de unirse a ANIME LIFE con solo acercarse a ellos.

E Izumi los ahuyentó de la misma manera.

Pero, bueno, no importa, ellos solo se iban a unir por Sotoka-san, y la verdad sería muy molesto que el club solo fuera un montón de chicos, chicas y una Izumi encimándosele a la pobre.

—Ten —Sotoka-san le regresa los volantes a Izumi—. Guárdalos para después.

—¿Para qué? Los podemos usar ahorita —dice tercamente Izumi.

—¿Cómo? —pregunto yo—. Ya se los repartimos a los que están aquí. ¿Les vamos a dar más o qué?

Izumi sonríe y se mete a los libreros; ahí comienza a meter volantes entre los libros. Aunque no les metía muy bien porque dejaba la mitad afuera.

—¿Qué haces?

—Los dejo aquí para que alguien los encuentre.

—Um… ¿por qué?

Izumi me mira como si la tonta fuera yo.

—¿Cómo que por qué? Para que, cuando vayan pasando por aquí, vean una hoja que sale de entre los libros y digan: "oh, ¿qué es eso?" y tomen la hoja y la vean y digan: "oh, ANIME LIFE, estoy intrigado. Quiero saber más sobre ese club y quizá me uniré a él."

Sí, claro.

—Eso no va a pasar —le digo.

—Claro que sí, ¿verdad, Sotoka-chan?

—Mejor quítalos de ahí —le dice Sotoka-san—; se notan mucho, y si la bibliotecaria los ve, se va a enojar bastante, y en el volante vienen nuestros nombres, así que…

—Está bien, Sotoka-chan. Solo porque tú me lo pides —e Izumi quita los volantes de donde los puso.

Ella se ve claramente desilusionada.

—Aunque… —Izumi comienza a doblar los volantes y a meterlos dentro de los libros.

Ahora se ve tercamente determinada.

—Y ahora ¿qué haces? —le pregunto.

—Los escondo aquí; así cuando alguien tome el libro va a notar que hay algo entre las hojas y va a decir: "oh, me pregunto qué será" y va a encontrar la hoja y la va a abrir y va a decir: "oh, ANIME LIFE, estoy intrigado. Quiero saber más sobre ese club y quizá me uniré a él."

—Izumi, lo más seguro es que vea el libro y diga: "oh, un libro, una de esas reliquias del pasado que ya no sirven para nada y que nadie usa porque tenemos internet, donde hay muchísima más información y es mucho más fácil encontrarla," y nunca lo abra y nadie nunca encuentre tus volantes.

—Eso dices tú, pero siempre hay mucha gente aquí.

—Sí, pero están o en las mesas o en las computadoras haciendo nada.

—No, también agarran libros.

—Sí, pero solo agarran algunos, y son los que los profes les dicen que agarren, y lo más seguro es que esos ya los agarraron. Los que quedan han de ser los que nadie nunca agarra.

—Bueno, no importa, yo ya escondí mis volantes, y ahí los voy a dejar —dice Izumi tercamente.

Y ahí los deja.

—Oigan, hay que hacer la tarea, ¿no? —o Sotoka-san no nos estaba haciendo caso o simplemente no le importa que Izumi haya dejado los volantes con nuestros nombres en los libros.

O quizá como no se notan y nadie nunca agarra los libros, no hay de qué preocuparse.

O quizá Sotoka-san apenas se acordó que no hemos hecho la tarea.

O no sé. Sotoka-san es rara.

Pero sí nos falta hacer nuestra maldita tarea.

Y todas las mesas están ocupadas.

—Vamos a una sala de estudio —dice Izumi, y la seguimos.

Pero todas las salas de estudio están ocupadas.

—Bueno —dice ella—, quizá nos podamos meter a esta.

Y se mete a una sala de estudio donde solo está una chica leyendo.

Creo que es incluso más pequeña que yo.

—Hola, Mausumiya —dice Izumi, deja su mochila tirada en el piso y se sienta en la mesa como si alguien la hubieran invitado ahí.

—Natsumura-san —dice... ¿Mausumiya? Aunque apenas y se escucha lo que dice. ¿Por qué habla tan bajito?—, déjame leer en paz.

Bueno, pues solo nos queda irnos.

Ya qué.

Aunque no te juzgo, Mausumiya; yo hubiera hecho exactamente lo mismo.

Entonces nos regresamos a la puerta, pero Sotoka-san se acerca a Mausumiya y:

—Hola, Nishimiya-san —espera. ¿Ella se llama Nishimiya? Bueno, sí, ese apellido suena mucho más real que Mausumiya, pero ¿por qué Izumi... ah, porque Nishimiya parece ratón.

Es cruel pero cierto. En fin:

—Yo soy Sotoka Hamano y —Sotoka-san toma las manos de Nishimiya — por favor, déjanos quedarnos aquí. Allá afuera no hay mesas disponibles, y solo vamos a hacer tarea. No haremos ruido, y te lo agradecería muchísimo.

Nishimiya no le quita los ojos de encima Sotoka-chan.

¿Es mi imaginación o se sonrojó bastante?

—Bueno, pero no hagan mucho ruido, por favor.

¡Wow! Nunca creí que Sotoka-san pudiera ser tan persuasiva. Tan callada que es…

—¡SÍ! ¡ARIGATŌGOZAIMASHITA, NISHIMIYA-CHAN! ¡VAS A VER QUE NO TE VAS A ARREPENTIR!

Lo más seguro es que ya se arrepintió.

Pero ese es su problema. Por el momento nosotras nos acomodamos en la sala y sacamos nuestros libros, cuadernos, plumas, lápices y etcétera.

—Y ¿cuál es la tarea? —pregunta Izumi.

—Bueno —responde Sotoka-san—, tenemos que resolver unos ejercicios de mate y hace una investigación de historia.

—Entonces que Ino haga lo de mate, y yo hago la investigación contigo, Sotoka-chan. Vamos por libros —Izumi se levanta, toma a Sotoka-san de la mano, y ambas salen de la sala de estudio y se pierden en los libreros.

Y me dejan sola con una completa desconocida.

Aunque está bien; no es como si quisiera hacer esa investigación, de todas formas.

Saco mi cuaderno de mate y lo abro.

[TAREA.jpg en el primer comentario]

Ah, no parece difícil. No debería tardarme mucho con esto.

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[TAREA TERMINADA.jpg en el primer comentario]

Listo. Fue muy fácil.

Muy, muy fácil.

.

.

.

.

.

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.

.

Y ¿ahora qué?

¿A qué hora van a regresar estas niñas?

De seguro Izumi se llevó a Sotoka-chan a un rincón para encimársele con sus abrazos y sus "¡SOTOKA-CHAN, DASKI Y BLABLABLÁ! ¡ESTEMOS JUNTAS POR SIEMPRE AUNQUE CLARAMENTE A TI NO TE GUSTAN ESTAS MUESTRAS DE AFECTO PORQUE TIENES SENTIDO COMÚN Y MUCHA MÁS DIGNIDAD QUE YO, PERO NO IMPORTA PORQUE YO NUNCA TE VOY A DEJAR EN PAZ Y BLABLABLÁ, ETCÉTERA, ETCÉTERA, ETCÉTERA!"

Y aquí solo estamos Nishimiya y yo. Ella está leyendo un libro enorme.

Es mucho más grande que su cabeza.

Ja, ella sí parece un ratoncito.

Y sí es más pequeña que yo.

No por mucho, pero lo es.

Si no fuera por su uniforme, juraría que es una niña de primaria.

Aunque está demasiado flaquita.

Parece como si se fuera a romper en cualquier momento.

.

.

.

.

.

En fin…

—Um, Nishimiya-san, ¿verdad? Hola, soy Ino Yamamoto.

Nishimiya-san deja de leer su libro y se vuelve hacia mí.

—Mucho gusto, soy Kazumi Nishimiya —y se vuelve hacia su libro y me ignora por completo.

.

.

.

.

.

.

.

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.

Esto es incómodo. ¿Debería dejarla en paz?

Sí; si ella quisiera hablar conmigo lo haría, ¿no?

.

.

.

.

.

.

—Oye, Nishimiya, eh… ¿te gusta leer? ¿Cuáles son tus autores favoritos? —solo pregunto porque no hay nada más que hacer aquí.

Ella se vuelve hacia mí.

—Pues me gustan muchos. Mi favorita es y siempre será Jane Austen, pero, no sé, me gusta de todo: desde Kurt Vonnegut y Terry Pratchet hasta Stephen King y Mark Danielewski, por mencionar algunos. No sé, no soy muy exigente con los libros, aunque hay algunos que no me gustan, como los de Raymond Carver porque me ponen muy triste—aunque son muy interesantes—y él es un gran escritor.

—Ah… —no conozco ninguno de esos nombres— qué bien.

Nishimiya me sonríe y me pregunta:

—¿Tú lees?

—Eh… no, la verdad no.

—Ah —Nishimiya se vuelve a su libro y me ignora por completo.

Y yo muero de soledad.

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—¡HOLA, HOLA! —Izumi y Sotoka-san por fin llegan. Traen un montón de libros.

—¿Por qué se tardaron tanto? —les pregunto.

Izumi me mira como si estuviera mintiendo.

—Pero no nos tardamos nada —dice.

—Claro que sí —le respondo—, yo hasta acabé lo de mate.

—¿Ah, sí? Pásamelo.

Le doy mi tarea, y ella y Sotoka-san comienzan a copiarla.

—Y ustedes ¿qué hicieron?

Izumi toma su cuaderno y me lo da.

[REPORTE IZUMI.jpg en el primer comentario]

—¿Qué es esto? Qué letra tan horrible, Izumi. Yo pensé que escribías como en tu volante.

—No, esa es mi letra bonita.

—Y esta ¿qué es? ¿Tu letra fea?

—¿Qué te pasa? Es mi letra normal.

—Y ¿qué dice, entonces?

Izumi toma su cuaderno de vuelta.

—Si está bien fácil leerlo. Dice:

.

.

.

.

.

.

.

.

.

.

.

.

.

.

—Ay, no, no sé, régimen político, algo, algo, Luis XIV. Es que escribí muy al aventón porque estaba platicando con Sotoka-chan. Mejor que ella te pase lo suyo.

Me vuelvo hacia Sotoka-san.

Ella está copiando mi tarea.

—Pásame tu tarea, Sotoka-san.

—Aún no la hago —ella ni siquiera se vuelve hacia mí—. Eso de Izumi solo son puntos importantes, pero todavía nos falta.

—Ah, ok —ahora solo me queda esperar a que terminen, y como de seguro Izumi no le va a ser de ninguna ayuda a Sotoka-san, esto va a tardar muchísimo.

Claro, podría ayudarle, pero yo ya hice mi parte. Ellas escogieron la investigación y ellas van a hacer la investigación.

Quizá lo mejor que pueda hacer es distraer a Izumi para que no distraiga a Sotoka-san, y así ella acabe más rápido.

Y quizá Nishimiya me pueda ayudar…

Toco a Izumi con mi codo y:

—Oye, Izumi, ¿ya le hablaste a Nishimiya del ANIME LIFE?

Nishimiya por fin deja de leer su librote y nos mira confundida.

Izumi se le queda viendo a Nishimiya con una pizca de desdén.

—¿Para qué? —pregunta—. Nomás me va a andar regañando.

—Te regaña porque no te callas. Mínimo enséñale el volante que hiciste.

Izumi se le queda viendo a Nishimiya con desdén.

—Ok, pues —Izumi saca el volante original y se lo da a Nishimiya.

Nishimiya lo ve detenidamente.

—Está bonito —dice Nishimiya—. ¿Le puedo tomar una foto?

—¡¿Verdad que sí?! —dice Izumi con una sonrisa—. Es de los mejores que he hecho, y sí, tómale las que quieras. Yo lo sostengo.

—No, así está bien —Nishimiya entonces toma el volante original, lo coloca encima de su librote, saca su celular y toma la foto. ¿Para qué? No sé, al parecer tiene un pésimo gusto.

Pero me cae bien, a pesar de todo.

—Gracias —y le devuelve el original a Izumi. Izumi lo toma y lo guarda en ese desastre que llama mochila.

Y le pregunto a Nishimiya:

—Y… ¿quieres unirte al club?

.

.

.

.

.

.

.

.

.

.

.

.

Ok, ok, lo entiendo.

Bueno, solo me queda esperar a que Sotoka-san termine su tarea para que me la pase.

Ella tiene un montón de libros abiertos y está escribe y escribe en la laptop de Izumi.

No debería tardar mucho.

Y sería muy descarado de mi parte pedirle que me lo mande a mi correo cuando termine y me vaya.

Por eso coloco mi cabeza sobre mi cuaderno,

cierro los ojos

.

.

.

.

.

y me muero de aburrimiento.


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