Whoo, Whoo.
El viento aullaba por la oreja de Link. De repente, hubo un suave sonido en el viento. Al mismo tiempo, Link notó que pequeños puntos de luz roja parecidos a granos habían aparecido del aire a su lado. Con una mirada más cercana, se dio cuenta rápidamente de que eran bolas de fuego que ardían silenciosamente en el aire.
Whoom. Whoom. Whoom.
Los sonidos vinieron uno tras otro a una frecuencia creciente. Con cada sonido, un nuevo punto de luz apareció. Estas manchas de luz pronto llenaron el aire, formando una niebla roja ardiente en él. Esta niebla roja se extendía desde la tierra hasta los cielos altos. Flotando unos pocos miles de pies en el aire, Link miró hacia abajo y vio lo que parecía ser un mar de rojo.