En la sala de estudio.
La atmósfera era pesada.
Dos hombres se sentaban uno frente al otro, ninguno hablando, ambos reprimiendo su enojo.
Qin Lie preparaba el té con tranquilidad, mostrando su hospitalidad al servir una taza para Ye Lingfeng.
Ye Lingfeng le lanzó una mirada fría. Al final, cedió y tomó un sorbo de té antes de preguntar directamente —Zhouzhou es mi hija, ¿verdad?
Aunque era una pregunta, su tono estaba lleno de certeza, indicando que ya lo había confirmado hace mucho tiempo.
Miró fijamente a Qin Lie, sin perderse ninguno de sus expresiones sutiles. Pensó que Qin Lie no lo admitiría, considerando todo lo que había hecho solo para evitar que se llevara a Zhouzhou.
—Sí —inexplicablemente, Qin Lie admitió directamente.
Las pupilas de Ye Lingfeng se contrajeron, y después de un momento, se rió entre dientes —El CEO Qin es tan capaz. ¿No teme que me lleve a Zhouzhou, o está seguro de que no puedo?
Su imponente aura estalló, presionando fieramente hacia Qin Lie.