—¡Basta! —Empujé a Lexi con furia cuando intentó besarme. Miré mi teléfono y maldije después de que Kelly siguiera sin responder mis llamadas.
—¡Mierda! —Grité en voz alta y lancé mi teléfono a la cama.
Lexi me mira mientras está casi desnuda. Envuelta en una toalla blanca alrededor de su cuerpo, está de pie frente a mí, esforzándose por seducirme.
—No puedes simplemente hacerme esto, Pierce. Me fui y te di tiempo para pensar pero eso no significa que vas a volver con ella. Ella es una sobra de otro
—¡Deja de hablar así de ella, Lexi! —grité—. ¡Estás insultando a la mujer que amo!
Ella jadeó.
—¡No! Yo soy a la que amas, Pierce. ¡No a esa perra! Yo fui tu primer amor y seré tu último.
Lentamente negué con la cabeza, mirándola con fiereza.
—Estás loca.
—¡Sí! ¡Estoy loca! Loca por ti, Pierce. ¡Y tú me hiciste así!
—No me culpes por lo que te has convertido. Fue tu elección, Lexi.