—¡Comencemos! —dijo Lu Yihang mientras extendía su mano y se detenía a unos centímetros de la aguja plateada.
Los ojos de Ling Feng brillaron con un resplandor carmesí, el poder espiritual que antes había sido invisible empezaba a aparecer gradualmente en sus ojos.
Lo que Lu Yihang necesitaba hacer era disolver gradualmente la Bomba Mental del Ilusionista a través de la aguja plateada y absorberla en su propio cuerpo.
La aguja plateada temblaba continuamente, emitiendo luz plateada que era absorbida sin cesar en el cuerpo de Lu Yihang.
—¿Esta luz plateada es el poder espiritual dejado por el Ilusionista? —Ling Feng frunció el ceño ligeramente—. ¡Una fuerza tan potente y pura!
La expresión de Lu Yihang era grave, la devoración del poder espiritual consumía rápidamente su mente. En menos de diez minutos, su rostro se había vuelto extremadamente pálido ¡y su cuerpo estaba listo para colapsar!