Rain llegó a la oficina con un semblante calmado, como si nada hubiera sucedido la noche anterior. Era crucial mantener su compostura, asegurándose de que Paul no sospechara que algo estaba mal.
Tan pronto como entró en su espacio de trabajo compartido, Megan estaba a su lado.
—¿Qué pasó? ¿Simplemente desapareciste anoche? —preguntó Megan.
Rain sonrió ligeramente, manteniendo su tono casual.
—No me sentía bien, así que me fui temprano —respondió Rain y luego hizo un gesto para que Megan la siguiera a su oficina privada. Una vez adentro, Rain cerró la puerta, la bloqueó detrás de ellas, y jaló a Megan para sentarse.
—Megan, he decidido renunciar —anunció Rain, con voz firme pero resuelta—. Acepto la oferta de trabajo de la Fiscalía de la Región Capital Nacional. Planeo informar a la Directora Aileen justo después de esto.
Los ojos de Megan se abrieron de par en par en shock.