—¡Está bastante bien! —Sin embargo, Su Yang no le dijo toda la verdad a Wenyan—. Veo que tienes muchas escenas nocturnas en la obra que vas a hacer. Es malo para tu salud estar despierto hasta tarde siempre; trata de descansar más, ¿sabes? No te preocupes por las cosas de la casa; solo sé feliz. Tu papá y yo nos encargaremos. En cuanto a las comidas, haz que tu asistente ordene por separado; no te conformes solo con lo que come el equipo. Ellos no comen bien.
Su Yang dijo mucho, todo por preocupación por Wenyan, y nunca mencionó la idea de que Wenyan fuera a Qin Yulong como mediadora.
Pero cuanto más actuaba así Su Yang, más se arrepentía Wenyan.
De todos modos, Qin Yulong tenía razón; después de todo, era entre ellas. Por no mencionar a ella, una hija adoptada, hasta a sus verdaderos hermanos mayores les resultaba difícil entrometerse.
La vida en el set era plena y ocupada, y como Su Yang no estaba en casa, incluso en las noches sin grabación, Wenyan tampoco había regresado.