—¡Tu hombro! ¿Qué le pasó? ¡Oh, diosa de la luna! —Irene jadeó al ver el hombro herido de Aurora cuando esta entró en la casa, después de la escuela.
—No es nada grave, hermana. Estaré bien —Aurora se mantuvo pero gimió de dolor mientras Irene intentaba revisarlo.
—¿No es nada grave y estás gimiendo de dolor? No, esto que estoy viendo, es mucho. ¿Qué te pasó en la escuela? ¿Quién te hizo esto? ¡Nadie tiene derecho de lastimarte así! —Jay estaba enojado.
—Jay, la pregunta correcta sería, ¿en qué condición se encuentra la persona que pudo hacerme esto, actualmente? —Aurora dijo y sonrió con suficiencia.
—Sé que el culpable definitivamente estará en una condición terrible ya que sé lo gran guerrera que eres, pero aún así, me preocupa que hayas resultado tan herida. Podría haber sido realmente malo si hubiera ido un poco más allá. Falta poco para que alcanzara tu cuello. Podría ser fatal si no fuera así —Jay afirmó, con gran preocupación.