En la finca, Rosa se mantenía ocupada en el jardín. El clima era demasiado bueno para dejar pasar la oportunidad de caminar y ver la tierra dada a Zayne. Aún no se acostumbraba a las criadas que la seguían a distancia para traerle lo que necesitara.
Aún tenía que encontrar con qué mantenerse ocupada en días como este, cuando Zayne debía ir al palacio. Sería un buen momento para visitar a una amiga pero Mary había regresado con su familia hace poco, así que Rosa no quería molestarla.
Rosa estaba deseosa de conocer a la hermana de Zayne. Si tenía suerte, se llevarían bien.
Rosa continuó su paseo por el jardín y terminó en el campo de entrenamiento donde Zayne invitaba a sus soldados a entrenar cuando terminaban su descanso con sus familias.
—¿A dónde habrá enviado a aquellos sin hogar? —se preguntaba Rosa.