—E-ella no di-dijo —logró responder la chica, forzándose a tragar su saliva que parecía haberse convertido en una tarea difícil.
Anastasia se recostó contra la pared mientras miraba alrededor de la habitación. Ahora era la única que dormía allí, ya que Angelina se había ido.
—Vamos.
La chica asintió, sosteniendo a Anastasia mientras se levantaba de la cama con pasos vacilantes, moviéndose hacia el pasillo. Todo lucía diferente para Anastasia; no había salido de la habitación desde que la trajeron desde el sótano, donde había recibido su castigo. Cada paso renqueante le recordaba cuánto tiempo había estado confinada.
Bajaron las escaleras y Anastasia lanzó una mirada furiosa a la espalda de Michelle. No había visto a ésta tampoco en más de una semana y ahora que se enfrentaba a ella, lo único que podía pensar era en cómo arañar su rostro sin que nadie descubriera que había sido ella quien lo hizo.