—Sé que mi hermana te hizo mal y te causó problemas en varias ocasiones, yo mismo fui testigo de ello. Mis palabras no tienen la intención de pedir perdón ni de borrar lo que sucedió entre ustedes dos. Tus sentimientos son válidos y agradezco tu contención al tratar con ella, especialmente dado nuestro acuerdo. Tu generosidad no ha pasado desapercibida. Admiro eso de ti y ahora me doy cuenta de que cometí un error al escuchar solo la versión de mi hermana —con sinceridad, se inclinó levemente ante Hera, pero tenía más que decir.
—Sé que esto puede sonar hipócrita, ya que somos similares en esencia. Sin embargo, desapruebo sinceramente en lo que mi hermana se ha convertido y temo que tus advertencias anteriores puedan resultar acertadas. Estoy decidido a no dejar que ella llegue a un punto de no retorno. Como su hermano, es mi deber disciplinarla —con eso, se arrodilló ante ella, encontrándose con sus ojos al mismo nivel, demostrando su sinceridad.