—¿Qué te preocupa? No pareces ser tú misma hoy —Lu Tianxin le preguntó a Tang Moyu una vez que esta terminó de firmar los papeles que necesitaba para su aprobación. Habían pasado tres días desde que su prima comenzó a comportarse así y Lu Tianxin no podía descubrir qué parecía ser el problema esta vez.
—No te preocupes, Tianxin. Solo muchas cosas en mi mente, pero nada serio —Tang Moyu respondió de manera desabrida y volvió su atención a los números en la pantalla de su computadora.
Más trabajo se acumulaba desde que Xu Wenyang inyectó más fondos para que la empresa los utilizara y con la ayuda de Lu Tianxin y Gu Yuyao, Tang Moyu pudo cerrar los tratos, uno por uno, que el equipo ejecutivo anterior había establecido. Las tres mujeres estaban haciendo todo lo posible para minimizar las pérdidas terminando esos proyectos y tratos no rentables.
—¿Estás segura? —Lu Tianxin preguntó a la emperatriz por última vez, pero Tang Moyu se negó a decir lo que le molestaba.