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Cuando Song Ning se despertó temprano en la mañana, sentía los huesos adoloridos. Era como si alguien los hubiera desmontado y vuelto a montar. Involuntariamente pensó en el esqueleto del laboratorio en la oficina, que crujía cada vez que movía sus articulaciones. Tras un momento, los recuerdos de ayer comenzaron a volverle gradualmente.
—Mu Chen, él…
Ayer, cuando volvieron a la casa de la familia Mu, él había mostrado los anillos a su abuela. Como resultado, su abuela lo persiguió intentando golpearlo. Después de todo, era una sorpresa que ella les había preparado, y él había destruido la sorpresa que había preparado meticulosamente para ellos. Su abuela no paraba de preguntar cómo había descubierto la sorpresa.
Después de eso, ella y Mu Chen calmaron a Jiang Jin haciendo promesas como nunca separarse y apoyarse mutuamente por el resto de sus vidas.