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Jiang Yue se amilanó bajo la fiera mirada de Gu Dai, su actitud confiada vaciló. Incómoda, desvió su mirada hacia el cuadro que colgaba detrás de Gu Dai y optó por cambiar de tema.
Vistiendo una fachada de hermana mayor comprensiva, se aventuró —Daidai, ¿te ha gustado recientemente la pintura? Al haberme criado rodeada de riquezas, tuve el privilegio de estar expuesta a numerosas pinturas renombradas. Tengo algo de conocimiento sobre ellas. Si necesitas ayuda para entenderlas, no dudes en pedírmelo.
Gu Dai encontró divertida la altivez de Jiang Yue. A pesar de su impulso de reír, se contuvo y preguntó —¿También consideras subestándar esta pintura que estoy admirando?
Pillada por sorpresa por la pregunta, Jiang Yue tartamudeó momentáneamente antes de recuperar su compostura. Asintió con confianza, confirmando —¡Absolutamente!
Sin poder contenerse más, Gu Dai estalló en una carcajada sonora.