บท 140: Capítulo 140 Guardian semidemoníaco [1]
—Cambio de escena.
En el corazón del bosque, entre la niebla densa y donde la mayoría se concentraba.
Un gran castillo antiguo se alzaba, con torres elevándose hacia el cielo, jardines en ruinas llenos de muerte. Las paredes del castillo, agrietadas, parecían a punto de colapsar.
Escombros cubrían el suelo, telarañas colgaban, y los muebles, viejos y desgastados, daban testimonio de su abandono.
En pocas palabras.
Un castillo en ruinas, desolado, con un único ser vivo en su interior, sentado en el salón más grande, donde un trono destrozado con grietas y escombros lo rodeaba.
Una figura imponente reposaba en el trono, observando una esfera que irradiaba una tenue luz. Sus ojos no se apartaban de la esfera, ni siquiera parpadeaba.
Este era el jefe de la mazmorra, vigilando lo que sucedía con los humanos que habían osado entrar en su territorio.
Su apariencia.
Un cuerpo similar al de un humano, pero con músculos imponentes y piel tan dura como el acero, de un negro profundo. En su pecho, un gran tatuaje rojo con intrincados detalles. Su rostro exhibía dos ojos verdes y pupilas negras, y dos cuernos se alzaban desde su cabeza calva.
El jefe de la Mazmorra.
Un antiguo guardián de una familia de la era de la oscuridad, atrapado en esta mazmorra desde hace 10 mil años.
Un guardián con rasgos demoníacos, resultado de una fusión entre demonios y la magia de su creador humano.
En tiempos pasados, menos del 0.99% de los magos podían crear guardianes, utilizando partes de otros seres vivos y enormes cantidades de maná.
Sin embargo.
Este guardián de aspecto demoníaco era apenas un semigrado 7, igual de fuerte que el Rey Espectro, otro residente de la mazmorra y dueño del laberinto.
Pero el jefe de la mazmorra tenía la capacidad de alterar la estructura del laberinto, desorientando a los humanos que se adentraban en él.
Estallido.
"¡Maldita sea... Mierda, mierda!"
Golpeó con furia el trono, su mirada sombría y afilada, mientras el enojo por el fracaso de su plan para separar a los humanos lo consumía.
Sin embargo, su furia desapareció en un instante.
"Jajaja..."
Su risa resonó por el castillo en ruinas, haciendo temblar las paredes.
"¿Qué importa? El más fuerte, el único que podría matarme, está herido, ¿no?"
"Tengo la ventaja. Todos los humanos que entraron están heridos."
Habían combatido entre ellos, desgastándose.
Los lugares por los que pasaron los dejaron exhaustos, sin fuerzas para enfrentarse al jefe de la mazmorra.
Observando la esfera, el jefe notó que los siete humanos estaban gravemente heridos.
Sin embargo.
"Esos dos... están completamente ilesos."
Fueron los únicos que no se esforzaron demasiado desde que entraron a la mazmorra hace un día.
Pero a pesar de eso, habían limpiado casi toda la mazmorra de monstruos.
El jefe lo sabía.
Si más humanos entraban, sería su fin.
Porque ya no quedaban monstruos para agotarlos.
Tendría que luchar por su vida y sobrevivir a la invasión.
Aunque el pensamiento lo consumía, también lo frustraba.
El hecho de que esos humanos hubieran llegado tan cerca del castillo significaba que eran poderosos.
Si hubieran estado en su mejor condición al llegar al castillo, el guardián demoníaco habría sido derrotado fácilmente.
Eran magos del primer círculo en su máximo poder, y uno de ellos incluso era un mago del tercer círculo.
Además, eran siete.
El guardián semi demoníaco no podría contra ellos siete. Moriría rápidamente si los enfrentara.
Habían atravesado el laberinto, eliminado casi todos los monstruos, e incluso derrotado al Rey Espectro.
"¿Cómo?"
El guardián se preguntaba cómo habían matado tan rápido al Rey Espectro.
El Rey Espectro era casi tan fuerte como él, quizá solo lo superaba ligeramente.
Y sin embargo, murió tan rápido.
Entonces, el guardián observó a la bestia de maná junto con los humanos y comprendió de inmediato.
La bestia de maná los estaba ayudando.
Esa era la razón de la muerte del Rey Espectro en cuestión de minutos.
Por supuesto, tres humanos solos no habrían podido vencer al Rey Espectro.
"Malditos..."
Golpeó el trono de nuevo, enfurecido.
Las bestias de maná.
Cuando el guardián llegó, esas bestias dominaban la mazmorra.
A pesar de que era una mazmorra de bajo rango y cualquier humano podría despejarla, la única variable fueron las bestias de maná. Eran la causa de la destrucción de la mazmorra.
Pero ahora…
"Puedo matarlos", pensó.
Necesitaba esperar a que los humanos llegaran a su castillo, porque estaban débiles y podía acabar con ellos. El más fuerte parecía estar en un estado grave, incluso estaba inconsciente.
Qué suerte más inesperada.
"Los mataré a todos, malditos humanos", murmuró con rencor.
Los humanos, sus creadores, lo habían abandonado y, además, le habían dado ese aspecto que ahora detestaba: un cuerpo desagradable con partes demoníacas. Aunque la raza demoníaca era la segunda más fuerte, justo detrás de los dragones, era repulsivo tener esas características en su cuerpo de guardián.
"Tch", chasqueó la lengua.
Pronto los humanos despertaron y el guardián esperó su llegada, seguro de que los mataría y recuperaría el control de este territorio.
***
—Cambio de escena.
—Punto de vista de Gloriana Mengral.
Emilia, que estaba a un lado, miró a Asher de la misma manera que lo hacía Gloriana. Sin embargo, ambas sonreían.
Habían recuperado al Asher original y su otra personalidad se había ido quién sabe a dónde.
Pero había vuelto.
Solo que ahora estaba dormido.
"..."
Entonces, Emilia y Gloriana abrieron la boca sorprendidas al ver que las heridas de Asher se estaban curando instantáneamente, sin usar maná ni ningún hechizo de curación.
"Es mi magia", pensó Gloriana, al sentir que su energía fluía por las venas de Asher.
Después de todo, su maná seguía dentro de él, ya que fue así como lo recuperaron. Sin embargo...
"Es increíble", murmuró, sorprendida por la rápida recuperación de Asher, gracias a su magia de luz.
Gloriana sonrió, asintiendo para sus adentros, y miró a Emilia.
"Todo está bien", dijo.
Emilia le devolvió el gesto.
"Sí, lo está", respondió.
Pero aún no habían terminado de despejar la mazmorra.
Tanto Emilia como Gloriana observaron a los demás. Solo ellas dos no estaban inconscientes. Luna, Julián, Grey, Freddy y Asher estaban desmayados, agotados por el combate reciente.
La batalla de hace unos minutos había sido intensa, todos se quedaron sin maná, sufrieron heridas graves y perdieron mucha sangre.
Fue entonces que Gloriana habló.
"¿Puedes sostener a Asher?", le pidió a Emilia.
Ella asintió, moviendo la cabeza, y acomodó a Asher en el suelo, colocándolo con cuidado sobre sus piernas.
Mientras Gloriana observaba, sus pensamientos empezaron a divagar. Pero sabía que no podía distraerse; ahora debía poner a prueba su afinidad con la luz y usar su magia para curar a los demás.
Después de todo, su magia de luz no solo era útil en combate; también podía sanar a cualquier persona, sin importar su estado.
Sin embargo, había un límite en ese momento.
"Tengo muy poco maná", pensó.
Lo había gastado casi todo para devolver a Asher a su estado original.
A continuación, Gloriana dejó salir su maná de luz, el cual fluyó hacia sus amigos, uno por uno.
Pasaron varios minutos hasta que finalmente terminó.
En ese momento, Emilia, que había observado todo lo ocurrido, preguntó sorprendida:
"Esa afinidad... ¿cuál es?"
"Eh... bueno, no quería mostrarla todavía, pero no es una afinidad única. Es una afinidad de la "Era desconocida", conocida como 'Afinidad de la luz', o al menos así me dijo Asher."
"¿Una afinidad de la era desconocida?"
La era desconocida... aunque en realidad se refería a la era de la oscuridad.
Los magos y los estudiosos llaman a esa época 'la era desconocida', pero su verdadero nombre es la 'era de la oscuridad'.
Esto se debe a que nadie conoce su verdadero nombre ni hay información precisa, por lo que el término 'era desconocida' es solo temporal, hasta que se descubra su auténtica designación.
Sin embargo, Asher sabía desde hace mucho tiempo que su verdadero nombre era la era de la oscuridad.
"Entonces, ¿usaste esa afinidad para hacer todo esto?", preguntó Emilia.
Gloriana asintió y respondió: "Así es. Con esta afinidad parece que pude traer de vuelta al Asher original, y también tiene efectos curativos. Pero... aparte de ser una afinidad curativa y de combate, no estoy segura de qué más puede hacer."
Era comprensible.
Después de todo, era una afinidad completamente desconocida y sin información previa.
Sin embargo, Gloriana miró a Asher.
"Pero parece que Asher sabe todo sobre esta afinidad, ya que él fue quien me dijo su nombre."
Por supuesto, no mencionó que tenía un hada observándola desde su hombro.
Si lo hacía, sería complicado explicarlo.
"Ya entiendo, tú y Asher son... opuestos", dijo Emilia.
En palabras simples, Asher representa la oscuridad y Gloriana la luz, dos fuerzas opuestas que no deberían ser compatibles entre sí.
"Es cierto, pero eso no significa que no podamos estar juntos...", respondió Gloriana.
"Jeje, ya veo", una risa burlona salió de Emilia, insinuando que sabía más sobre lo que ocurría entre Asher y Gloriana.
De repente.
Sonido sordo.
Ambas miraron hacia los demás.
Porque finalmente estaban despertando, uno por uno.
"Solo falta Asher por despertar", dijo Gloriana, un poco incómoda, pues él aún no lo había hecho...
สถานะพลังงานรายสัปดาห์
-- การจัดอันดับด้วยพลัง 
-- หินพลัง