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27.48% El asesino legendario reencarna / Chapter 47: Capitulo 47 Ciudad Azares (parte 3)

บท 47: Capitulo 47 Ciudad Azares (parte 3)

—Perspectiva de Asher Frostblade.

El interior del centro comercial, a primera vista, todo el lugar en sí es muy lujoso.

Las personas entrando a distintos lugares, tiendas de todo tipo de cosas estaban a la vista por dondequiera que mirara.

Las voces de las personas no faltaban, de hecho, el lugar es muy ruidoso con tantas personas por todas partes e incluso algunos borrachos que andan por ahí. Los bares estaban por todas partes y, como de costumbre, los hombres estaban bolos, otros no.

Pero la parte de los bares está aparte; las tiendas de ropa también están aparte; incluso hay una cafetería en la segunda planta, una muy grande.

El olor al alcohol fue lo que más me llamaba la atención. Solía tomar unos tragos de whisky en mi vida anterior; hasta cierto punto, extrañaba el alcohol.

Después de todo, no pude saborear el alcohol antes de mi muerte.

"Están... refrescante."

"¿Qué cosa?"

"No es nada."

"..."

Encrid me miró confundido.

Seguimos siguiendo a las chicas, no tenía ni una sola idea de dónde iban. Por supuesto, vinieron a comprar ropa y todo eso, pero seguíamos caminando y las tiendas de ropa ya las habíamos pasado en la primera planta. Por alguna razón, estábamos subiendo a la última planta del edificio.

"Esta sensación..." murmuré en silencio.

Por alguna razón, sentía que algo o alguien nos tenía un ojo puesto. Pude reconocer la sensación por unos segundos, pero no del todo, así que simplemente la ignoré.

Pero esa sensación de ser visto por alguien no se despegó. Entonces miré a mi alrededor.

"No hay nadie."

Por toda la multitud no podía ver muy claramente. Quizás mis instintos de asesino me estaban advirtiendo, pero no podía ver a nadie extraño o fuera de lo común.

"Quizás son solo mis pensamientos."

Seguimos caminando hasta finalmente llegar a la última planta del edificio. Al mirar a primera vista, el suelo estaba hecho de mármol al igual que el techo. También, las tiendas de ropa eran diferentes en este lugar, parecían más modernas. Quizás es por eso que subimos hasta aquí arriba.

Entonces Luna habló.

"Entremos a esta, se ven más lindas las ropas."

Simplemente las seguí. Encrid, por otra parte, se quedó quieto. Entonces lo miré.

"Sientes algo extraño, ¿verdad?"

"Eso es obvio, después de todo ahora soy igual de fuerte que un octavo círculo."

Bueno, es verdad. En el pasado, Encrid fue un mago de décimo círculo, pero quizás por alguna razón ahora solo es un octavo círculo. Eso me preguntaba, quizás fue por su muerte que su poder se redujo.

"Tú moriste. Tenía que saber si realmente murió en el pasado y solo su alma o algo así quedó como una espada."

"Así es, es por eso que ya no tengo un cuerpo físico, solo tú me puedes dar un cuerpo con el maná."

"Pero, ¿por qué tu poder es tan alto?"

"No lo sé, quizás es el poder que me quedaba cuando morí y me sellé en una espada."

"Ya veo."

Entonces estaba en lo correcto, pero por qué es tan fuerte todavía no lo sé, ni siquiera él mismo sabe.

"Ustedes dos apresúrense," Isabella habló.

Encrid y yo nos apresuramos.

El tiempo pasó rápido. Como de costumbre, las chicas nos obligaron a cargar las cosas. Ellas seguían comprando, pero la que más compraba era Isabella.

Me estaba preocupando porque no tenía idea de dónde se llevaría esa ropa. Después de todo, Isabella solo puede tener un cuerpo por mi maná.

Las compras siguieron por unas cuantas horas. La sensación de ser visto por alguien seguía. Encrid estuvo atento, pero parecía que no podía saber muy bien. Me dijo que algo le impedía ver a la persona que nos estuviera viendo a escondidas.

Supusimos que era una persona. No, de hecho, más de una persona. Al igual que Encrid, yo igualmente no podía detectar quién quiera que sea que nos estuviera mirando a escondidas. Por supuesto, no es como si mantuviera la guardia baja. De hecho, estaba al tanto con todas las personas que nos rodeaban.

Entonces bajamos a la planta media y nos sentamos en una mesa juntos frente a unos ventanales. Estábamos esperando una orden de café. El olor era muy agradable, pero, por supuesto, la sensación de ser visto por alguien aumentó.

"Es muy extraño," Encrid habló.

"Por alguna razón siento que me están bloqueando los sentidos."

"Parece que quienquiera que nos esté observando debe de tener algo en lo que nos evita sentir su paradero."

"Tienes razón. Recuerdo algo parecido así, creo que debe de ser un asesino."

Entonces me quedé en silencio. Por otro lado, sabía que podía ser algún observador, pero un asesino, eso no me lo esperaba.

No tengo idea de cómo son los asesinos en este mundo, no sé cómo hacen sus misiones y tampoco sé qué tipo de magia o artefactos utilizan para no ser vistos. Pero si es un asesino, podría ser muy peligroso, quizás no para Isabella, Encrid y a mí, pero sí para Luna y Gloriana.

"Podría ser..."

Creo que ya sabía la respuesta.

Definitivamente son asesinos, pero aún no lo puedo confirmar. De lo que estoy seguro es que definitivamente están apuntando a Gloriana y a Luna. Siendo asesinos, obviamente su misión sería matar a alguien importante y, ¿quiénes son los más importantes en este momento? Por supuesto, Gloriana y Luna.

"Es peligroso, estemos alerta ante cualquier ruido."

"Por pura curiosidad, ¿los asesinos qué suelen usar para matar?"

"..."

"En el pasado ellos usaban una magia única, el alcance de su magia era extremadamente largo."

En un momento pude suponer que se trataba de un francotirador, pero según yo, en este mundo no existen las armas de fuego. La tecnología en este mundo no es tan desarrollada, así que las armas de fuego quedan descartadas. Entonces, quizás es la magia única que Encrid mencionó.

"Aquí está el café, tres capuchinos y dos normales."

Tomé un café capuchino, es mi favorito. Tiene un buen sabor y es muy refrescante su sabor.

Las tres se sentaron, entonces las pláticas empezaron.

"El vestido te queda muy bien, Gloriana," dijo Isabella.

"¿De qué hablas? A ti te queda bien toda la ropa que probaste," Gloriana habló elogiando a Isabella.

"Pues a mí solo me gustan los vestidos negros, son como más elegantes."

"Sí, sí, a ti te gusta solo ese color," dijo Gloriana.

"Oye..."

"Sorbo."

Encrid y yo bebimos un pequeño trago a nuestro café, haciendo un pequeño ruido al mismo tiempo.

Entonces las tres chicas nos miraron fijamente, como si dijeran "estos dos son iguales." Por supuesto, no me gustaba que me compararan con este idiota.

Sus miradas seguían en nosotros dos.

"Y ustedes... No se aburrieron, ¿verdad?"

"No."

"No..."

"..."

"..."

Encrid y yo nos miramos por unos segundos antes de volver a ver a las tres chicas. Por alguna razón, las tres nos miraron de una manera extraña.

Es como si miraran a un par de idiotas que suelen estar conectados entre ellos. Simplemente miré a otro lado, ignorando las miradas de las tres.

"Qué extraño... Siento algo familiar ahora mismo," pensé para mí mismo.

Como era de esperarse, la sensación de asesino fue lo primero que recordé al instante.

Era como si estuviera mi yo de mi vida pasada apuntando hacia esta dirección con un francotirador. Fue muy familiar esa sensación, algo que podía reconocer al instante, pero no es como si lo dejara pasar.

En un instante, me sentí extrañado por la situación. Entonces miré a los edificios que estaban frente al centro comercial.

"No hay nada."

Aunque no miré a nadie en el techo, que normalmente los asesinos disparan desde ese lugar, no había nadie. Además, era todo plano el techo del edificio del frente, pero no podía ver a través de los ventanales del edificio.

"Quizás es..."

"¡¡Baam!!"

Las ventanas del edificio del frente se hicieron pedazos. Una pequeña luz recorrió a una increíble velocidad, entonces llegó a la ventana donde yo estaba y fue cuando miré por unos segundos algo parecido a una bala, pero esta era de puro maná de un color azul.

Entonces rápidamente mi mano se movió en dirección a la trayectoria de la bala de maná, que iba en dirección a la cabeza de Luna y Gloriana. Entonces extendí mi mano lo más rápido que pude.

Mi mano se interpuso en la dirección donde la bala de maná se dirigía. Fue cuando la mano de Encrid se puso detrás de la mía. De hecho, ambas manos estaban justo frente a la cabeza de Gloriana.

Entonces un agujero apareció en mi mano. La bala de maná golpeó mi mano y la traspasó, pero cuando llegó a la mano de Encrid, se desintegró al instante.

"Goteo" "Goteo."

"Yo iré, ustedes quédense," Encrid habló y rápidamente desapareció.

Mi mano seguía extendida justo frente a la cabeza de Gloriana mientras ella me miraba aterrorizada.

"Asher... tu—tu mano."

Entonces miré mi mano, un agujero justo en el centro estaba ahí, la sangre salía descontroladamente, pero no le puse mucha atención y miré a Gloriana, quien me miraba aterrorizada.

"Estoy bien."

"¿De qué hablas... tu—tu mano tiene un agujero?" Luna habló.

"No se preocupen, yo lo curaré," Isabella habló y luego tocó mi mano.

Entonces una sensación familiar me cubrió la mano y el agujero desapareció.

"Ya está curado, no se alarmen, las protegeré por si hay un inconveniente."

"¿De dónde demonios vino?" Miré el edificio del otro lado. De hecho, atravesó el edificio al lado. Quienquiera que mandó esa extraña bala hecha de maná disparó desde muy lejos.

Por un momento pensé en un asesino muy bien entrenado, pero mirando al menos el edificio del frente que fue atravesado, debe de ser alguien bueno.

"No debería de haber algún peligro, Encrid se debe de estar encargando de eso," hablé al instante.

Mi expresión fría no cambió ni un poco, pero, de hecho, me enojé demasiado por dentro.

"Ese bastardo... Solo estuve a unos segundos de perder a las dos."

Traté de no mostrar mi enojo cada vez que hablaba, pero si no fuera porque Encrid también puso su mano e hizo desaparecer la bala de maná... Luna y Gloriana hubieran muerto.

Si eso hubiera pasado... yo no podría estar tranquilo sabiendo que alguien mató a mis dos primeras amigas que he tenido tanto en esta vida como en mi vida pasada. Pero afortunadamente, no sucedió nada. Tomé un largo suspiro y miré a las dos, que aún seguían asustadas.

Entonces hablé.

"Las dos... no deberían de salir del castillo... Si mueren, yo..."

No pude seguir hablando. Estuve cerca de perder mi cordura en ese momento, pero me mantuve firme y frío como siempre. Sin embargo, estuve cerca de... llorar. Fue algo extraño, incluso no lo había sentido de verdad. Por supuesto, cuando miré los recuerdos de Encrid, mis lágrimas salieron de una forma diferente y no era normal.

Pero en este momento estuve cerca de sentir ese sentimiento. Fue por un segundo, pero me controlé.

"Oye niño, pensé que no tenías sentimientos."

"Eh... ¿Qué...? Entonces eso fue lo que sentí," me sorprendí al instante.

Entonces Isabella me miró extraño.

"Tú... ¿nunca has sentido algún sentimiento parecido al de ahora?"

Negué con la cabeza al instante. Quizás cuando me reencarné tuve varias emociones que nunca tuve en mi vida pasada, como el miedo, por ejemplo.

Entonces el sentimiento de tristeza, algo parecido a lo que sentí, eso era. Fue extraño sentir algo así por un segundo.

Nunca había sentido emociones y ningún sentimiento por alguien en mi vida pasada, pero quizás es este cuerpo el que me dio sentimientos y emociones. Es muy extraño.

"Es mejor que vayamos a un lugar más cerrado, aquí aún es peligroso."

"Por cierto... ¿qué tan fuerte eres?"

Miré a Isabella con curiosidad, de hecho no sabía qué tan fuerte era ella.

"No lo sé, averígualo por ti mismo."

"..."

Entonces me levanté del asiento. Aún tenía una pizca de ese sentimiento extraño dentro de mí.

Miré a Luna y Gloriana. En el momento que las vi, algo parecido a una ilusión llegó a mi cabeza. Fue solamente una imagen de las dos muertas en el suelo.

Mi corazón latió fuerte y abrí los ojos al instante. Me quedé quieto por un momento, pero luego cerré los ojos y los volví a abrir. Todo en mí cambió en ese breve instante.

"¿Qué demonios fue eso?"

Por un segundo miré una imagen de Luna y Gloriana muertas, y al segundo que desapareció me sentí extraño y mi rostro cambió su expresión a una descontrolada y sorprendida.

Entonces miré a las dos...

"Me vieron..." Las dos me miraron, sus rostros cambiaron por unos instantes hasta que Isabella habló.

"No se queden atrás, si se separan podría ser peligroso."

"Eh... sí, te seguimos."

Ambas dijeron al mismo tiempo.

"¿Qué demonios... fue eso?"

Me quedé desconcertado, sus miradas parecían diferentes, como si estuvieran viendo algo en mí que nunca habían visto antes.

Me sentí... avergonzado. ¿Fue eso lo que sentí o estaba equivocado? Quizás fue una emoción que no había sentido, una nueva emoción que surgió de repente. ¿Qué demonios fue eso que sentí en ese instante...?


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